(CNN) – Una cascada de crisis externas –un inminente huracán peligroso, disturbios raciales en Wisconsin– acechaba en el trasfondo de la tercera noche de la convención del presidente Donald Trump, que buscaba proyectar un sentido de mando.

Si el uso legalmente dudoso del martes de sus poderes oficiales ilustraba las ventajas que tiene el titular, los acontecimientos que requerían un liderazgo presidencial, que se arremolinaron el miércoles, subrayaron sus cargas.

Casi la totalidad del programa del miércoles se grabó con anticipación, lo que impidió abordar las dos crisis en tiempo real. Trump se quejó, la semana pasada, de que los discursos de algunos demócratas parecían viejos, a saber, el de la ex primera dama Michelle Obama, quien, según él, utilizó un recuento de muertes por coronavirus que ya tenía unos días.

Cuando llegó el momento del único discurso en vivo de la noche, del vicepresidente Mike Pence, las crisis recibieron una mención en medio de un ataque por lo demás violento contra Joe Biden. Pero en general, la convención avanzó en gran medida sin reconocerlas.

El liderazgo de emergencia influye en la reelección de cualquier presidente, pero Trump está bajo una presión especial para demostrar su capacidad para manejar una crisis. Su manejo de la pandemia del nuevo coronavirus ha tenido una amplia desaprobación. Otra emergencia nacional es una oportunidad para revertir la impresión de que es un líder ineficaz.

Sucede que la pandemia de covid-19 pasó casi sin ser mencionada, el miércoles, hasta que Pence habló, una progresión que la vio desempeñar un papel prominente, aunque engañoso, el lunes, desvanecerse de la vista, el martes, y desaparecer casi por completo, el miércoles, hasta que Pence habló.

Cuando lo hizo, ofreció una promesa audaz: “Estamos en camino de tener la primera vacuna contra el coronavirus segura y eficaz del mundo para fines de este año”.

Aquí hay cinco conclusiones de la tercera noche de la Convención Nacional Republicana:

¿Crisis? ¿Qué crisis?

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Las voces de protesta en la NBA por el caso de Jacob Blake
00:59 - Fuente: CNN

Cuando comenzó la programación de la convención del miércoles, se estaba gestando una crisis en la parte superior del Medio Oeste luego del tiroteo de la policía a Jacob Blake, un hombre negro, en Kenosha, Wisconsin. La otra gran atracción televisiva de la noche, los playoffs de la NBA, quedó descartada cuando los jugadores hicieron un boicot en protesta por el tiroteo de Blake (Trump ha criticado a los atletas profesionales que protestan por la injusticia racial).

Pero la convención avanzó a buen ritmo. La situación en Wisconsin no surgió específicamente hasta que Pence se dirigió a la convención desde Baltimore. E incluso entonces, las menciones fueron enmarcados como un ataque a Biden.

“La semana pasada, Joe Biden no dijo una palabra sobre la violencia y el caos que envuelve a ciudades de todo el país”, dijo. “La violencia debe detenerse, ya sea en Minneapolis, Portland o Kenosha. Demasiados héroes han muerto defendiendo nuestras libertades para ver a los estadounidenses golpearse unos a otros. Tendremos ley y orden en las calles de Estados Unidos para todos los estadounidenses de todas las razas, credo y color”.

Más tarde, atacó a Biden por reconocer el racismo sistémico en los departamentos de Policía de Estados Unidos.

“Joe Biden redoblaría las mismas políticas que están conduciendo a calles inseguras y a la violencia en las ciudades de Estados Unidos”, dijo, un argumento un tanto enrevesado dado que la violencia que está ocurriendo ahora sucede bajo el mandato de Trump.

Los eventos en Kenosha proporcionan un telón de fondo inquietante para la convención de Trump. Los disturbios encajan convenientemente con los mensajes a favor de la aplicación de la ley que tuvo la convención de esta semana, incluidos los mensajes del miércoles, cuando hablaron un hombre cuya esposa fue asesinada y el presidente de la Asociación Nacional de Organizaciones Policiales, quien dijo que los demócratas representaban la “boleta antipolicía más radical de la historia”.

Pero también dejan al descubierto las consecuencias de las acciones de Trump y brindan otro claro recordatorio de cómo Trump ha avivado las divisiones raciales durante su presidencia. Dos oradores destacados de la convención el lunes, Mark y Patricia McCloskey, se hicieron famosos por blandir armas delante de manifestantes. En las horas previas al inicio de la convención del miércoles, un residente de Wisconsin, de 17 años, fue acusado de un tiroteo que dejó dos manifestantes muertos.

El sospechoso había publicado un video corto del mitin de Trump en la Universidad Drake en Des Moines, Iowa, en una de sus cuentas de TikTok.

Ajuste de cuentas racial

Hasta ahora, los republicanos han ofrecido durante su evento un mensaje mezclado sobre el ajuste de cuentas racial en marcha a nivel nacional, una confusión que continuó el miércoles.

Mientras un desfile de oradores promocionaba las credenciales de “ley y orden” de Trump, otra categoría de oradores –incluido el activista de derechos civiles Clarence Henderson y el líder de Black Voices for Trump, Jack Brewer– buscó pintar a Trump como muy en sintonía con los problemas que enfrentan las personas negras, incluidas las duras penas de prisión.

Esas no son necesariamente ideas contradictorias. Pero el propio Trump las ha pintado como tales al ponerse abrumadoramente del lado de la policía. En lugar de reformar las sentencias, ha abogado por penas de prisión de 10 años por vandalizar monumentos federales.

Los esfuerzos por revertir la impresión de que Trump es racista se han convertido en uno de los temas más discernibles de la convención. Trump ha dicho repetidamente que ha hecho más por los afroestadounidenses que cualquier presidente anterior, pero las encuestas aún muestran que los votantes negros apoyan abrumadoramente a su rival.

En realidad, el esfuerzo se trata de algo más que quitar el apoyo de los votantes negros, y en particular de los hombres negros, que han aparecido de manera destacada.

En cambio, asesores dicen que tener voces negras que respondan por Trump está diseñado, en parte, para atraer a los votantes blancos que se han disgustado por su retórica racista y sus intentos de avivar las divisiones raciales.

Acto de equilibrio

Al mismo tiempo, otra emergencia se avecinaba en el golfo de México. Mientras sucedía la convención, estaba previsto que el huracán Laura tocara tierra durante la noche en Louisiana.

Los funcionarios de la Casa Blanca dicen que Trump está monitoreando el huracán de cerca, aunque no jugó un papel significativo durante la convención mayormente grabada del miércoles.

La primera mención se produjo más de 90 minutos después del comienzo, cuando la nuera de Trump, Lara Trump, dijo “Que Dios bendiga a los estados del Golfo en el camino del huracán”.

Pence también alentó a quienes se encontraban en el camino del ciclón a “mantenerse seguros y saber que estaremos con ustedes en cada paso del camino para brindarles apoyo, rescate, respuesta y recuperación en los días y semanas próximas”.

Los asistentes aún no han sugerido si Trump alterará sus planes de la convención debido al huracánn, a diferencia de las Convenciones Nacionales Republicanas de 2008 y 2012, que se truncaron debido a los huracanes. Trump tuiteó una foto, el miércoles, de una sesión informativa sobre los ciclones tropicales en la Oficina Oval.

Trump siempre ha mostrado una mayor disposición a parecer comprometido cuando los desastres golpean a los estados que votaron por él, y el huracán avanza en Louisiana y Texas.

Dependiendo de la severidad del daño del huracán, Trump corre el riesgo de parecer distante si continúa con su discurso de la convención como estaba planeado, para el jueves por la noche. En algún momento se enfrentará a una decisión sobre si modificar y cómo el discurso de aceptación de la candidatura. Dos funcionarios reconocieron que tendrán que determinar cómo abordar el huracán en medio de la convención, dependiendo del daño que cause tras tocar tierra. Pero dijeron que mover el discurso no está actualmente entre las opciones.

Trump y las mujeres

Puede parecer un matón cuando insulta la apariencia de las mujeres o, como hizo con la compañera de fórmula demócrata, las llama locas, pero una lista de asesoras de la Casa Blanca esperaba transmitir un lado diferente del presidente Trump el miércoles.

En un discurso profundamente personal, Kayleigh McEneny, su cuarta secretaria de Prensa, relató el apoyo de Trump cuando se sometió a una doble mastectomía preventiva, incluso en una llamada telefónica cuando se estaba recuperando.

“Me quedé impresionada”, dijo. “Aquí estaba el líder del mundo libre preocupándose por mí”, contó.

Kellyanne Conway, la asesora presidencial saliente, ha dicho que su reciente decisión de dejar la Casa Blanca para concentrarse en su familia la tomó con el respaldo total de Trump. Dijo, el miércoles, que Trump era un defensor de las mujeres.

“Nos confía y consulta, respeta nuestras opiniones e insiste en que estamos en pie de igualdad con los hombres”, dijo.

Es un lado de Trump que muchos de sus asesores han insistido, durante mucho tiempo, que está ahí en privado: el hombre que se preocupa por sus empleados, da a las mujeres un impulso en el lugar de trabajo y, en general, es consciente de los desafíos que enfrentan.

Pero es un lado que rara vez es evidente en público. Y los asesores políticos de Trump han observado con creciente preocupación cómo las encuestas mostraban que su apoyo entre las mujeres, y específicamente las mujeres blancas, disminuía. Trump se ha esforzado por enmendar la situación, incluyendo el hecho de dirigirse a las mujeres en sus esfuerzos por hacer retroceder las normas contra la segregación.

Pero los asistentes del presidente han dicho en privado que debe hacer más. Las mujeres votantes lo han calificado mal en su manejo de la pandemia de coronavirus y le dan malas calificaciones también por su comportamiento y su retórica divisiva.

Trump como quiere que lo vean

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A veces ha sido difícil detectar líneas uniformes en la convención de esta semana, que ha oscilado entre advertencias fatalistas sobre los demócratas, negación sobre el coronavirus y optimismo económico general.

No obstante, hay una línea consistente: cada orador ha ofrecido una visión del presidente que, sin importar cuán divorciada esté de la realidad, es la que siempre ha querido ver representada en televisión.

Este programa de televisión de producción propia de Trump –con sus propios editores y él mismo como director de elenco– ha logrado lo que el presidente no podría de otra manera, a pesar de las quejas sobre la cobertura de los medios y las sesiones de desahogo con los asesores.

Por supuesto, los oradores de la convención y los videos producidos hábilmente han lijado todos los defectos de Trump. En videos grabados dentro de la Casa Blanca de Trump saludando a trabajadores de primera línea, ex rehenes estadounidenses, presos indultados y nuevos ciudadanos estadounidenses, se emplea una edición hábil para evitar la impresión –a menudo presente cuando se ve a Trump en vivo– de que lucha por mantenerse en el tema.

Los arrebatos de ira y la información cuestionable que son un sello distintivo de sus conferencias de prensa y otros encuentros con los medios ya no están. Los oradores describen a un presidente que no ignoró la pandemia de coronavirus, no ha avivado las tensiones raciales y generalmente actúa como un presidente diferente al que se ve en la televisión todos los días.

Pence, quien reconoció que Trump “ciertamente ha mantenido las cosas interesantes”, insistió en que ha visto un lado diferente.

“He trabajado de cerca con nuestro presidente. Lo he visto cuando las cámaras están apagadas”, dijo.

Otros insistieron en que Trump había desarrollado amistades con países en los que las alianzas de Estados Unidos han sido tensas.

“He visto a Donald Trump encantar a la canciller de Alemania”, dijo el exembajador de Trump en Berlín Richard Grenell, una afirmación audaz para posiblemente la mujer más poderosa del mundo.

Si la afirmación forzó la credibilidad, mostró, no obstante, exactamente la persona que Trump quiere ser.