En esta foto de julio de 2020, los miembros del equipo de anestesiología de trasplantes del Brigham and Women's Hospital, Kamen V. Vlassakov, al frente, y Lindsay Wahl, llevan a Carmen Blandin Tarleton al quirófano para su segundo trasplante de cara en el Hospital Brigham and Women's de Boston.

(CNN) – Hace siete años, Carmen Tarleton recibió un trasplante de rostro, una decisión que tomó después de que su exesposo la atacara en 2007 con una botella de lejía, desfigurando su rostro más allá del reconocimiento. El trasplante fue un procedimiento quirúrgico complejo y agotador, que finalmente resultó infructuoso.

Pero el mes pasado, Tarleton, una exenfermera de 52 años, decidió volver a hacerlo, convirtiéndola en la primera estadounidense y la segunda persona en someterse al procedimiento dos veces.

La cirugía, que tuvo lugar en el Hospital Brigham and Women’s de Boston en julio, involucró a más de 45 médicos en un lapso de aproximadamente 20 horas, según un comunicado de prensa del hospital.

“Ese primer trasplante de cara me sirvió muy bien”, dijo a CNN Tarleton, quien se está recuperando de su casa en Nueva Hampshire. “Y cuando empezó a fallar, supe por experiencia que un trasplante de cara me da la comodidad y la función que quiero y necesito a nivel diario, que voy a vivir una vida mejor con un trasplante de cara”.

Ahora, dijo, “todo el dolor que tenía en mi rostro debilitado se ha ido”. Desde la operación, dijo que solo experimenta dolor relacionado con la “incisión y la hinchazón”.

Sus médicos estuvieron de acuerdo en que la recuperación avanza sin problemas.

“Carmen está progresando y recuperándose muy bien con este segundo trasplante; es una de las pacientes más resistentes a las que he tenido la oportunidad de cuidar”, dijo el Dr. Bohdan Pomahac, director de trasplantes de cirugía plástica de Brigham, quien dirigió el esfuerzo, en el comunicado. “A este procedimiento lo llamamos dar vida y estamos encantados de ofrecerle la oportunidad de regresar al tipo de vida que tanto se merece”.

Las quemaduras causaron complicaciones en la primera cirugía, dice el hospital

El primer trasplante de rostro de Tarleton resultó finalmente infructuoso porque su cuerpo había comenzado a rechazar el tejido del donante, causando cicatrices, tensión, hinchazón y dolor, dijeron ella y el hospital.

En 2007, su esposo —del que se había separado— la atacó con una botella de lejía, quemó severamente el 85% de su cuerpo y desfiguró su rostro.

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Debido a que se volvió sensible a hemoderivados y a los injertos de tejido para tratar sus quemaduras, Tarleton se volvió más propensa inmunológicamente a rechazar el primer trasplante, dijo el hospital.

“Al entrar en su segundo trasplante de cara, Carmen no estaba muy sensibilizada, no tenía un alto riesgo de rechazo, ya que había perdido casi todos los anticuerpos HLA en su sangre que la habían sensibilizado anteriormente, probablemente debido a la inmunosupresión que había recibido durante el primer trasplante “, dijo el Dr. Anil Chandraker, miembro del equipo de trasplantes, en un comunicado de prensa.

Esta vez, Tarleton tuvo una “compatibilidad de tejido inusualmente cercana” del donante, dijo el hospital.

El tejido estaba tan notablemente cerca que era una “mejor combinación de la que encontraría en su hermano”, dijo el Dr. Pomahac a CNN.

Un nuevo enfoque para una operación complicada

La última operación también puede ser un nuevo enfoque para futuros trasplantes de cara, según el Dr. Pomahac.

El equipo quirúrgico optó por pausar el trasplante aproximadamente 15 horas después del procedimiento para controlar la pérdida de sangre, lo que puede dificultar la coagulación de la sangre, dijo el hospital.

El Dr. Pomahac dijo que la elección de pausar la operación, algo que no estaba planeado, también había permitido que un nuevo equipo hiciera la parte más importante y compleja de la operación, el injerto, cuando los vasos sanguíneos se vuelven a conectar y el tejido alrededor de la la nariz, los párpados y los labios se realinean.

El equipo terminó el injerto al día siguiente.

“Fue difícil”, dijo el Dr. Pomahac, cuando se le preguntó cuán difícil era la decisión de seguir adelante con el segundo trasplante de cara.

Aunque habían sopesado la posibilidad de realizar una reconstrucción facial convencional, el Dr. Pomahac dijo que decidieron seguir adelante después de que Tarleton enfatizara cuánto había mejorado su calidad de vida con el primer trasplante de rostro.

La pandemia también complicó la situación, dijo.

Todas las cirugías electivas se suspendieron, sin mencionar todas las cirugías de trasplante, ya que el tejido del donante no se analizaba de forma rutinaria para detectar covid-19 en ese momento.

También hubo problemas relacionados con tener miembros del equipo de fuera del estado que podrían haber venido de otros puntos críticos virales, dijo el Dr. Pomahac.

El Hospital Brigham and Women’s ha realizado 10 de los 16 trasplantes de cara en el país. Los médicos en París, Francia, realizaron el primer trasplante de rostro en dos ocasiones a Jérôme Hamon en 2018.

Hasta aquí todo bien

“Uno puede esperar que un trasplante dure toda la vida del paciente, pero hablando de manera realista, cada tipo de trasplante tiene una vida útil finita”, dijo el Dr. Pomahac en un comunicado en el comunicado de prensa.

Si bien Tarleton se está recuperando bien, aún está por verse la supervivencia a largo plazo del trasplante, dijo.

El siguiente hito, la recuperación de la función facial, toma típicamente de tres a seis meses y continúa progresando a partir de entonces, agregó.

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Tarleton, quien se convirtió en oradora pública después de su trasplante, dijo que “no se arrepiente” del primer trasplante de rostro y espera alcanzar su objetivo de trabajar seis horas al día en tres semanas.

“Este trasplante de cara es más ligero, más pequeño y se adapta mejor a mi cabeza”, continuó. “Mi ceguera me impide ver grandes detalles, pero cuando me miro en el espejo puedo ver que tengo una cara diferente. Se ve más pálida que mi primera cara”.

Tarleton dijo que sigue siendo una buena amiga de la familia de su donante original.

Debido a la pandemia, ha permanecido socialmente distante, por lo que ha estado haciendo FaceTim con sus seres queridos que aún se están acostumbrando a la nueva Carmen.

“Mi hermana dice: ‘Solo te estoy mirando para que mi cerebro sepa que eres tú’”, dijo Tarleton. “Me veo más como lucía antes de que me quemaran”.

Stephanie Becker de CNN contribuyó a este reporte.