(CNN) –– Estados Unidos es desde este miércoles el primer país en retirarse oficialmente del acuerdo climático de París. Se trata del pacto histórico destinado a proteger al planeta de los impactos, cada vez peores, de la crisis climática.
Sin embargo, dependiendo del resultados de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el país podría tomar otro rumbo. Existe la posibilidad de que EE.UU. se reincorpore rápidamente en caso de que gane el candidato demócrata Joe Biden. El exvicepresidente se comprometió a revertir la decisión del presidente Donald Trump sobre abandonar el Acuerdo de París, que fue ratificado por 189 países.
Tras un año en el que se registraron incendios forestales récord y una serie aparentemente interminable de huracanes en la costa del Golfo, EE.UU. es ahora el único país que se ha retirado formalmente del acuerdo desde que fue adoptado en 2015.
La reglas del Acuerdo de París
Las reglas del Acuerdo de París estipulan que un país debe esperar un año completo para retirarse después de notificarle a la ONU su intención de hacerlo. La cuenta regresiva para la salida de EE.UU. comenzó el 4 de noviembre de 2019. Ese día, Estados Unidos envió un aviso sobre sus planes de dejar el pacto.
“Estados Unidos notificó a las Naciones Unidas su retiro hace un año, el 4 de noviembre de 2019. Según los términos del acuerdo, ese retiro entrará en vigor exactamente un año después de la entrega de la notificación. Hoy ––4 de noviembre de 2020–– Estados Unidos ya no es parte del Acuerdo de París”, informó este miércoles un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU.
De alguna manera, la salida de este miércoles es una mera formalidad. Trump anunció por primera vez sus planes de retirarse del acuerdo hace más de tres años. Además, su gobierno ha mostrado poco interés en volver a unirse a la lucha climática global.
Aún así, EE.UU. podría volver al Acuerdo de París.
Si llega hacerlo ––y cómo luce la trayectoria del calentamiento global a futuro–– probablemente dependerán del resultado de las elecciones.
Las intenciones de Trump y Biden frente al cambio climático
Trump no ha dado señales de tener la intención de regresar al acuerdo si gana la reelección. Adicionalmente, su administración ha pasado gran parte de los últimos cuatro años deshaciendo regulaciones que buscaban reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos.
Por su parte, Biden prometió regresar al acuerdo lo antes posible después de su toma de posesión si gana las elecciones. El plan climático que propuso, y que asciende a 2 billones de dólares, busca que Estados Unidos logre una generación de electricidad 100% limpia para 2035.
Biden buscaría regresar al Acuerdo de París si gana
Si Biden gana, podría enviar ––después de su toma de posesión el 20 de enero–– una notificación a las Naciones Unidas acerca de que Estados Unidos tiene la intención de volver a unirse al Acuerdo de París. Así, luego de apenas 30 días, el país se reincorporaría al pacto.
Cuando Estados Unidos se unió al acuerdo de París bajo la administración de Barack Obama, se comprometió a reducir sus emisiones entre un 26% y un 28% para 2025, en comparación con los niveles de 2005
Pero análisis muestran que Estados Unidos no está ni cerca de alcanzar dichos objetivos.
Los expertos indican que volver a entra al Acuerdo de París sería la parte fácil. Trazar un camino para reducir sustancialmente las emisiones del país y ––lo más importante–– cumplir esos objetivos es un desafío mayor.
Bajo las reglas del acuerdo, se espera que los países fortalezcan sus compromisos para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero cada cinco años. Antes de que la pandemia aplazara una importante cumbre climática de la ONU, se suponía que 2020 sería el siguiente hito para que los países aumentaran sus promesas.
Si EE.UU. volviera a ingresar al Acuerdo de París, se esperaría que anunciara reducciones más ambiciosas para 2030, según Andrew Light, alto exfuncionario de clima en el Departamento de Estado durante la administración Obama. Esto implicaría, añadió Light, que el país también esboce planes detallados sobre cómo alcanzará esos objetivos.
El desafío de volver a ingresar al Acuerdo de París
Light espera que Biden, sin duda, use acciones ejecutivas y presione para incluir fondos de energía limpia en un nuevo paquete de estímulo el próximo año si gana la presidencia. Pero más allá de eso, los resultados de otras carreras de 2020 podrían volver a entrar en juego.
Incluso, en un escenario en el que los demócratas mantienen el control de la Cámara y consiguen una estrecha mayoría en el Senado, una posible administración de Biden enfrentaría problemas para aprobar una legislación climática integral sin tener algún apoyo republicano.
“Eso es lo que todos estaremos esperando ver”, apuntó Light. “Y eso determinará cuán difícil será para Biden armar un paquete legislativo que pueda hacer que los estadounidenses vuelvan a trabajar con empleos de energía limpia. Y también demostrarle al mundo que realmente estamos de regreso”, completó.
Biden también enfrentaría la gran tarea de reconstruir la credibilidad de Estados Unidos en lo que respecta a la acción climática, según expertos.
Esta es la segunda vez que EE.UU. se retira de un acuerdo climático internacional después de liderar las negociaciones. La primera salida fue del Protocolo de Kioto, un pacto climático previo al que se unió durante la administración Clinton. Solo para retirarse durante la presidencia de George W. Bush.
“Si Biden gana, tendrá que pasar por un proceso para volver a unirse a París”, dijo Light. “En parte será sencillo y en parte no, porque la reputación de Estados Unidos ya se ha visto dañada en este tema”.
Los principales emisores, además de EE.UU., siguen en el Acuerdo de París
Si Trump gana la reelección y no vuelve a a unirse al acuerdo, los expertos esperan que Estados Unidos aún más al margen de la comunidad internacional.
Todas las otras grandes superpotencias y principales emisores de gases de efecto invernadero del mundo ––incluyendo China, India, la Unión Europea, el Reino Unido, Japón, Rusia y Brasil–– pertenecen a los 189 países que aún forman parte del Acuerdo de París. EE.UU. se une a una pequeña minoría de no participantes: Irán, Libia, Iraq, Turquía y algunas otras naciones pequeñas.
La oportunidad que pierde Estados Unidos
A nivel nacional, deberíamos esperar una continuación de las tendencias que hemos visto en los últimos cuatro años. Esto es que los esfuerzos de estados como California y Nueva York para reducir las emisiones entran en conflicto con los esfuerzos de la administración Trump para revertir las regulaciones, según Jonathan Pershing, ex enviado especial para el cambio climático en el Departamento de Estado de Estados Unidos durante la administración Obama.
“La pregunta es: ¿el gobierno federal adelantará o limitará la capacidad de los estados para actuar?”, dijo Pershing. “Y todo indica que tienen la intención de hacer eso”.
Según Light, al retirarse del Acuerdo de París EE.UU. también pierde una gran oportunidad de inversión económica. La cual, justamente, se estima en 23 billones de dólares en las 21 principales economías de mercados emergentes solo hasta 2030.
Y en términos puramente científicos, la ausencia de Estados Unidos es un duro golpe para la lucha contra el calentamiento global.
Estados Unidos es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo. En ese sentido, sin el país no reduce significativamente sus propias emisiones y no presiona a otras naciones para que establezcan objetivos más agresivos, seguirá siendo una tarea difícil el hecho de lograr emisiones netas cero para mediados de siglo.
Los que busca el acuerdo
Los objetivos del Acuerdo de París son limitar el calentamiento global muy por debajo de los 2 grados centígrados y realizar esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados centígrados.
Sin embargo, el empeoramiento de desastres provocados por el clima durante los últimos años se ha producido con apenas más de 1 grado centígrado de calentamiento.
“Solíamos pensar… que el calentamiento de 2 grados centígrados era un gran problema. Pero que si podíamos mantenernos por debajo de eso, podríamos evitar lo peor del daño”, dijo Pershing. “Ahora estamos viendo que los daños han comenzado y son cada vez peores, mucho más. Y la gente piensa cada vez más que tenemos que tener un mayor grado de urgencia y una acción rápida de lo que podrían haber pensado incluso hace cuatro años”.