(CNN) – El siguiente paso crucial en la demorada versión estadounidense de la democracia está sobre nosotros, y también la última oportunidad en la búsqueda desesperada del presidente Donald Trump de anular los resultados de las elecciones que perdió.
El miércoles es la culminación del proceso del Colegio Electoral, cuando los votos de los estados determinados por los resultados de las elecciones generales del 3 de noviembre se cuentan formalmente durante una sesión conjunta del Congreso. Conocemos los resultados: Joe Biden ganó 306 votos electorales, superando los 232 de Trump, pero la sesión del Congreso sella la victoria del demócrata, antes de su toma de posesión, el 20 de enero.
La serie de eventos de meses entre el día de las elecciones y el día de la toma de posesión se establece por la Constitución y las leyes federales, y normalmente son sólo ceremoniales. Mientras Trump continúa presionando a los funcionarios en estados clave para que revisen sus recuentos de votos, serán los legisladores republicanos que actúen en su nombre los que llevarán a cabo el último grito ahogado de objeciones abiertamente antidemocráticas para aceptar votos electorales de estados indecisos que Trump perdió.
Continúa leyendo para conocer lo que sabemos sobre lo que sucederá el miércoles y un breve resumen de cómo llegamos aquí. Si estás interesado en leer más, aquí hay un informe del Servicio de Investigación del Congreso sobre cómo debe proceder el conteo. Y aquí está el texto de la Ley de Conteo Electoral de 1887, que creó el sistema actual.
De nuevo, ¿qué es el Colegio Electoral?
Los estadounidenses no eligen directamente al presidente. En cambio, los votantes que van a las urnas el día de las elecciones técnicamente están votando por electores que, de acuerdo con el sistema establecido por la Constitución, se reúnen en sus respectivos estados y votan por presidente y vicepresidente. Aquí está el cronograma:
- Los votantes votaron en sus estados el día de las elecciones, el 3 de noviembre o antes.
- Los estados contaron las boletas y resolvieron las disputas electorales en los tribunales el 8 de diciembre o antes.
- Los electores emitieron sus votos por el ganador de cada estado el 14 de diciembre.
- Los votos se cuentan en el Congreso el 6 de enero.
- Joe Biden prestará juramento el 20 de enero al mediodía.
¿Qué sucederá exactamente durante la ceremonia del miércoles 6 de enero?
Lo que veremos este miércoles es al vicepresidente Mike Pence, quien técnicamente es presidente del Senado de EE.UU., convocar a las dos cámaras a la 1 p.m. ET para contar oficialmente los votos del Colegio Electoral, que tradicionalmente se presentan en grandes y ornamentadas cajas de caoba con forro de cuero.
Cuatro legisladores designados como “escrutadores”, dos de la Cámara de Representantes y dos del Senado, leerán los certificados de voto de cada estado. Lo harán alfabéticamente, comenzando con Alabama.
El proceso generalmente toma alrededor de una hora, pero este año podría durar muchas horas porque algunos republicanos planean oponerse a los resultados de ciertos estados, un paso que obligará a hasta dos horas de debate por cada estado. Todas esas objeciones serán sometidas a votación y se espera que fracasen.
Al final, Pence leerá los totales de votos que califican a Biden para tomar el juramento del cargo el 20 de enero.
¿Escrutadores? ¿Certificados de voto? ¿Qué lenguaje es este?
Esta es la jerga legal del siglo XIX. Este programa oficial con guión se estableció en la Ley de Conteo Electoral de 1887, una ley aprobada después de la impugnada elección de 1876.
Los escrutadores son designados por la Cámara de Representantes y el Senado para leer los certificados de verificación. Este año son los senadores Roy Blunt de Missouri y Amy Klobuchar de Minnesota y los representantes Zoe Lofgren de California y Rodney Davis de Illinois. Se trata de los presidentes y miembros de alto rango de las comisiones de reglas de ambas cámaras.
Los certificados de voto son los recuentos oficiales del voto electoral de cada estado. Copias son enviadas a Washington para el recuento, pero otras copias también se guardan en cada estado y en los tribunales como respaldo.
¿Qué oportunidades tienen los republicanos de cuestionar los resultados?
Las objeciones son la razón por la que el recuento ceremonial de este año podría llevar tanto tiempo. Los legisladores pueden objetar si sienten que los electores de un estado no fueron elegidos de manera adecuada o legal. Lo que es diferente este año es que forzarán el debate sobre esas objeciones.
Los legisladores tienen todo el derecho de objetar los votos electorales de un estado y a menudo lo hacen. Mira aquí para ver a Biden, entonces todavía vicepresidente de EE.UU., rechazando las objeciones demócratas a la elección de Trump durante la versión de 2017 de esta ceremonia.
Este año, por primera vez desde que la senadora demócrata de California Barbara Boxer se opuso a la victoria del presidente George W. Bush en Ohio en 2005, los senadores han dicho que se unirán a las objeciones de la Cámara de Representantes, lo que forzará el debate. (La única otra vez que ocurrió esto desde 1887 fue en 1969, cuando un elector se opuso a los resultados populares para votar por George Wallace).
En cada objeción presentada por escrito y firmada por un congresista y un senador, la sesión conjunta se detiene y ambas cámaras suspenden la sesión para considerarla por separado. Luego, tanto la Cámara de Representantes como el Senado votan sobre si apoyar la objeción.
¿Qué sucede cuando hay una objeción?
Una objeción debe ser presentada por escrito y respaldada por un congresista y un senador. Luego, las dos cámaras, la Cámara de Representantes y el Senado, levantan sus sesiones para considerar la objeción.
Estas sesiones, que podrían tener la sensación de una especie de juicio cuando los legisladores presentan sus casos, solo pueden durar un máximo de dos horas. Cada legislador puede hablar hasta por cinco minutos, aunque pueden ceder su tiempo a otros legisladores. Luego, ambas cámaras votan por separado.
Todo esto sucede simultáneamente, así que prepárate para alternar entre las corrientes de la Cámara y el Senado.
¿Cuántas objeciones habrá?
No lo sabemos. Los legisladores que apoyan a Trump han sugerido que se opondrán a los votos electorales de seis estados indecisos que eligieron a Biden: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.
¿Harán objeciones y forzarán un debate de dos horas sobre cada una? Eso aún está por verse. Pero si agotan todo el tiempo posible, eso significaría que el proceso durará hasta la madrugada del jueves.
¿Es posible que estas objeciones pongan en peligro el resultado?
No. Los demócratas tienen mayoría en la Cámara de Representantes, por lo que ninguna objeción pasará esa cámara. Varios republicanos en el Senado ya han dicho que votarán en contra de las objeciones, lo que hace imposible que una objeción tampoco pase allí.
Pero habrá una gran cantidad de legisladores republicanos, quizás 140 en la Cámara de Representantes, una mayoría de republicanos allí, y más de una docena de senadores republicanos que votarán para sostener las objeciones y socavar la victoria de Biden. Ese es un respaldo notable al comportamiento antidemocrático de un partido político importante y debe recordarse cada vez que uno de esos republicanos hable sobre la democracia en el futuro.
¿Se espera alguna otra sorpresa?
Seguro que habrá protestas. Trump ha animado a sus seguidores a que también asistan al Capitolio mientras se cuentan los votos.
Además, hay que observar a Pence. Él juega un papel muy visible en este proceso: pedir a los escrutadores que cuenten los votos, mantener el orden en la sesión conjunta, responder a las objeciones y, al final, anunciar el recuento oficial de votos que convertirá oficialmente a Biden en el presidente electo.
El representante republicano de Texas Louie Gohmert había dirigido un esfuerzo legal para obligar a Pence a no reconocer los votos electorales de los estados indecisos, pero Pence había respondido en la corte que la demanda era inapropiada y un juez federal desestimó la demanda.
Si Pence intentara rechazar algún voto, sus acciones como presidente del Senado podrían ser apeladas y anuladas, según el ex parlamentario del Senado Alan Frumin.
Incluso si los aliados de Trump pudieran, de alguna manera, desechar votos electorales que no les gustan, eso no convertiría a Trump en el próximo presidente. Si ningún candidato tiene 270 votos electorales, y Trump no los tiene, la elección del presidente pasa a la Cámara de Representantes. La delegación de cada estado obtiene un voto.
Si bien los demócratas controlan la cámara, los republicanos en realidad controlan más delegaciones estatales, por lo que esto sería una ventaja para Trump. Pero nuevamente, con algunos valientes republicanos en la Cámara de Representantes y el Senado que rechacen el esfuerzo de sus colegas de partido para derrocar las elecciones, el único resultado final realista es que Pence, después de que se escuchen y voten todas las objeciones y se cuenten todos los votos electorales, anuncie oficialmente la victoria de Biden. Fin.