(CNN) – Con la designación de la tormenta tropical Vicky el lunes por la mañana, queda solo un nombre en la lista de la temporada de huracanes del Atlántico 2020: Wilfred. Entonces, ¿cómo se llamará la próxima tormenta después de Wilfred?
En lo que probablemente sea la segunda vez registrada en la historia, el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) tendrá que usar el alfabeto griego para designar los nombres de tormenta adicionales.
En 2005, el NHC tuvo que usar seis letras del alfabeto griego para dar cuenta del número récord de ciclones. Cuatro de esos sistemas alcanzaron la fuerza de tormenta tropical (Alpha, Gamma, Delta y Zeta), mientras que los otros dos alcanzaron la fuerza de huracán (Beta y Epsilon). El NHC no usa las letras Q, U, X, Y y Z porque no hay suficientes nombres para llenar esas letras.
¿Pero habrá más tormentas?
La temporada 2005 pasó al alfabeto griego. ¿Qué hace que los meteorólogos piensen que 2020 seguirá su ejemplo?
La temporada de huracanes en el Atlántico se extiende oficialmente del 1 de junio al 30 de noviembre. Estadísticamente hablando, el 10 de septiembre es el pico de la temporada. Durante una temporada promedio, vemos alrededor de tres tormentas con nombre en septiembre, dos tormentas en octubre y una en noviembre.
Lo que significa que si esta fuera una temporada de huracanes “normal”, es probable que aún tengamos algunas tormentas más posibles hasta fines de noviembre. Pero este año no es tiene una temporada “normal”. Se prevé desde hace meses que sea muy activa.
En lo que va de esta temporada, ya tuvimos 20 tormentas con nombre. El promedio para una temporada completa es de 12.
En agosto, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) actualizó el pronóstico de la temporada de huracanes y previó de 19 a 25 tormentas con nombre. Antes de esto, la oficina nunca había pronosticado hasta 25 tormentas en una temporada.
Todas las tormentas con nombre en lo que va de la temporada, excepto tres (Arthur, Bertha y Dolly), establecieron sus propios récord personales de las tormentas con nombre más tempranas de las que se tiene registro en la historia.
La Niña está oficialmente aquí
La Niña es parcialmente culpable de esta temporada tan activa. La semana pasada, NOAA anunció que emitió un aviso por La Niña, lo que significa que las condiciones de La Niña están presentes en el océano Pacífico central y oriental.
En una fase típica de El Niño, gran parte del océano Pacífico se caracteriza por aguas más cálidas, mientras que La Niña presenta un enfriamiento de esas mismas aguas del Pacífico. En el caso de los huracanes, La Niña debilita los vientos atmosféricos fuertes, lo que permite que las bolsas de aire caliente crezcan verticalmente y se conviertan en huracanes.
No solo es importante la presencia de La Niña, sino también la ausencia de El Niño, que influye en los últimos meses de la temporada de huracanes en el Atlántico.
“Por lo general, lo que pone fin a las temporadas de huracanes en el Atlántico es que la cizalladura vertical del viento se vuelve demasiado fuerte”, dice Phil Klotzbach, científico investigador de la Universidad Estatal de Colorado.
“Entonces, El Niño, a través de sus impactos en la cizalladura vertical del viento, tiene un impacto más fuerte en los huracanes de septiembre y especialmente de octubre que en los huracanes de agosto. Con La Niña, la cizalladura vertical del viento tiende a ser menor y, en consecuencia, terminamos con temporadas tardías más activas”, dijo Klotzbach.
Hay muchas comparaciones con la temporada de huracanes del Atlántico de 2005 que batió récords no solo porque la temporada de huracanes de este año está actualmente en camino de igualar el número de tormentas con nombre, sino porque también fue un año en el que La Niña se desarrolló en el otoño.