Nota del editor: John Avlon es analista político sénior de CNN. Las ideas expresadas en este artículo pertenecen al autor. Vea más notas como esta en cnne.com/opinion
(CNN) – Las pandemias no contemplan diferencias de política partidista. Entonces, cuando Robert Redfield, director de Trump en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. y conservador de toda la vida, dijo este miércoles ante el Congreso que una vacuna contra el covid-19 no estaría lista antes de las elecciones y probablemente no estaría disponible para el público general hasta mediados de 2021, hablaba como científico.
Pero la verdad nunca es lo que este presidente está buscando, así que unas horas más tarde, contradijo a Redfield, diciendo: “Es solo información incorrecta. Lo llamé, y no me dijo que era así, creo que recibió un mensaje tal vez confuso “, y agregó: “No, estamos listos para comenzar de inmediato cuando se anuncie la vacuna, y podría hacerse en octubre”.
El intercambio esencialmente demostró el punto de Joe Biden en su discurso del miércoles sobre la estrategia de la Casa Blanca frente al covid-19. “Confío en las vacunas, confío en los científicos, pero no confío en Donald Trump”, dijo.
Esta administración ha estado nutriendo esa estrategia propagandística mientras preside la peor respuesta del mundo a la pandemia de covid-19: Estados Unidos tiene solo el 4% de la población mundial, pero registra el 20% de las muertes por el nuevo coronavirus. Pero bueno, Jared Kushner nos asegura que estamos viviendo una historia de éxito.
En este contexto distópico, Trump y su gobierno simplemente no pueden dejar de hablar sobre su inexistente plan de atención médica. Va a ser genial - “todos serán atendidos” … habrá seguro para todos … nadie perderá la cobertura … “no habrá recortes” en Medicaid … y “nadie estará peor económicamente”.
Esas son solo algunas de las repetidas promesas que el mandatario y sus funcionarios han hecho sobre su plan fantasma. Una y otra vez, sigue diciendo que está a punto de ser revelado, solo unas pocas semanas de darse a conocer … “solo esperen”.
Bueno, hemos esperado. Durante casi cuatro años ya.
Todos hemos visto a la administración Trump tomar medidas obsesivas para acabar con la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, todo mientras Obamacare se ha vuelto cada vez más popular entre el pueblo estadounidense.
Mientras hablan sin fundamento sobre la protección de condiciones preexistentes sin un plan para hacerlo, el Ejecutivo está llevando su búsqueda para matar al Obamacare a la Corte Suprema, que escuchará el caso una semana después del día de las elecciones. Verá que querían asegurarse de que la audiencia de la Corte Suprema fuera después de que se emitieran los votos porque saben que discutir abiertamente para destripar la cobertura de las condiciones preexistentes podría perjudicarlos políticamente, dado que el 43% de los hogares estadounidenses informan tener al menos un miembro con una condición médica preexistente, según Gallup.
Pero una vez emitidos los votos, sus preocupaciones personales sobre el cuidado de la salud son completamente prescindibles desde su forma de concebir la política. Mire una foto familiar para ver quiénes podrían verse afectados, incluso podría ser usted.
Tal vez por eso Trump ha intensificado su infundada publicidad sobre el cuidado de la salud en los últimos meses, sintiendo el calor de las elecciones. En julio, le dijo a Chris Wallace que iba a firmar “un plan de atención médica dentro de dos semanas”. Grandes noticias, ¿verdad? Dos semanas después, no había ningún plan. Probó el mismo truco esta semana con una divagación dolorosa y semicoherente sobre su famoso plan que está “a la vuelta de la esquina”.
Seamos honestos, porque el presidente aparentemente no puede. No existe tal plan de salud diseñado por Trump. E incluso si intentan desesperadamente arreglar algo antes de las elecciones, algo a lo que tanto el presidente como su jefe de gabinete, Mark Meadows, aludieron esta semana (“es más una acción ejecutiva con un componente legislativo que es más visionario”, dijo Meadows), tendrá todo el peso de ser una jugada de campaña. Varios de los principales funcionarios de salud de Trump testificaron ante un subcomité de asignaciones del Senado el miércoles que no tenían conocimiento sobre ningún plan.
Durante 10 años, desde la aprobación de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, los conservadores han afirmado que apoyan la “derogación y reemplazo”. Es aliterado y una tontería total, porque todavía no han presentado un plan.
Eso se debe a que su último plan integral, propuesto por la conservadora Heritage Foundation y respaldado por senadores republicanos como alternativa a una iniciativa de la administración Clinton, fue implementado en Massachusetts por el entonces gobernador republicano Mitt Romney y luego se convirtió en la base de… suponen bien, del Obamacare.
El mandato individual que Trump odió tanto que lo destripó, se presentó originalmente como un mecanismo para fomentar la responsabilidad individual, un valor conservador antes de que llegara este presidente.
La Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible nunca fue socialista ni fue una toma del control del cuidado de la salud por parte del Gobierno, pero esos hechos aún no han detenido los constantes eslóganes que la han convertido en parte de un sistema de creencias hiperpartidista impermeable a los hechos. Sin embargo, ha tornado que se haga imposible lograr un consenso conservador sobre cómo sería un plan de salud republicano integral, especialmente con la retórica de Trump sobre lo que lograría su plan imaginario.
Por lo tanto, no crean en la exageración desesperada sobre la compra de Biden en el plan de pagador único de Bernie Sanders: fue uno de sus principales desacuerdos políticos durante la campaña primaria demócrata. Biden quiere una opción pública, no Medicare para todos. Hay muchas otras formas de mejorar el sistema actual, incluidas algunas que podrían gustar a los republicanos, como la reforma por negligencia médica. Pero no han estado proponiendo nada de eso de manera integral.
Ahora, con una elección presidencial a menos de 50 días de distancia, los republicanos están asustados de que los votantes se den cuenta de que su “plan” fantasma sea totalmente derogado y no reemplazado, en medio de una pandemia con una incertidumbre económica masiva, mientras que las personas con condiciones médicas preexistentes podrían encuentran que los costos se disparan mientras sus vidas penden de un hilo.
Con el presidente en guerra con la ciencia y el número de muertos en aumento, aquí está la dura verdad: el plan de atención médica de Trump tan publicitado es solo una más de sus mentiras.