(CNN) – Mientras que la región de Asia y el Pacífico se está manteniendo a flote hasta que se encuentre una vacuna contra el coronavirus, las economías más grandes de Occidente se están ahogando en una segunda ola de covid-19 que se establece firmemente en Europa.
Europa ahora informa más infecciones diarias que Estados Unidos, Brasil o India, países que han estado impulsando el recuento mundial de casos durante meses, a medida que aumenta la apatía pública hacia las pautas del coronavirus.
Varios países están viendo que las tasas de infección se disparan nuevamente después de una tregua del verano en la que se relajaron las medidas para contener el virus y las restricciones de viaje.
En Reino Unido, por ejemplo, se preguntan si la decisión del primer ministro Boris Johnson de levantar el bloqueo del país en junio fue prematura.
Las altas tasas actuales de covid-19 en el norte de Inglaterra se deben al hecho de que las infecciones “nunca disminuyeron tanto en el verano como lo hicieron en el sur”, dijo Jonathan Van-Tam, subdirector médico de Gran Bretaña, en una conferencia de prensa este lunes.
Es solo el problema más reciente que le ha acosado a la descuidada respuesta a la pandemia de Gran Bretaña. Ahora hay más pacientes en el hospital con covid-19 en Inglaterra de los que había en marzo, cuando se impuso una orden de confinamiento a nivel nacional, según Johnson y funcionarios de salud.
Francia y Países Bajos batieron sus propios récords durante el fin de semana, informando el mayor número de casos confirmados de covid-19 desde el inicio de la pandemia.
En Estados Unidos hubo más casos positivos nuevos en la Casa Blanca el 2 de octubre que en todo Taiwán luego de que el presidente Donald Trump se convirtiera en el segundo líder del G7 (después de Johnson) en dar positivo por covid-19. A pesar de su enfermedad, Trump ha continuado minimizando la gravedad del virus y potencialmente poniendo en peligro la salud de quienes lo rodean, realizando un mitin de campaña el lunes.
El manejo del covid-19 de la región Asia Pacífico
Siete meses después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara una pandemia mundial, la vida está más cerca de la normalidad en la región de Asia y el Pacífico gracias a las lecciones básicas de epidemiología: comunicación clara, cuarentenas, controles fronterizos, pruebas agresivas y rastreo de contactos, dijo a CNN Kenji Shibuya, director del Instituto de Salud de la Población del King’s College de Londres.
Los clubes nocturnos permanecen abiertos en Taiwán, que también celebró su primer espectáculo en un estadio a plena capacidad en agosto.
Miles de personas fueron fotografiadas visitando la Gran Muralla China la semana pasada, meses después de que unas 20.000 personas acudieran a un estadio de Nueva Zelandia para un partido de rugby.
Los países europeos con respuestas exitosas a una pandemia, como Alemania, han adoptado este enfoque.
Pero los expertos dicen que España, Estados Unidos y Reino Unido están viendo cómo los casos se disparan y aparecen grietas en el consenso político y público, luego de que optaron por reabrir prematuramente sus economías sin hacer caso de esas reglas.
El gobierno de España declaró el viernes el estado de emergencia en la región de Madrid, la más afectada del país, a fin de anular las objeciones de los líderes regionales a las restricciones.
En Reino Unido, los mensajes confusos de Johnson y la falta de transparencia en la toma de decisiones han generado críticas de todo el espectro político.
Pero en lugar de hacer un balance de sus fallas y buscar un camino sostenible a seguir, ha crecido una narrativa angloamericana, lo que sugiere que es demasiado tarde para tratar de emular a las naciones de Asia y el Pacífico, dijo el Dr. Tim Colbourn, un especialista en epidemiología de la salud global y profesor de evaluación en el University College London.
Los pensadores libertarios, las cartas abiertas y los políticos al otro lado del Atlántico han abogado —con poco mérito científico— para que los gobiernos “abandonen las restricciones y permitan que [el covid-19] se extienda” por el bien de la economía, dijo Colbourn.
Esta es una idea enloquecedora para la gran mayoría de los profesionales de la salud y los científicos, quienes señalan la alta tasa de mortalidad del covid-19 y sus efectos a largo plazo en los sobrevivientes.
“Cuando países [como EE.UU. y Reino Unido] experimentan una disminución de la esperanza de vida, debería ser una señal de alerta”, dijo Martin McKee, profesor de salud pública europea en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
El deterioro de la salud en las poblaciones tiene consecuencias electorales, dijo McKee a CNN, agregando que históricamente esos factores causaron “populismo y luego se produce el fracaso estatal”.
Las medidas contra el coronavirus en Europa
Por el contrario, la Unión Europea reanudó el turismo interregional en junio, a pesar de que muchos países europeos tardaron en exigir a los visitantes que se sometieran a pruebas de rutina a su llegada.
La agencia de turismo de las Naciones Unidas, la OMT, descubrió que “Europa es la región en la que más destinos (81%) han aliviado las restricciones de viaje”, mientras que solo el 28% de los destinos en la región de Asia y el Pacífico habían suavizado los controles fronterizos para el 1 de septiembre, según su análisis de las restricciones de viaje.
Taiwán y Corea del Sur, que tuvieron el segundo número más alto de casos del mundo en febrero, controlaron los brotes sin instrumentos contundentes como bloqueos gracias a sus sistemas de rastreo y prueba estándar de oro, y una estrategia de comunicación transparente que ha mantenido al público al margen.
Reino Unido implementa métodos convencionales de rastreo de contactos, que identifican casos y rastrean a las personas que conocieron después de que se volvieron infecciosas, dice McKee.
Mientras tanto, países asiáticos como Corea del Sur se han basado en lo que se conoce como rastreo hacia atrás, que intenta identificar el evento, el lugar o la fuente de una infección.
“¿Fueron las iglesias en Alemania, nuestras plantas de empaque o un club nocturno en Corea?”, dijo Mckee, y agregó que en lugar de centrarse en la fuente de infección, Reino Unido ha “golpeado a comunidades enteras con un martillo” de cierres localizados sin consultar a los líderes locales.
Dice que tales medidas son apropiadas “si no se tiene inteligencia” sobre la fuente de un brote, pero agrega: “Reino Unido no debería estar en esa posición en este momento”.
Incluso la situación económica parece menos dura. El FMI pronostica que la economía de la región de Asia-Pacífico se contraerá un 0,2% este año, mientras que las de EE.UU. y Europa Occidental se hundirán un 5,9% y un 7,3% respectivamente.
Tropos culturales
La respuesta de Asia-Pacífico ha sido moldeada por el brote de SARS de 2003. El trauma de ese período significó que muchos países asiáticos estaban mejor preparados y con mejores recursos para actuar de manera decisiva al comienzo de la pandemia con la aprobación pública.
Pero un estribillo común, y orientalista, ha surgido de los comentaristas occidentales de que sería imposible imponer medidas más draconianas y, posiblemente sensatas, reglas sobre el uso de máscaras para los angloamericanos amantes de la libertad.
Países como Noruega y los Países Bajos recomiendan máscaras en espacios públicos interiores, pero no lo exigen. Las autoridades suecas han desalentado activamente el uso de máscaras, a pesar del alto número de muertes por covid-19 en hogares de ancianos.
Además de recurrir a tropos culturales perezosos, como la racialización inmediata de Trump del brote al llamar al coronavirus el “virus de China, “los líderes estadounidenses y británicos también han socavado repetidamente la orientación y las mejores prácticas.
Aunque desde entonces ha cambiado de táctica, en marzo Johnson dijo que estrechó la mano “a todo el mundo” durante una visita a un hospital que trataba a pacientes confirmados con covid-19, el mismo día que el Grupo Asesor Científico para Emergencias del gobierno defendió la práctica.
Trump ha convertido las máscaras en un tema hiperpartidista, burlándose rutinariamente del candidato presidencial demócrata Joe Biden por usar una cubierta facial.
Las estrategias de comunicación son una “intervención no farmacéutica” subestimada que no solo son útiles a corto plazo, al fomentar medidas como el uso de mascarillas, sino que también tienen usos a largo plazo, dice Heidi Tworek, profesora asociada de Historia y Políticas Públicas en la Universidad de Columbia Británica, quien fue autor de un informe sobre comunicaciones democráticas durante la pandemia.
El informe analizó tres jurisdicciones democráticas en la región de Asia-Pacífico —Taiwán, Nueva Zelandia y Corea del Sur— y encontró que los mensajes coherentes de esos gobiernos fueron útiles para prevenir la “fatiga de cumplimiento” y sentó las bases para la adopción de vacunas.
“También son importantes para cultivar la confianza entre los ciudadanos y sus gobiernos, una confianza que es fundamental para la estabilidad futura de las instituciones democráticas”, señaló el informe.
Ganar confianza
Esa confianza se puede perder fácilmente. Un estudio en The Lancet encontró que cuando el asesor principal de Johnson, Dominic Cummings, violó las reglas de confinamiento pero no enfrentó consecuencias, socavó la fe del público en la capacidad del gobierno para manejar la pandemia.
Lo contrario sucedió en Nueva Zelandia, donde David Clark, su ministro de Salud, fue degradado en abril de 2020 después de violar dos veces las regulaciones de covid-19 del país. Renunció en julio y la buena voluntad para el gobierno se ha mantenido.
Nueva Zelandia y Corea del Sur adoptaron un “enfoque de división del trabajo para comunicar información política y científica”, señaló el informe.
Los funcionarios de salud pública primero entregarían la ciencia. El mensaje sería humanizado y reforzado con significado por políticos como la primera ministra de Nueva Zelandia, Jacinda Ardern, o el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-on, en discursos televisados o en Facebook, dijo Tworek.
La desinformación y las conspiraciones se abordaron en Corea del Sur y Taiwán a través de información de alta calidad que se difundió en múltiples canales, agregó Tworek.
Para involucrar al público, el gobierno taiwanés trabajó con comediantes locales para crear memes para su estrategia de “humor sobre rumor”.
Incluyó el uso de un “perro vocero” de dibujos animados, un Shiba Inu llamado Zongchai, para ayudar a comunicar sus políticas. Un meme mostró que la política de distanciamiento social interior de 1,5 metros equivalía a la longitud de tres Shiba Inu, mientras que la política de distanciamiento social exterior era de dos Shiba Inu.
Se distribuyeron máscaras a los hogares taiwaneses al comienzo de la pandemia, muchas de ellas en un tono rosa. Después de escuchar que los estudiantes varones estaban siendo intimidados por usar máscaras rosas en las escuelas, los funcionarios usaron cubiertas faciales rosadas en su sesión informativa diaria.
“Es fantástico porque no se trata solo de contrarrestar la desinformación, se trata de contrarrestar el estigma y los prejuicios”, dijo Tworek. “Esto no es ciencia espacial. Estos son principios básicos de comunicaciones de salud y riesgo [para] establecer confianza”.
¿Se celebrarán próximas elecciones durante la pandemia?
Las democracias asiáticas también tienen una solución para eso. Corea del Sur registró su mayor participación en la encuesta de abril, ya que los votantes usaron máscaras y guantes, las cabinas de votación fueron desinfectadas y las personas se espaciaron mientras hacían cola para votar.
En los EE.UU., los funcionarios están convirtiendo grandes recintos y centros deportivos en centros de votación para adaptarse a las preocupaciones de distanciamiento social en la encuesta de noviembre.
Nueva Zelandia y Hong Kong pospusieron las elecciones durante el verano, citando temores de coronavirus.
Si bien el principal partido de oposición de Nueva Zelanda respaldó la medida, algunos activistas a favor de la democracia en Hong Kong afirmaron que el gobierno estaba usando la pandemia como excusa para evitar pérdidas potenciales en unas elecciones cruciales.
El mayor obstáculo de Estados Unidos sigue siendo su presidente, quien ha cuestionado repetidamente la integridad del proceso democrático al socavar la forma más segura de entregar una boleta en una pandemia: la votación por correo.
A medida que Trump sigue minimizando la amenaza del virus, otras 20.000 muertes por covid-19 son “inevitables” para fin de mes, dijo a CNN el exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., Dr. Tom Frieden, este fin de semana.
A diferencia de la región de Asia y el Pacífico, Occidente parece estar en camino de un trágico invierno.