(CNN) – Si das un paseo por los bosques de la costa este de Australia, es posible que te encuentres con el petauro gigante: un marsupial del tamaño de una zarigüeya con orejas grandes y una cola larga y peluda que planea de árbol a árbol.
Hasta la semana pasada, el petauro estaba clasificado como una sola especie. Pero un nuevo estudio encontró que en realidad eran tres diferentes. Esto marca el descubrimiento de dos nuevas especies de marsupiales.
“La biodiversidad de Australia se ha vuelto mucho más rica”, dijo el profesor Andrew Krockenberger de la Universidad James Cook, que formó parte del equipo de investigación. “No todos los días se confirman nuevos mamíferos, y mucho menos dos nuevos mamíferos”.
Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que el petauro podría ser de varias especies, aunque nunca hubo pruebas suficientes, agregó en un comunicado de prensa de la universidad. Hubo indicios como diferencias en su tamaño, color y fisiología, que se habían atribuido a una subespecie en lugar de a un grupo completamente diferente.
Composición genética
Pero la secuenciación del ADN permitió al equipo analizar la composición genética de los petauros y confirmar la teoría por primera vez. El estudio fue publicado en la revista Scientific Reports.
“Cambia por completo la forma en que pensamos sobre ellos”, dijo Denise McGregor, estudiante de doctorado en la Universidad James Cook y una de las autoras del estudio.
Los nombres en latín de las tres especies ahora son Petauroides volans, Petauroides minor y Petauroides armillatus, según el estudio.
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Al igual que los koalas, los petauros más grandes solo comen hojas de eucalipto. Viven en bosques a lo largo de la Gran Cordillera Divisoria. Esta es una importante cadena montañosa que recorre la costa este desde el norte de Queensland hasta el sur de Victoria.
Alguna vez fueron comunes, pero su número ha estado disminuyendo durante años, lo que genera preocupación entre los conservacionistas. La pérdida y la fragmentación del hábitat representan las mayores amenazas. Con factores que contribuyen como los desastres naturales, la tala y el cambio climático, según la agencia ambiental de Victoria.
Estas amenazas han afectado duramente a muchas poblaciones de animales. Australia tiene la tasa más alta de pérdida de especies que cualquier área del mundo. Pero los petauros más grandes son particularmente vulnerables debido a su dieta específica y su dependencia de árboles maduros para refugiarse. Ahora figuran como “vulnerables” en la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN.
La temporada de incendios forestales de Australia 2019-2020
La devastadora temporada de incendios forestales de Australia 2019-2020 asestó otro golpe a la vida silvestre, incluidos los petauros. Los incendios quemaron más de 97.000 kilómetros cuadrados (9,7 millones de hectáreas) de tierra y mataron a millones de animales, según el estudio. Marcó una gran crisis ambiental y de biodiversidad, y los científicos temen que especies enteras hayan sido aniquiladas por meses de incesantes incendios.
Esa es en parte la razón por la que este descubrimiento de las tres especies distintas de petauros es tan significativo, agregó el estudio. Podría tener importantes implicaciones para su conservación.
“Este año Australia experimentó una temporada de incendios forestales de una severidad sin precedentes, lo que resultó en una pérdida generalizada de hábitat y mortalidad”, dijo Kara Youngentob de la Universidad Nacional Australiana, coautora del estudio, en el comunicado de prensa.
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Comprensión de la diversidad para proteger a las especies
“Como resultado, ha habido un mayor enfoque en comprender la diversidad genética y la estructura de las especies para proteger la resiliencia frente al cambio climático”.
Agregó que el descubrimiento destacó una “falta de información” sobre las dos nuevas especies de petauros gigantes, lo que podría afectar las futuras acciones de conservación y la legislación de gestión.
El estudio se hizo eco de esta preocupación, argumentando que la conservación eficaz se basa en una clasificación taxonómica precisa.
“La falta de conocimiento sobre la estructura genética de las especies en su área de distribución puede resultar en una incapacidad para manejar y proteger adecuadamente las especies de la extinción”, dijo el estudio.
“Esto es especialmente cierto después de un desastre natural, cuando las decisiones sobre el manejo de la vida silvestre deben tomarse rápidamente y en circunstancias desafiantes”.
El estado de conservación del petauro gigante, junto con muchos otros animales, ahora está siendo reevaluado después de los incendios.