(CNN) –– Uno visita a los operadores telefónicos de la Casa Blanca, se dirige a los soldados en las bases de todo el país, pasa a saludar a los guardias nacionales posicionados para la toma de posesión y habla por teléfono con su sucesora.

El otro está escondido, silenciado en las redes sociales, resistiéndose a las súplicas para dar un discurso de despedida y negándose a hablar con el hombre que le ganó las elecciones.

Las formas en que, respectivamente, el vicepresidente Mike Pence y su jefe, el presidente Donald Trump, terminan sus mandatos en la Casa Blanca contrasta fuertemente.

Una manera es decididamente más presidencial que la otra.

Hubo un período prolongado de distanciamiento entre ellos, después de que Trump llamó a Pence un “ma*****” y lo vapuleó frente a una multitud que luego irrumpió en el Capitolio de EE.UU. para perseguirlo. Pero ahora, Trump y Pence están hablando.

Sin embargo, muchos en la órbita de Pence siguen furiosos por la manera en que se comportó Trump el día del intento de insurrección. Una situación en la que los agitadores estuvieron a solo segundos de encontrarse con Pence y su familia en los pasillos fuera del Senado. Trump no llamó para revisar la seguridad de Pence durante la terrible experiencia.

Y, aunque volvieron a hablar, los dos hombres se encuentran en caminos completamente divergentes durante el ocaso de su administración.

Este jueves, Pence habló con la vicepresidenta electa Kamala Harris por primera vez. Se trata del contacto de más alto nivel hasta la fecha entre las dos administraciones. Su conversación fue descrita como cordial, según na persona familiarizada con el asunto. De acuerdo a la fuente, Pence ofreció sus felicitaciones y asistencia. El diario The New York Times informó por primera vez sobre la conversación.

Por su parte, Trump ha rechazado todas las cortesías hacia Biden, a quien técnicamente no le ha concedido la victoria de manera formal. El presidente se resistió a invitar a Biden a la Casa Blanca para una reunión postelectoral que es tradición. Tampoco lo llamó por teléfono. Y no se espera que lo reciba en la Casa Blanca el día de la toma de posesión. Trump sostiene en privado que venció a Biden, según personas que han discutido el asunto con él.

En lugar de darle la bienvenida a Biden a la Casa Blanca y compartir un automóvil en la ceremonia de toma de posesión, Trump planea salir de la residencia en la mañana del 20 de enero. Está previsto que participe en una despedida en la Base Conjunta Andrews y vuele a Palm Beach a bordo del Air Force One. Todo antes de que Biden se posesione como el presidente número 46 de EE.UU. Incluso el uso de Blair House, el alojamiento de invitados presidenciales, quedó en manos del Departamento de Estado en la víspera de la inauguración para ofrecerlo formalmente a los Biden.

Pence, mientras tanto, planea asistir a la toma de posesión.

En los últimos días, Pence ha surgido como una figura más visible que el presidente. Precisamente, Trump solo ha aparecido en videos pregrabados por personal de la Casa Blanca. Aunque muchos de los asesores de Trump lo han alentado a pronunciar un discurso de despedida, ya sea en vivo o grabado, él parece desinteresado y evasivo. Ha expresado una autocompasión extrema, según personas familiarizadas con las conversaciones. Y también se ha vuelto hosco porque más republicanos no lo defienden, de acuerdo a las fuentes.

Pence, quien está entre los asesores que alentaron al presidente a condenar más enérgicamente los disturbios de la semana pasada, adoptó una perspectiva más alegre.

Durante una salida en la tarde de este jueves, se acercó al grupo de operadores telefónicos de la Casa Blanca que trabajan en el Nuevo Edificio de Oficinas Ejecutivas al otro lado de la calle de la Casa Blanca. Les regaló presentó monedas de desafío y una carta de agradecimiento enmarcada.

Desde allí, viajó a la sede de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias para una sesión informativa sobre la seguridad de la toma de posesión. Trump también recibió la sesión informativa esta semana en la Casa Blanca, pero no la abordado los temas en profundidad.

“Todos vivimos ese día 6 de enero. Y como dejó claro ayer el presidente, estamos comprometidos con una transición ordenada y con una toma de posesión segura”, dijo, sentado a la cabecera de una mesa flanqueada por una bandera estadounidense. “El pueblo estadounidense no se merece menos”, añadió.

Antes de regresar a la Casa Blanca, Pence se detuvo para recibir a los soldados apostadas fuera del Capitolio, donde una semana antes el vicepresidente había estado acurrucado en un lugar seguro mientras los agitadores irrumpían en el edificio.

“Dios los bendiga”, les dijo. “Ha sido un gran honor servir como su vicepresidente”.

Pence está usando el Air Force Two ampliamente en sus últimos días. Voló a Virginia Occidental este viernes para el funeral del piloto de pruebas Chuck Yeager. Allí, dijo a los asistentes que expresaba su más sentido pésame “en nombre del presidente de Estados Unidos”.

También viajará a dos instalaciones militares durante el fin de semana. Primero, a la Estación Aeronaval de Lemoore, en California, el sábado para hacer comentarios sobre la política exterior de la administración Trump. Luego a Fort Drum, en Nueva York, este domingo para dirigirse a los soldados de la 10ª División de Montaña que regresaron recientemente de Afganistán.

El alcance de los mensajes de Trump sobre su legado en política exterior llegó en forma de una declaración enviada por correo electrónico este jueves. “Las tropas militares de Estados Unidos en Afganistán están en un mínimo de 19 años. Asimismo, Iraq y Siria también están en el punto más bajo en muchos años. Siempre estaré comprometido a detener las guerras interminables. Ha sido un gran honor reconstruir nuestro Ejército y apoyar a nuestros valientes hombres y mujeres en uniforme. Unos 2,5 billones de dólares invertidos, incluso en hermosos equipos nuevos, todos fabricados en EE.UU.”, se lee en el pronunciamiento.

La declaración parecía ser un sustituto de lo que de otro modo habría sido un tuit, si Trump no hubiera sido expulsado permanentemente de Twitter.