(CNN) – Hay un animal que les viene a la mente a muchas personas cuando piensan en las criaturas que están amenazadas por el cambio climático: el oso polar.
En los últimos años, las imágenes de osos demacrados que buscan comida de manera desesperada han convertido al depredador del ápice del Ártico en el vivo retrato de los efectos del calentamiento global.
Ahora, a medida que el planeta continúa calentándose rápidamente, un nuevo estudio trae otra advertencia grave: si los humanos no reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, la mayoría de las poblaciones de esta especie icónica podrían tener dificultades para sobrevivir más allá de 2100.
Es probable que algunas poblaciones ya hayan cruzado umbrales clave que harán que su supervivencia sea difícil, y tal vez imposible, según los hallazgos del estudio publicado el lunes en la revista Nature Climate Change.
Sin embargo, hay un rayo de esperanza de que algunos osos puedan ser salvados.
Aunque es probable que el número de osos polares se reduzca enormemente en algunas regiones, recortes moderados de las emisiones de gases que atrapan el calor en las próximas décadas podrían permitirles persistir en algunos lugares del Ártico.
Los osos dependen del hielo marino del Ártico
Los osos polares son los carnívoros terrestres más grandes de la Tierra, pero su destino está íntimamente relacionado con lo que sucede con el hielo marino del Ártico.
Los osos confían en el hielo como plataforma para atrapar focas —su presa preferida— porque no son nadadores lo suficientemente hábiles como para cazarlas en aguas abiertas, dice Péter K. Molnár, profesor asistente de la Universidad de Toronto Scarborough y uno de los autores del estudio.
La vida del oso polar siempre se ha caracterizado por períodos de abundancia y de hambruna. En invierno, cuando el hielo marino está en su mayor extensión, los osos intentan atiborrarse de focas para tener reservas de energía para sobrevivir a los magros meses de verano, cuando el hielo se derrite y se ven obligados a estar en tierra.
Pero a medida que el hielo marino de la región disminuye como ha sucedido en las últimas décadas, las poblaciones de osos en algunas partes del Ártico se ven obligadas a pasar cada vez tiempo más sin alimentos.
“En última instancia los osos necesitan comida y para tener comida, necesitan hielo”, explica Molnár. “Pero para que tengan hielo, necesitamos controlar el cambio climático”, agrega.
El primer desafío de los investigadores fue averiguar cuánto tiempo pueden ayunar los osos en diferentes regiones antes de que la reproducción y la supervivencia de los adultos se vean afectados.
El estudio encontró que el tiempo que un oso puede sobrevivir sin comida varía según la región y la condición del animal, pero que los cachorros son los primeros en sentir el impacto de un ayuno prolongado.
Las hembras adultas con cachorros son generalmente las segundas más vulnerables, seguidas por los machos adultos y, por último, las hembras solitarias, que en algunos casos pueden ayunar durante unos asombrosos 255 días antes de que sus posibilidades de supervivencia disminuyan abruptamente, estiman los investigadores.
Luego, con el objetivo de ver cuánto tiempo podrían verse obligados los osos a vivir sin alimentos en el futuro, los investigadores estudiaron las proyecciones para el hielo marino del Ártico bajo dos escenarios diferentes de cambio climático.
El hielo marino del Ártico se ha reducido drásticamente en las últimas décadas, particularmente durante el verano.
Los últimos 13 años, de 2007 a 2019, han sido los 13 años más bajos de hielo marino de verano en el registro de satélites, que se remonta a 1979, según Walt Meier, científico investigador principal del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo.
Desde mediados de la década de 1990, el Ártico ha experimentado niveles de calentamiento que son más del doble del promedio mundial. Las temperaturas del aire excepcionalmente altas están detrás del declive en el hielo marino y están impulsadas principalmente por la quema de combustibles fósiles, dice Meier.
Mirando hacia el futuro, otros estudios han encontrado que el Ártico podría no tener hielo en verano en un futuro tan cercano como 2040 o 2050.
“La pregunta no es ‘si’ veremos un verano sin hielo en el Ártico, es ‘cuando’ “, explica Meier.
“No están completamente condenados si cambiamos nuestro comportamiento”
Al combinar las estimaciones de cuánto tiempo los osos polares pueden ayunar con las proyecciones de hielo marino del Ártico, los investigadores pudieron estimar por primera vez cuándo los osos polares en 13 diferentes regiones podrían enfrentar problemas en el futuro.
Algunas poblaciones, como las de la Bahía Hudson de Canadá, pueden haber cruzado ya ciertos umbrales que afectarán la reproducción y la supervivencia.
Y el futuro probablemente se verá mucho peor para los osos sin los esfuerzos para frenar el calentamiento global.
Bajo un escenario climático sin cambio en las acciones de los humanos, donde no se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, casi todos los osos polares del Ártico —salvo tal vez algunos pocos grupos en las remotas Islas de la Reina Isabel de Canadá— podrían estar luchando por sobrevivir para el 2100, según el estudio.
Sin embargo, si los humanos son capaces de lograr recortes moderados a las emisiones globales, las posibilidades de que los osos en otras regiones persistan más allá del final de este siglo aumentan.
Los autores dicen que, en última instancia, los hallazgos muestran que el destino de los osos polares está en nuestras manos.
“Soy muy consciente de que la historia que estamos contando es sombría”, dice Molnár. “Pero también hay un elemento de esperanza, de que no estén completamente condenados si cambiamos nuestro comportamiento”, afirma.