(CNN) – En una protesta reciente el sábado frente a la estación de tren de Stratford en Londres, compuesta por hippies con bindi, teóricos de la conspiración con pasamontañas y hombres de mediana edad con chaquetas impermeables, un manifestante del grupo StandUpX gritó en un megáfono.
“La vacuna está ahí para hacerte infértil … esa vacuna solo hará que ellos puedan controlarte”, gritaron.
Rebekah, de 24 años, a quien solo identificamos por su nombre de pila, escuchó la perorata peligrosamente falsa. Rebekah, sobreviviente de abuso doméstico, dijo que vivía en una casa protegida de Manchester cuando comenzó el primer confinamiento en todo el Reino Unido en marzo. “Si todavía estuviera viviendo en casa [con su abusador] encerrada, probablemente habría muerto”, le contó a CNN.
Pero las preocupaciones de Rebekah sobre los aplastantes efectos sociales y económicos de las restricciones pandémicas tomaron un giro conspirativo después de que leyó una publicación de Instagram que, según ella, hizo que cuestionara “información compartida por los medios”. Ella investigó el asunto en línea, recopilando información que, aunque no estaba respaldada por hechos, respaldaba sus crecientes sospechas.
Muchas teorías de conspiración han encontrado fuerza durante la pandemia, y una de las primeras que encontró Rebekah fue la afirmación ampliamente desacreditada de que el cofundador de Microsoft, Bill Gates, se estaba beneficiando de las vacunas contra el coronavirus.
No hay evidencia de que Gates o su fundación se beneficien de las vacunas contra el covid-19, según PolitiFact, una operación de verificación de hechos no partidista.
En las últimas semanas, Rebekah dice que ha asistido con sus dos hijos a numerosas protestas contra el confinamiento, mientras comparte publicaciones cargadas de conspiración sobre la pandemia con sus 11.000 seguidores en Instagram. “Tenemos que confiar en ella [la vacuna] … sabiendo que ellos [Gates y las compañías farmacéuticas] no se meterán en problemas si alguno de nosotros muere”, dijo mientras le entregaba una paleta a su hija.
Si bien puede parecer fácil hacer pasar la manifestación de 80 personas como un evento marginal, el viaje de Rebekah a las líneas del frente de protesta es un microcosmos de cómo la desinformación en línea ha permitido que conspiraciones fantásticas encuentren una audiencia más grande.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) “se dio cuenta de que si la gente piensa que el covid-19 es un engaño, no solo saldrán y desobedecerán las reglas”, dijo Anna-Sophie Harling, directora general para Europa de la herramienta de confianza en Internet NewsGuard, que señala la desinformación anti-vacunación para la agencia de la ONU, entre otros proyectos. “Pero es difícil convencer a la gente de que se vacune por algo que no creen que exista o que no creen que sea un problema”, le comentó a CNN.
En 2021, los expertos temen que este universo alternativo y libre de hechos alimente las dudas en tomar la vacuna, un arma vital en la lucha contra el virus. “Para vencer al covid-19, también debemos vencer la pandemia paralela de desconfianza que ha obstaculizado constantemente nuestra respuesta colectiva a esta enfermedad”, advirtió Francesco Rocca, presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en una sesión informativa virtual con la Asociación de Corresponsales de la ONU el 30 de noviembre.
El universo alternativo
La primera señal de un problema comenzó cuando las restricciones cerraron grandes extensiones del planeta en la primavera.
Un estudio de la Universidad de Oxford descubrió que miles de videos de desinformación sobre el coronavirus, incluido el clip “Plandemic” que afirmaba falsamente que el covid-19 se creó en un laboratorio con fines de lucro, se compartieron 20 millones de veces en las redes sociales entre octubre de 2019 y junio de 2020.
Casi al mismo tiempo, QAnon, un peligroso grupo en línea que cree que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lucha en secreto para derribar a una camarilla de pedófilos, también encontró una audiencia más amplia en Europa. Una investigación de CNN revisó las páginas de Facebook y los grupos relacionados con la conspiración de QAnon con sede fuera de EE.UU. y encontró al menos 12,8 millones de interacciones entre el comienzo del año y la última semana de septiembre.
A medida que pasaban los meses, los debates libertarios contra el uso de máscaras y los confinamientos comenzaron a cruzarse con más fuerza con las teorías de la conspiración. Una marcha de agosto contra las restricciones por el covid-19 en la capital de Alemania, Berlín, terminó con manifestantes que se tomaron las escaleras del Reichstag. Entre la multitud se encontraban partidarios de QAnon que portaban la insignia del grupo conspirativo, así como manifestantes que ondeaban pancartas imperiales, una bandera ahora desplegada por la extrema derecha ya que la esvástica está prohibida en Alemania.
Anetta Kahane, fundadora del grupo antirracista Fundación Amadeu Antonio, observó la marcha desde la ventana de su apartamento en Berlín con horror. Ella le dijo a CNN que parecía que grupos dispares de conspiradores, neonazis, anti-vacunas y esotéricos parecían haber superado sus diferencias políticas. “Está contra el liberalismo, contra la sociedad globalizada, contra la ciencia, contra los intelectuales, contra el multiculturalismo y todas las [trampas] de la sociedad moderna”, dijo en ese momento.
Louise Creffield y Vince Dunmall, los fundadores de un grupo anti-confinamiento, Save Our Rights UK, le dijeron a CNN que su enfoque era la legislación, no las conspiraciones, insistiendo en que los encierros y los mandatos de enmascaramiento son ilegales y antidemocráticos.
Sin embargo, los fundadores del grupo han expresado sentimientos contra la vacunación y se sabe que han coorganizado marchas con anti-vacunas y teóricos de la conspiración como Piers Corbyn, hermano del exlíder del Partido Laborista británico Jeremy Corbyn. Piers Corbyn es un negacionista del cambio climático que hace proselitismo en línea acerca de que el covid-19 es un “virus falso”, a pesar de todas las pruebas de lo contrario.
CNN se ha comunicado con Corbyn en busca de comentarios.
La página de Facebook del grupo ha publicado videos con teóricos de la conspiración antisemitas como David Icke, quien popularizó la falsa idea de que una especie de lagarto que cambia de forma ejerce control sobre la sociedad humana al obtener poder político para manipular el mundo. Considerado uno de los conspiradores más notorios del Reino Unido, Icke ahora afirma que la pandemia fue completamente planeada. “Realmente estamos en la cúspide entre cualquier tipo de libertad y un fascismo que haría que incluso los nazis se estremecieran debido a su naturaleza tecnológica”, dijo en la entrevista en video con Save Our Rights UK.
Casi dos meses después, publicaron una entrevista con Desmond Swayne, un legislador del Partido Conservador en el poder, que se opone a las restricciones. El cofundador de Save Our Rights UK, Dunmall, dijo: “Mira, David Icke puede ser alguien que habla fuera de lugar con respecto a lo que mucha gente piensa. Pero hemos tenido una combinación de Desmond Swayne viniendo y diciendo lo que tiene que decir”. “Sabes, es libertad de expresión y es un derecho humano tener tus opiniones. El hecho de que no estés de acuerdo con ella no significa que no tengas derecho a ella”, le dijo a CNN.
“La entrevista con SOR [Save Our Rights UK] fue exclusivamente sobre el confinamiento y la coerción”, inidicó Swayne a CNN en un correo electrónico. “Si bien nunca aprobaría la vacunación obligatoria o forzada, soy un entusiasta de la vacunación”, agregó.
‘Veracidad’
El problema no es la libertad de expresión; el problema real es que los teóricos de la conspiración profesionales como Icke han explotado los acontecimientos mundiales para ganarse la vida, dice Daniel Allington, profesor titular del King’s College de Londres y experto en creencias conspirativas.
Cuando se le pidió que comentara si explotó los eventos mundiales para obtener ganancias financieras, Icke declinó hacer comentarios.
Las restricciones por covid-19 del gobierno contenían aspectos de escenarios que los teóricos de la conspiración habían predecido durante años, dijo Allington.
“Esa vida será como la ’1984’ de George Orwell y cada aspecto de tu vida será controlado por el gobierno y todo será rastreado y estarás bajo vigilancia constante y habrá terribles castigos por ello”, explicó.
No ayuda cuando estas falsas ideologías están respaldadas por celebridades y expertos en televisión. A principios de diciembre, la estrella de “Black Panther”, Letitia Wright, compartió preocupaciones y teorías de conspiración sobre las vacunas contra el covid-19.
La actriz compartió un video en Twitter de una celebridad de YouTube que hizo afirmaciones infundadas sobre la seguridad de las vacunas, pero finalmente eliminó el tuit después de docenas de intercambios con personas que la criticaron por difundir información errónea potencialmente peligrosa.
En noviembre, la presentadora de televisión británica Emma Kenny sugirió que las vacunas contra el covid-19 dañarían a los niños en un tuit eliminado desde entonces. También compartió un video en el que dijo, “todo en lo que a mí respecta, lo que he considerado una conspiración se parece cada vez más a la realidad”.
En una declaración a CNN, Kenny aseguró que no niega el covid-19 ni está en contra de la vacunación. “De hecho, para aquellos que quieran la vacuna, si eso los hace sentir seguros, será algo bueno. En este momento, solo quiero que se me permita una elección informada y creo que en EE.UU. y el Reino Unido esto no debería ser un punto polémico. Siempre defenderé que las personas tengan autonomía sobre sus cuerpos”, agregó.
Los movimientos populistas occidentales, como el voto del Brexit, también sentaron las bases para que la gente ignorara las advertencias de los expertos a mediados de esta década, dice Joe Ondrak, investigador principal de la organización de verificación de hechos Logically.
“Tenías la famosa frase del [legislador conservador] Michael Gove de que la gente estaba harta de expertos”, dijo Ondrak sobre la declaración del político en el período previo a la votación del Brexit en el Reino Unido en 2016. Explicó que el periodo sentó un precedente para el discurso civil ya no se trata de las calificaciones de una persona para hablar sobre un tema, pero “mucho más acerca de los sentimientos y las emociones” y la idea de “veracidad”; esta última significa que “se siente como la verdad y, por lo tanto, la voy a creer”.
‘Gran parte del daño ya está hecho’
El principal culpable de la difusión de estas cosmovisiones ficticias han sido las redes sociales.
Si bien las encuestas de Allington han encontrado que la mayoría de las personas en el Reino Unido rechazan las conspiraciones, dijo que “está bastante claro que los eventos del año pasado han acelerado estas teorías”.
En mayo, un estudio del King’s College London e Ipsos MORI con base en tres encuestas sobre conspiraciones de covid-19 realizado por Allington y sus colegas y que entrevistó a residentes del Reino Unido, descubrió que tres de cada diez creían que el virus probablemente se había creado en un laboratorio. Las personas que obtuvieron su información de las redes sociales eran más propensas a creer en conspiraciones que las que la obtuvieron por televisión o radio, según el estudio.
“Los grupos de Facebook que contienen desinformación sobre el covid-19 y las vacunas han crecido prácticamente sin control”, indicó Harling de NewsGuard. “Cada grupo tiene un grupo de respaldo, y cuando eso falla [después de ser eliminado por Facebook] tienden a mudarse de Facebook”, a la controvertida plataforma conservadora de redes sociales Parler, o Gab o Telegram, agregó.
Facebook históricamente ha luchado para manejar la información errónea contra las vacunas en su plataforma y solo comenzó a prohibir los sitios de QAnon en octubre, tres años después de que se formara el colectivo de conspiración.
La compañía dijo este mes que eliminaría las afirmaciones de coronavirus desacreditadas. Pero el informe de NewsGuard sobre los ‘superpropagadores’ de desinformación de la vacuna contra el covid-19 en la plataforma, publicado antes del anuncio de Facebook, muestra que muchas de las páginas marcadas permanecen en el sitio.
Un portavoz de la compañía Facebook le dijo a CNN que toma “medidas agresivas para limitar la difusión de información errónea sobre el covid-19”, que ha “conectado a más de 2.000 millones de personas con información precisa de las autoridades de salud pública” y elimina el contenido que podría conducir a ” daño físico inminente”, como publicaciones falsas sobre curas de virus o vacunas.
El portavoz agregó que Facebook eliminó más de 12 millones de ejemplos de dicho contenido entre marzo y octubre y trabajó con verificadores de datos de terceros para adjuntar advertencias a 167 millones de publicaciones sobre covid-19.
En Instagram, que es propiedad de Facebook, cuatro de los 10 primeros resultados de búsqueda de la palabra “vacuna” son cuentas anti-vacunación. “En muchos sentidos, creo que gran parte del daño ya se ha hecho. El movimiento anti-vacuna: la gente cree que el covid-19 es un engaño; esa gente ha sembrado sus semillas desde marzo”, afirmó Harling.
Ondrak dijo que otro problema para Facebook son los que él llama “microinfluencers”: perfiles individuales que promueven las conspiraciones sobre covid-19 a través de publicaciones públicas que reciben cientos de acciones. “Son complicados, ya que es una red subterránea que no se puede ver desde el software de análisis”, agregó.
No existe una única solución al problema. A Ondrak le preocupa que la eliminación de publicaciones y páginas pueda volver a reforzar las opiniones de las personas sobre las conspiraciones.
“Antes de 2020, las narrativas de conspiración eran solo marginales, pero no es así ahora y la idea de eliminación debe repensarse, simplemente porque es un discurso más amplio ahora”, señaló, y agregó que la eliminación podría verse en sí mismo como una reivindicación de las creencias deformadas de alguien.
Para Allington, los gigantes de las redes sociales como Facebook “deben asumir este problema y reconocer que han contribuido a él a través de sus políticas”.
Una posible solución podría ser abrirse a investigadores externos “que podrán auditar el éxito de sus políticas y controlar la difusión de este contenido”, sugirió Allington.
Cuando se le preguntó si Facebook estaría abierto a la sugerencia de Allington, el portavoz de la compañía dijo que trabajaba con verificadores de hechos de terceros y “ha mostrado advertencias en alrededor de 167 millones de publicaciones sobre covid-19, lo que lleva a que el 95% de las personas no hagan clic para leer el original”.
Otro enfoque, según Harling, es mejorar las habilidades de alfabetización mediática y la transparencia total de las empresas de tecnología.
“Entonces, transparencia hacia el usuario sobre lo que hay detrás del contenido en su suministro de noticias, pero también por parte de las plataformas tecnológicas sobre por qué están tomando ciertas decisiones, cuánto contenido están eliminando, qué pasos se están tomando y por qué”, afirmó.
De vuelta en la protesta de Londres, Rebekah le dijo a CNN después de la manifestación que no abandonó su apartamento durante tres meses en el primer confinamiento del Reino Unido, temerosa por ella y la vida de sus hijos debido al covid-19.
Pero dijo que se sintió estafada después de leer una publicación engañosa de Instagram en el verano, que apuntaba a que el gobierno del Reino Unido rebajó la calificación de covid-19 de su lista de enfermedades infecciosas de alta consecuencia (HCID, por sus siglas en inglés) como prueba de que las autoridades estaban exagerando el virus.
Es cierto que la agencia de salud pública de Inglaterra ya no considera al covid-19 como un HCID, pero eso no significa que el país no lo considere altamente peligroso. La designación HCID es para patógenos como el ébola, que tiene una tasa de mortalidad promedio del 50%. Si bien el covid-19 tiene una tasa de mortalidad de alrededor del 1% en los países de ingresos altos, según el Imperial College London, tiene una tasa de transmisión más alta y ha matado a muchas más personas en África que el brote de ébola de 2014-16.
“Descubrir que durante todo ese tiempo, mi mente podría haber estado en paz, podría haberme concentrado en otras cosas. Los niños podrían haber salido y jugar, me sentí tan crédula”, dijo Rebekah. Ahora, dice, hay muy pocas cosas que le hagan cambiar de opinión sobre su creencia en la conspiración sobre Bill Gates y la vacuna contra el covid-19. Tampoco tomará la vacuna contra el nuevo coronavirus. “Siempre cuestiono todo … Sé que Google no lo es todo, pero echaré un vistazo allí y veré qué puedo encontrar”.