(CNN) –– La inteligencia de Estados Unidos recopiló información que revela que funcionarios en la ciudad de Wuhan, China, ocultaron a altos miembros del gobierno en Beijing durante semanas información sobre el virus que resultó en la pandemia de covid-19, según funcionarios estadounidenses que conocen esa información de inteligencia.
Los reportes también señalan que cuando el Partido Comunista de China se enteró del virus, trató de esconder todo el alcance de esa información al resto del mundo, lo que muestra una imagen general de un sistema político peligrosamente reservado, según dijeron los funcionarios estadounidenses. El gobierno de Donald Trump ha manifestado repetidamente esa acusación y los funcionarios estadounidenses dicen que la conducta de China se ajusta a un patrón que también se observó durante el brote del síndrome respiratorio agudo grave, también conocido como SARS, en 2003.
Aunque Estados Unidos continúa recopilando información sobre el brote del coronavirus en China, la inteligencia contiene evidencia indiscutible del intento de encubrimiento local, aseguran los funcionarios.
El diario The New York Times fue el primero en revelar que la inteligencia de Estados Unidos había informado sobre los esfuerzos por encubrir información acerca del virus a nivel local en Wuhan.
Bajo secreto
El presidente Donald Trump y sus altos funcionarios han atacado agresivamente a China por la pandemia. Incluso, Trump en un momento insinuó que Beijing permitió intencionalmente la propagación del virus más allá de sus fronteras para dañar las economías de otras naciones. Estas críticas marcaron un cambio radical por parte de Trump, luego de que inicialmente elogiara al presidente de China Xi Jinping por su manejo del virus. El giro de Trump hace parte de una estrategia de campaña electoral para desviar la responsabilidad ante una pandemia que ha cobrado la vida de más de 175.000 estadounidenses y contagiado a más de 5,6 millones en Estados Unidos.
La gobernanza local en Wuhan incluye tanto a funcionarios estatales como a funcionarios del Partido Comunista de China, y la inteligencia de Estados Unidos muestra que incluso dentro del partido, los funcionarios no compartieron información libremente con sus homólogos en Beijing, indicó un funcionario.
El consulado de China en Washington no respondió a una solicitud de comentarios para esta historia.
Fuentes sin explorar
La comunidad de inteligencia de Estados Unidos aún no ha podido acceder a todas las fuentes de información sobre los orígenes del virus, dijeron tres funcionarios de EE.UU., quienes agregaron que las agencias esperan saber más. La última declaración oficial de la comunidad de inteligencia sobre los orígenes del virus, en abril pasado, señaló que iba a “examinar rigurosamente la información y la inteligencia emergentes para determinar si el brote comenzó a través del contacto con animales infectados o si fue el resultado de un accidente en un laboratorio en Wuhan”.
La Oficina del Director de Inteligencia Nacional y la CIA declinaron hacer comentarios al respecto.
Incluso antes de que los estadounidenses comenzaran a contagiarse, la comunidad de inteligencia de EE.UU. había rastreado que los funcionarios en Wuhan inicialmente no le entregaron a Beijing una información completa sobre la gravedad de la situación allí. Pero los funcionarios estadounidenses también creen que llegó un punto en el que Xi sí supo la magnitud del brote en Wuhan y se dio cuenta de que el virus se estaba propagando, pero continuó minimizando la situación públicamente.
No está claro en qué momento los funcionarios de inteligencia estadounidenses consideran que Beijing estuvo completamente al tanto de la situación. Un funcionario estadounidense le dijo a CNN que hubo un momento en febrero cuando los comentarios públicos y las acciones de Xi parecían indicar que el líder chino sabía que el virus iba a representar problemas más grandes de lo que pensó al principio, ya que pidió que se tomaran más medidas.
El gobierno de Trump ha evaluado la posibilidad de que el nuevo coronavirus se haya propagado desde un laboratorio chino en lugar de un mercado, según múltiples fuentes familiarizadas con el asunto, pero no ha presentado pruebas que respalden esa teoría. Muchos reconocidos expertos médicos han dicho que hay muy pocas pruebas científicas de que el virus provenga de un laboratorio o sea artificial.
El secretario de Estado Mike Pompeo ha sugerido que la culpa del impactante número de muertos en todo el mundo por el virus es de China y su sistema político, al acusar a los principales líderes de Beijing de no tener ninguna intención de comunicarlo al mundo, incluso en un asunto de salud con consecuencias globales.
Escepticismo
Algunos funcionarios actuales y anteriores de seguridad nacional son escépticos ante los informes de que Beijing desconocía los peligros potenciales del nuevo virus.
Un funcionario de seguridad nacional de Estados Unidos, quien trabaja de cerca en asuntos sobre China, argumentó que Beijing es responsable de cualquier retraso en la comunicación de información vital sobre el virus al mundo.
“No creo que los funcionarios de Wuhan se lo hayan ocultado a Beijing”, dijo este funcionario a CNN. “Desde mi experiencia, hubo esfuerzos desde muy arriba para no hacer las cosas públicas lo más rápido posible. También hubo esfuerzos, después del hecho, para tratar de sentar las bases de manera que los locales claramente asumieran la culpa”, añadió.
La manera en que China funciona, dice el alto exfuncionario de la CIA Daniel Hoffman, dificultaría mucho que los funcionarios de Wuhan se guarden la información sobre la propagación del virus. El presidente Xi “tiene sus propios hombres en toda China, por lo que no puedes ocultarle información”, indicó Hoffman. “Eso no es del todo posible allí. Dirige una dictadura brutal; sus espías están por todas partes”, insistió.
“La idea de que algunos funcionarios locales pudieran ocultarle esto a Xi es fantasiosa. Excede el sentido común”, dijo Hoffman.
Alex Marquardt y Zachary Cohen, los dos de CNN, contribuyeron a este informe