Crédito: Daniel Perez/Getty Images

Nota del editor: Pedro Brieger es un periodista y sociólogo argentino, autor de varios libros sobre temas internacionales y colaborador en publicaciones de diferentes países. Es profesor de Sociología en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Director de Nodal, un portal dedicado a las noticias de América Latina y el Caribe. Es columnista de TV en el canal argentino C5N y en el programa «En la frontera», de PúblicoTV (España) y en programas de las estaciones argentinas Radio10, La Red, La Tribu y LT9-Santa Fe. A lo largo de su trayectoria, Brieger ha ganado importantes premios por su labor informativa en radio y televisión argentinas. Su cuenta en Twitter es @PedroBriegerOk. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor. Ver más artículos de opinión en CNNe.com/opinion.

(CNN Español) – “Su majestad está triste porque tiene que irse para no volver”, cantaba la banda La Gran Orquesta Republicana de Mallorca en 1999. Esta canción, una de las tantas del repertorio antimonárquico y republicano, seguramente sonó en muchos hogares al conocerse que el rey emérito Juan Carlos abandonaba el 2 de agosto el Reino de España con destino incierto.

El comunicado de Juan Carlos fue breve y dirigido a su hijo, el rey Felipe VI. Allí recordó que había sido rey durante casi 40 años que algunos hechos de su pasada vida privada estaban “generando ciertos acontecimientos”, y que por dicho motivo había decidido trasladarse fuera de España. La noticia cayó como una bomba en un país donde hay quienes reivindican la monarquía y otros que plantean abolir la institución para convertir al Reino de España en una república.

El ex jefe de Estado omitió mencionar que los aspectos de su vida privada no son privados, ya que varias de las acusaciones en su contra por evasión fiscal y cobro de comisiones fueron durante su reinado, y está siendo investigado por presuntas irregularidades en el contrato de la concesión del tren rápido a Arabia Saudita. En realidad, nada de lo que hagan los miembros de la monarquía es privado, ni los detalles -aún desconocidos- de la salida de España del rey o conocer su paradero.

Hay una famosa frase que se le atribuye al escritor Ramón María del Valle Inclán en referencia a Alfonso XIII -el abuelo de Juan Carlos- quien huyó en 1931 al proclamarse la Segunda República y murió en el exilio. “Los españoles han echado al último Borbón, no por rey, sino por ladrón”, dice la frase que ahora circula por las redes sociales españolas.

La salida -¿huida?- del rey emérito demuestra que la monarquía española no es intocable, tal cual lo enseña su propia historia. Y los reyes son los primeros en saberlo.