Chicago (CNN) – Una médica de Chicago dice que las bajas tasas de vacunación entre los latinos no se deben solo a que estén vacilantes.

En muchos casos, dice la doctora Marina Del Ríos, médica de la sala de emergencias, en realidad se trata de cuestiones de logística y acceso.

“La mayoría de las personas están dispuestas a vacunarse”, dijo la Dra. Del Ríos a CNN. Pero “tienen más preguntas relacionadas con ‘¿dónde puedo ponerme la vacuna, cuándo será mi turno, me va a costar dinero?’”.

Dra. Marina del Ríos.

A nivel nacional, los residentes hispanos o latinos contrajeron covid-19 en casi el doble de la tasa de personas blancas y fueron hospitalizados más de cuatro veces la tasa de personas blancas, según datos recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC). Solo menos del 12% de los vacunados en el primer mes de la aplicación de vacunas eran hispanos o latinos.

Desde marzo, los residentes hispanos en Chicago han representado más casos confirmados de coronavirus que cualquier otro grupo demográfico. La distribución equitativa en Chicago fue una de las primeras preocupaciones entre los funcionarios de salud en el área, a quienes les preocupaba que los desiertos de farmacias de la ciudad pudieran empeorar las desigualdades de los efectos de la pandemia.

La ciudad ha hecho un esfuerzo para que la vacuna esté más disponible. A diferencia de muchas áreas metropolitanas grandes, Chicago está permitiendo que las farmacias como Walgreens vacunen a los elegibles, junto con las farmacias locales más pequeñas en el área.

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Aún así, los sitios de distribución están agrupados en las áreas más blancas de la ciudad y están mucho más dispersos en los lados sur y oeste de la ciudad, donde la mayoría de los residentes son negros o hispanos. Los habitantes de Chicago negros e hispanos han recibido un 38% combinado de las primeras dosis de la vacuna, mientras que los residentes blancos han recibido casi el 50%, según un análisis de CNN.

La Dra. Del Ríos, que trabaja en el Centro Médico de la Universidad de Illinois en Chicago, comparó el proceso de distribución de vacunas con “jugar a los Juegos del Hambre”.

“Si aún no estás atado a una sede médica, lo cual es una realidad para muchos latinos indocumentados o sin seguro médico, entonces tus posibilidades de vacunarse pronto son escasas o nulas”.

¿Cuáles son las barreras?

Fahida Martínez ha vivido y trabajado en La Villita de Chicago durante muchos años. Como alguien cuyo trabajo se centra principalmente en el alcance comunitario, trabajar desde casa durante la pandemia no fue lo ideal. Terminó hablando por teléfono y en Zoom con miembros de la comunidad más de lo que lo había hecho antes.

Martínez recibió recientemente su primera dosis de la vacuna y dijo que se siente privilegiada de estar entre las primeras.

Los horarios de trabajo pueden crear obstáculos para muchas personas que quieren la vacuna, le dijo a CNN.

Más citas por la mañana, por la noche y durante el fin de semana brindarían a las personas más oportunidades de recibir la vacuna, dijo Martínez.

“Me gustaría, por ejemplo, que las clínicas, o los lugares donde están aplicando la vacuna, tuvieran horas… muchas por la mañana, como por la noche, para darle la oportunidad a la gente”, dijo. “Incluso los sábados y domingos cuando la gente no tiene que salir de su jornada laboral.

Fahida Martínez, trabajadora comunitaria de salud.

A medida que continúa el despliegue, los sitios de distribución de vacunas deben tener horarios flexibles, dicen los expertos.

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Katya Nuques, directora ejecutiva de Enlace Chicago, una organización comunitaria, dijo que el 44% de los residentes de La Villita no tienen seguro y se estima que el 25% son indocumentados.

Enlace se enfoca en la educación, la prevención de la violencia, la inmigración y la salud y todos ellos están conectados al covid-19, dice ella.

“Básicamente tienes que hacer dos cosas al mismo tiempo. Una es educar a una comunidad”, le dijo a CNN. “Por otro lado, es necesario proporcionar la disponibilidad y proporcionar la vacuna y esas dos cosas no están conectadas”.

Del Ríos dijo: “Si ‘no estás atado a una sede médica, lo cual es una realidad para muchos latinos que son indocumentados o no tienen seguro, entonces tus posibilidades de vacunarte pronto son escasas o nulas”.

Como trabajadora de primera línea, la Dra. Del Ríos estuvo entre los primeros en recibir la vacuna, y la primera en Chicago.

“¿Por qué no dar un paso adelante y mostrarle a mi propia comunidad ‘oigan, estoy de acuerdo con vacunarme, conozco los datos y puedo decirles qué efectos secundarios deben esperar’”, dijo.

Cómo asegurar que ‘todos reciban esto’

Los hospitales, por ejemplo, deben asegurarse de que toda su fuerza laboral, incluido el personal de alimentos y mantenimiento, reciba toda la correspondencia sobre la inscripción para recibir la vacuna, dijo el Dr. Georges Benjamin, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Salud Pública.

Los estadounidenses negros, latinos y de origen asiático constituyen el 41% de los trabajadores de la salud, mientras que el 59% son blancos, según Kaiser. Y la mayoría de los trabajadores en entornos de atención médica a largo plazo, el 52%, son personas de color.

Benjamin dijo que la vacuna también debe aplicarse fuera de los horarios tradicionales para que las personas que trabajan por horas en primera línea no tengan que faltar al trabajo. Las comunidades, dijo, deberían considerar un plan para transportar a las familias pobres sin vehículos a las instalaciones de salud para recibir la vacuna.

“Tienes que decir: ‘Quiero asegurarme de que todos entiendan esto’”, dijo Benjamin. “Tenemos que asegurarnos de pensar en todas las formas en que la gente puede ceder (a vacunarse) y tenemos que asegurarnos de tener la vacuna disponible para ellos cuando llamen”.

Algunos investigadores dijeron que era alarmante tener disparidades tan temprano en el proceso cuando la mayoría de las personas que se vacunan son trabajadores de la salud.

La Dra. Fola May, investigadora de equidad en la salud en el Centro Kaiser Permanente para la Equidad en la Salud de UCLA, dijo que esperaría que los trabajadores de la salud sean los más informados y menos vacilantes acerca de la ciencia.

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May teme que esto pueda ser indicativo de mayores diferencias raciales cuando la vacuna esté ampliamente disponible.

“Creo que hemos hecho mal esto”, dijo May. “Si lo vemos en esta población que debería tener el menor sesgo contra la ciencia, entonces cuando analicemos las poblaciones más grandes, tendremos incluso menos personas que tengan la información y el acceso correctos”.

Nicquel Terry Ellis y Priya Krishnakumar de CNN contribuyeron a este informe.