(CNN) – La negativa del presidente Donald Trump a comprometerse con una transición presidencial pacífica el miércoles se produce en momentos en que republicanos de todo el país están tomando medidas concretas que amenazan con socavar la integridad de las elecciones, particularmente en estados clave del campo de batalla.
Los comentarios de Trump sobre la transición fueron solo la última de las instancias en las que ha buscado activamente sembrar dudas sobre la legitimidad de las elecciones. Pero más allá de la retórica de Trump, su campaña y republicanos a nivel estatal y local se están moviendo para hacer que sea más difícil para los votantes emitir su voto, más difícil para los estados contar los votos y que sea más probable que los conteos se impugnen en los tribunales. Su foco particular está en la votación por correo, que se está ampliando drásticamente este año debido a la pandemia de coronavirus.
Esos esfuerzos, junto con las repetidas afirmaciones infundadas de Trump de que las elecciones serán manipuladas, amenazan con corroer la confianza del público en el resultado. Y esto podría suceder independientemente de que se declare ganador a Trump o al exvicepresidente Joe Biden.
Intentos en plena batalla por la Corte Suprema
Los intentos llegan además en medio de una polémica pelea por ocupar el escaño de la Corte Suprema que dejó vacante la muerte de Ruth Bader Ginsburg. Esta es una situación en la que Trump podría elegir a la persona que decida su destino electoral.
“Pasé 38 años como abogado republicano yendo a los recintos en busca de pruebas de fraude. Hay, sin duda, casos aislados, pero nada como el fraude generalizado que de alguna manera invalidaría una elección o haría que cualquiera dudara de la transferencia pacífica de poder”, dijo Ben Ginsberg, quien ayudó a litigar las elecciones de 2000 en nombre de George W. Bush, a John King de CNN el jueves.
“Entonces, lo que es diferente en esto es que un presidente de Estados Unidos va directo a uno de los pilares de la democracia sin la evidencia que debes tener para defender el caso”, afirmó.
Los ataques del presidente a la democracia
Trump ha estado diciendo falsamente durante meses que la afluencia de boletas por correo como resultado de la pandemia de covid-19 es propicia para el fraude. Sugirió la semana pasada que es posible que los resultados de las elecciones nunca se determinen con precisión. Y también sugirió que la Corte Suprema determinaría el resultado de las elecciones (después de que su candidato esté potencialmente ubicado).
El presidente dio incluso un paso más el miércoles cuando se le preguntó si aceptaría una transición pacífica del poder. Dijo: “Bueno, vamos a tener que ver qué pasa”.
Los republicanos del Capitolio rechazaron la idea de que no se producirá una transición pacífica. Sin embargo, varios sí aceptaron la idea de que los tribunales tendrían que decidir la elección. Aquí hay una sugerencia implícita de que surgirá una disputa que cuestione los resultados.
‘Aceptaremos la decisión de la corte’
El presidente de la comisión judicial del Senado, Lindsey Graham, quien enfrenta su propia lucha por la reelección mientras guía al candidato de Trump a la Corte Suprema, dijo que aceptaría los resultados electorales de “la decisión de la corte”.
“Aceptaremos la decisión de la corte, republicana y demócrata, les prometo como republicano que si la Corte Suprema falla a favor de Joe Biden, aceptaré ese resultado”, dijo Graham en una entrevista con “Fox and Friends”. “No importa quién impugne los resultados para ser elegido, es probable que en última instancia la Corte Suprema escuche esa impugnación y cuando se pronuncie, es… es el fin de eso”, dijo.
Los republicanos han señalado los comentarios de Hillary Clinton de agosto de que Biden no debería conceder bajo ninguna circunstancia las elecciones si están cerradas. Pero Biden ha dicho que aceptará los resultados una vez que se cuenten todos los votos. “Seguro, los resultados completos. Cuenta cada voto”, le dijo a Anderson Cooper de CNN.
Ambas partes están peleando demandas en todo el país relacionadas con el acceso al voto. Y las campañas de Trump y Biden están preparando furiosamente planes de contingencia para una pelea legal postelectoral.
Los republicanos dicen que las posiciones legales que están tomando para detener los esfuerzos para expandir la votación por correo tienen la intención de salvaguardar las leyes electorales existentes para que no se modifiquen tan cerca del día de las elecciones. Los demócratas argumentan que el acceso a la votación debe ampliarse debido a la pandemia. Y dicen que están trabajando contra los esfuerzos para suprimir el voto.
Cuestionar e investigar el voto
Pero en varios estados, los republicanos están tomando medidas que podrían hacer más probable que se disputen los resultados de las elecciones. Esto tanto a través de demandas como de esfuerzos que podrían ralentizar el conteo de votos ausentes o cuestionar su legitimidad. Un funcionario estatal del partido en Pensilvania sugirió que la legislatura estatal podría determinar quién ganó las elecciones, en lugar del voto popular del estado, si los resultados de la votación demoraban demasiado en ser contabilizados.
Hay demandas en todo el país relacionadas con problemas de acceso al voto. Estas abarcan desde las boletas enviadas por correo y los buzones hasta cómo los votantes pueden arreglar las boletas de voto ausente en las que falta información. Esos casos son el preludio de posibles desafíos legales después del día de las elecciones.
En Carolina del Norte, dos miembros republicanos de la Junta Estatal de Elecciones renunciaron abruptamente el miércoles debido a un acuerdo alcanzado con el fiscal general del estado demócrata para permitir que los votantes arreglen las boletas de voto ausente con información faltante, sugiriendo que el acuerdo socavaría las boletas ausentes del estado. Hasta ahora, más de un millón de votantes en Carolina del Norte han solicitado boletas para votar por correo.
El Partido Republicano estatal calificó el acuerdo como un “abuso flagrante” luego de las renuncias. La campaña de Trump elogió las dimisiones, y afirmó que la demanda demócrata que desembocó en el acuerdo era parte de los esfuerzos “para manipular esta elección”.
Piden intervención de Barr
El vicegobernador de Carolina del Norte, Daniel Forest, un republicano, envió el jueves una carta al secretario de Justicia, William Barr, pidiéndole al Departamento de Justicia que investigue el acuerdo entre la junta y el fiscal general.
No es el único caso en que los republicanos han recurrido a las autoridades federales y a Barr, quien ha hecho sus propias afirmaciones falsas sobre el fraude y las boletas electorales por correo.
En la Florida, el fiscal general solicitó una investigación del FBI sobre los esfuerzos del multimillonario Michael Bloomberg para restablecer los derechos de voto de los delincuentes mediante el pago de sus multas.
Y en Pensilvania, el Departamento de Justicia anunció el martes que está investigando problemas con una pequeña cantidad de boletas por correo. El fiscal David Freed dijo que la investigación encontró que nueve “votos militares fueron descartados”. Además, en una divulgación inusual dijo que “los nueve votos fueron emitidos para el candidato presidencial Donald Trump”.
Sin embargo, varias horas después el comunicado de prensa fue retirado y luego vuelto a publicar. La nueva versión dice que, de hecho, solo siete de las nueve boletas se habían emitido a favor de Trump. Los otros dos se desconocían.
Un conteo retrasado y disputado
Varios estados están actualmente sumidos en luchas legislativas sobre si se permite que los funcionarios electorales comiencen a contar las boletas de voto ausente antes del día de las elecciones.
En Michigan, la legislatura controlada por los republicanos todavía no ha permitido que los funcionarios locales procesen las papeletas de voto en ausencia antes del día de las elecciones. El Senado estatal aprobó un proyecto de ley que otorga a los funcionarios un día adicional. Sin embargo, la legislación está estancada en la Cámara de Representantes.
Y el secretario de estado de Iowa, el republicano Paul Pate, busca contar con una autoridad de emergencia con el objetivo de tener tiempo adicional para procesar las boletas. El Consejo Legislativo del estado se reunirá el viernes para considerar la solicitud, según el Quad-City Times.
El problema de contar las papeletas por correo es tanto de procedimiento como político.
El recuento de las boletas electorales ausentes es un proceso que requiere más tiempo, ya que cada estado tiene diferentes reglas para validar las boletas. Esto implica desde asegurar que las firmas coincidan hasta que un testigo firme la boleta. Ambas campañas se preparan para tener funcionarios en los sitios monitoreando el conteo, lo que podría retrasar aún más el proceso.
Un problema político
Esto es un problema político porque las encuestas muestran que hay muchos más demócratas que republicanos que planean votar por correo. Uno de los escenarios de pesadilla de los demócratas es que los resultados de la noche de las elecciones muestran a Trump adelante y que, cuando su ventaja se evapora a medida que se cuentan los votos por correo, el presidente afirma que es una elección amañada.
Trump ya ha estado sentando las bases para presentar este argumento. “Debido a la cantidad masiva nueva y sin precedentes de boletas no solicitadas que se enviarán a los ‘votantes’, o a donde sea, este año, el resultado de las elecciones del 3 de noviembre NUNCA SE DETERMINARÁ CON EXACTITUD, que es lo que algunos quieren”, tuiteó Trump a principios de este mes.
Trump ha instado a sus seguidores en Twitter a que sean observadores en la votación. Expertos advierten que esto podría llevar a situaciones de intimidación o incluso a conflictos el día de las elecciones.
Grupos conservadores y republicanos a nivel local impulsan este esfuerzo al tratar de inscribir a sus miembros como observadores también. En Pensilvania, anuncios de Facebook pagados por los republicanos locales envían a los partidarios a un sitio web de la campaña de Trump. Allí pueden registrarse para ser observadores de las elecciones.
El papel de las legislaturas estatales
Los republicanos también buscan movilizar su base después de las elecciones. Una fuente republicana dijo que el litigio postelectoral disputado podría verse reforzado por planes para organizar manifestaciones favorables a Trump fuera de los juzgados donde se desarrollarán las demandas. El aparato para hacerlo ya se puso en marcha este verano en Nevada, donde la campaña de Trump realizó una demanda por la legislación estatal que envía boletas por correo a todos los votantes registrados.
La posibilidad de un conteo de votos retrasado e impugnado va más allá de la mera percepción pública de una elección legítima. Incluso ha llevado a algunos a considerar que las legislaturas estatales nombren electores para el colegio electoral, en lugar de que un estado vaya con el ganador del voto popular, en caso de una votación disputada.
‘Preguntas hipotéticas’
El presidente del Partido Republicano de Pensilvania, Lawrence Tabas, le dijo a The Atlantic que había mencionado esta perspectiva a la campaña de Trump. “Sin embargo, si el proceso es defectuoso y tiene fallas significativas, nuestro público puede perder la fe y la confianza” en la integridad de la elección, dijo Tabas.
El Partido Republicano del estado de Pensilvania dijo en un comunicado a CNN que el artículo de The Atlantic utilizó la entrevista “para hilar una farsa preventiva y fuera de contexto que proyecta una conspiración”.
Sin embargo, un portavoz del líder de la mayoría de la Cámara de Representantes de Pensilvania, Kerry Benninghoff, dijo que el tema se estaba discutiendo debido a la perspectiva de un resultado retrasado.
“Estas preguntas son completamente hipotéticas. La única razón por la que participamos en esta discusión es porque la semana pasada la Corte Suprema de Pensilvania emitió una decisión que sembró caos en las elecciones de Pensilvania al garantizar que no tendremos resultados electorales la noche de las elecciones y al poner en duda seriamente la integridad del proceso electoral que emprenderemos en pocas semanas”, dijo el portavoz Jason Gottesman en una declaración.
Limitar los buzones y los gastos de envío de las boletas
En otros estados, los republicanos entablaron demandas y otros esfuerzos que, de tener éxito, harían más difícil que las personas voten.
En Ohio, una junta de presupuesto estatal controlada por los republicanos rechazó una solicitud del secretario de Estado para reorganizar los fondos existentes para pagar por adelantado el franqueo de devolución de todas las boletas de voto ausente. Frank Larose, el secretario de Estado, es republicano y los miembros de su propio partido rechazaron su propuesta.
La campaña de Trump presentó una demanda sin éxito en Pensilvania para evitar que los condados instalaran buzones de votación adicionales. El objetivo es que se puedan usar para devolver boletas de votantes ausentes. La Corte Suprema de Pensilvania rechazó su argumento y, en cambio, abrió el camino para que los funcionarios locales agregaran más buzones.
En Nevada, la campaña de Trump también presentó una demanda. El objetivo era bloquear una nueva ley estatal que estableció el voto por correo universal para las elecciones generales de 2020. Su demanda fue desestimada por un juez federal. La decisión de cambiar a una elección casi exclusivamente por correo fue tomada por la legislatura dirigida por los demócratas y el gobernador demócrata.
Y en la Florida, los jueces conservadores de un tribunal federal de apelaciones dictaminaron que el estado puede prohibir que los exdelincuentes voten si no han pagado los honorarios judiciales o las multas que formaban parte de su sentencia. El tribunal confirmó una ley aprobada por la legislatura controlada por el Partido Republicano, que decía que los derechos de voto no se pueden restaurar hasta que se paguen las multas.
Las demandas de los demócratas de cara a las elecciones
Los demócratas también han presentado demandas en todo el país. Sus demandas incluyen esfuerzos para que sea más fácil “remediar” las boletas ausentes a las que les falta información, como en Carolina del Norte. También buscan la extensión de los plazos de votación por correo para contar las boletas con matasellos del día de las elecciones. Esto incluso si los funcionarios electorales las reciben después.
Esos esfuerzos también podrían convertirse en fuente de disputas legales después del día de las elecciones. Los republicanos podrían acusar a los demócratas de tratar de burlar las leyes electorales. Esto podría suceder particularmente si el margen de un estado clave entre Trump y Biden es muy delgado y las campañas examinan cada boleta como sucedió en el recuento de la Florida de 2000 con las papeletas que no estaban completamente perforadas.
En esa disputa, la Corte Suprema falló a favor de Bush para detener el recuento y Gore concedió la elección. Trump predijo que la contienda presidencial de este año también terminará en la Corte Suprema. Aunque no dio indicios de que haría la misma concesión que Gore si perdía.
“Esta estafa que están haciendo los demócratas —es una estafa— esta estafa estará ante la Corte Suprema de los Estados Unidos”, dijo Trump. “Y creo que tener una situación de 4-4 no es una buena situación, si lo entiendes”.
Kristen Holmes, Pamela Brown, Sarah Westwood, Dianne Gallagher, Kelly Mena y Pamela Kirkland de CNN contribuyeron a este informe.