(CNN) – Kamala Harris hizo historia el miércoles por la noche y definió el papel que espera desempeñar como compañera de fórmula de Joe Biden: la defensora de los estadounidenses sin voz, vilipendiados y olvidados que han luchado durante cuatro años de la presidencia de Donald Trump.
Presentándose a sí misma como la hija de inmigrantes jamaicanos e indios y alguien que encarna los valores de un nuevo Estados Unidos más inclusivo, Harris —quien se convirtió en la primera mujer negra y surasiática en aceptar la nominación a la vicepresidencia de un partido importante— tejió su historia con esta narrativa.
Habló de su educación, de su decisión de convertirse en fiscal, de su carrera centrada en corregir las injusticias y de cómo esto influyó en su enfoque en medio de la pesadez de este momento, mientras el país intenta encontrar la salida de la pandemia del coronavirus y un colapso económico y, al mismo tiempo, lidia con el racismo sistemático que está tan arraigado en la cultura estadounidense.
Después de un guiño a las mujeres pioneras que allanaron el camino para su momento histórico, Harris habló conmovedoramente de su propia madre, de quien dijo les enseñó a ella y a su hermana Maya a “ser conscientes y compasivas de las luchas de todas las personas” y a creer que “la lucha por la justicia es una responsabilidad compartida”. Fueron esos valores los que la llevaron a convertirse en la fiscal que intentaría reformar el sistema de justicia penal desde adentro, y luego en senadora estadounidense.
Durante cada paso de su carrera, Harris dijo que se ha guiado por las palabras que pronunció como fiscal “desde la primera vez que estuve en un tribunal: Kamala Harris, por la gente”.
Destacó su trabajo a favor de los niños y sobrevivientes de agresión sexual, y relató los depredadores a los que atacó tanto en su papel como fiscal local como general de California, incluidas las pandillas transnacionales y los bancos más grandes del país a raíz de la recesión de 2008.
Claramente consciente de que muchos estadounidenses podrían estar escuchándola por primera vez, Harris al principio parecía decidida a proyectar un comportamiento alegre mientras hablaba de su amor por su familia y sus antecedentes. Pero encontró su equilibrio, como siempre, cuando mencionó el caso contra Trump, cuyo “fracaso de liderazgo”, dijo, “ha costado vidas y medios de subsistencia”.
Ahora, dijo, la nación está involucrada en una batalla contra la pandemia de coronavirus, pero señaló que la enfermedad no ha sido un “infractor que ataque con igualdad de oportunidades”.
“Los negros, latinos e indígenas están sufriendo y muriendo de manera desproporcionada. Esto no es coincidencia”, dijo Harris. “Es el efecto del racismo estructural; de las desigualdades en educación y tecnología, atención médica y vivienda, seguridad laboral y transporte; la injusticia en la atención de la salud reproductiva y materna; en el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía y en nuestro sistema de justicia penal en general”.
“Este virus no tiene ojos y, sin embargo, sabe exactamente cómo nos vemos y cómo nos tratamos”, dijo.
Harris, quien fue coautora de la legislación demócrata para abordar la brutalidad policial y la fuerza excesiva, junto con el senador de Nueva Jersey Cory Booker, también invocó el recuerdo de George Floyd, un hombre negro que murió bajo custodia de un agente de policía de Minneapolis que se arrodilló sobre su cuello durante más de siete minutos esta primavera.
“No existe una vacuna para el racismo”, dijo. “Tenemos que hacer el trabajo. Por George Floyd; por Breonna Taylor; por las vidas de muchos otros que falta nombrar”.
“Tenemos que hacer el trabajo para cumplir esa promesa de justicia igualitaria bajo la ley”, continuó. “Porque ninguno de nosotros es libre, hasta que todos seamos libres”.
Harris ha argumentado durante mucho tiempo que las tácticas de Trump han destrozado a la nación, ya que forzó la separación de familias en la frontera, vilipendió a los inmigrantes, criticó a sus oponentes políticos e instó a los funcionarios gubernamentales a “dominar” a los manifestantes pacíficos en las calles después de la muerte de Floyd.
Durante la presidencia de Trump, argumentó, muchos estadounidenses se sienten a la deriva en el “caos constante”, solos debido a la “insensibilidad” del presidente y temerosos de su “incompetencia”.
Con esas preocupaciones en mente, defendió la elección de Biden como presidente, alguien a quien dijo “nos unirá a todos: negros, blancos, latinos, asiáticos, indígenas, para lograr el futuro que queremos colectivamente”.
La senadora de California argumentó que Trump convierte “nuestras tragedias en armas políticas” mientras ella y Biden comparten “una visión de nuestra nación como una comunidad querida, donde todos son bienvenidos, sin importar cómo nos veamos, de dónde venimos o a quien amamos”.
Durante una noche en la que los demócratas honraron el activismo político de las mujeres, la candidata presidencial de 2016, Hillary Clinton, ofreció palabras de aliento a Harris, y señaló que, como alguien que sabe “una o dos cosas sobre críticas y ataques”, estaba segura de que “Kamala puede manejarlas todas”.
Las mujeres de la familia Harris —Maya; la sobrina de Harris, Meena, y su hijastra, Ella Emhoff— la nominaron oficialmente como candidata demócrata a la vicepresidencia de Estados Unidos.
Marcando ese hito, Harris dijo que estaba pensando en su madre, quien dijo que le enseñó que “el servicio a los demás da sentido y propósito a la vida”.
“Cómo desearía que estuviera aquí esta noche, pero sé que me está mirando desde arriba. Sigo pensando en esa mujer india de 25 años, de 1,50 metros de altura, que me dio a luz en el Kaiser Hospital en Oakland, California”, dijo Harris.
“Ese día, probablemente, nunca imaginó que yo estaría ante ustedes hablando estas palabras: Acepto su nominación para vicepresidente de Estados Unidos de América”.