(CNN) – Líderes del Partido Republicano observan con nerviosismo el manejo errático del presidente Donald Trump de unas elecciones que se le están escapando. Y urgen delicadamente al mandatario y a su equipo a que presenten argumentos claros sobre las irregularidades electorales que denuncian o acepten la voluntad del pueblo estadounidense.
Mientras ven a Trump hacer una afirmación infundada tras otra, los republicanos están preocupados por las ramificaciones duraderas del aluvión de ataques infundados del presidente contra una piedra angular de la democracia de Estados Unidos. Especialmente cuando se preparan para dos meses de intensas batallas por dos carreras de enorme trascendencia en Georgia que determinarán la próxima mayoría en el Senado.
Pero los principales republicanos también actúan con cautela en torno a un presidente volátil que tiene una enorme influencia en la base de su partido. Muchos no están dispuestos a desafiar directamente sus afirmaciones dudosas y, en cambio, le instan a exponer sus argumentos con mayor detalle.
Fuentes del Partido Republicano dijeron el viernes que la idea es dar a Trump y su equipo una oportunidad presentar sus argumentos y permitir que las disputas se resuelvan por sí mismas en los tribunales. Argumentan que si las demandas no prosperan, entonces Trump no tendrá más remedio que conceder la elección sin que ellos deban confrontarlo.
“Corresponde a la administración Trump presentar los argumentos específicos sobre irregularidad electoral”, dijo el senador de Carolina del Sur Lindsey Graham, presidente de la Comisión Judicial del Senado, quien también defendió las afirmaciones infundadas de Trump sobre un posible fraude. “Están revisando los archivos electorales ahora”, prediciendo más detalles en las próximas 48 horas.
Las diferentes reacciones de los republicanos a las acusaciones de fraude
Los líderes republicanos se acercan a él con cautela. Algunos, como el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, defienden públicamente sus reclamos. Otros, como el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, tratan de encontrar un punto medio.
McConnell, un líder cauteloso pero intencionado, elaboró cuidadosamente un mensaje público sobre las acusaciones de Trump que respeta las preocupaciones del presidente y sus ardientes partidarios, pero no respalda sus nebulosas acusaciones de fraude electoral. El viernes, McConnell se negó a decir nada más allá de su declaración redactada con delicadeza.
Los republicanos sostienen que ahora le corresponde al presidente proporcionar al público detalles sobre las denuncias de fraude electoral generalizado en varios estados cruciales que han dejado al exvicepresidente Joe Biden al borde de la presidencia.
“Creo que el presidente debería dejar esta discusión en manos de sus abogados”, dijo el presidente de Reglas del Senado, Roy Blunt. Su comisión es la encargada de supervisar las elecciones. “Y si tienen argumentos que presentar, hay un proceso en el que lo hacen y ese proceso es oportuno”.