Miami (CNN) – Al líder del grupo de extrema derecha Proud Boys no le importa que los legisladores fueran aterrorizados por agitadores dentro del Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero mientras intentaban hacer su trabajo.
“No voy a llorar por personas a las que les importan una mie*da sus electores. No voy a empatizar con ellos”, dice Enrique Tarrio.
Más de una docena de personas afiliadas al grupo “chovinista occidental”, a menudo violento y de extrema derecha, han sido acusadas por su papel en la insurrección, por lo que CNN se sentó con Tarrio para escuchar si tenía alguna explicación o justificación por sus acciones, o si ahora cambiará de rumbo.
Da respuestas directas, pero luego agrega muchas salvedades.
Lo que no ha hecho es cambiar de opinión sobre el papel que jugaron los Proud Boys el 6 de enero o sus sentimientos sobre la persecución de los congresistas a pesar de la publicación de un video increíblemente violento. El ataque dejó cinco muertos y decenas de policías heridos.
El día después del ataque, Tarrio publicó una foto de los miembros de la Cámara de Representantes agachados y escondidos, con una leyenda: “Cuando la gente teme al gobierno, hay tiranía… Cuando el gobierno teme a la gente… hay libertad”. Le dijo a CNN que estaba citando a Thomas Jefferson, aunque no hay evidencia de que el tercer presidente haya dicho eso, según su fundación.
“Cuando apoyan que se bombardeen niños con drones en el Medio Oriente… [y] esas personas están muertas y simplemente se acobardan porque un grupo de inadaptados entró al Capitolio, no voy a ser empático”, Tarrio le dice a CNN.
Y redobla su argumento, descartando el espectro de una turba que había golpeado las puertas de la Cámara y el Senado tratando de llegar hasta los de adentro: “No me voy a preocupar por gente que su única preocupación es ser reelegido”.
Tarrio no estaba en el Capitolio el 6 de enero. Se le ordenó que se mantuviera alejado de Washington, luego de ser arrestado en la ciudad dos días antes de la insurrección por un delito menor relacionado con la quema de la pancarta de Black Lives Matter de una iglesia en diciembre, además de cargos por armas. Admitió ambos a CNN.
Dice una y otra vez que no apoya el ataque al Capitolio, pero tampoco condenará a los atacantes.
No es tan simple, dice. “Creo que condenar es una palabra muy fuerte”.
Tarrio dice que entiende lo que frustraba tanto a la gente. Los partidarios de Donald Trump se han sentido demonizados después de ser llamados “deplorables” y han estado enojados por las protestas que se han vuelto violentas en lugares como Portland y Minneapolis, cierres debido al coronavirus y ser expulsados de sitios populares de redes sociales, dice. Algunos, aunque no Tarrio, creen en la mentira de que la elección fue robada.
Tarrio cree que los miembros de su organización quedaron atrapados en el momento, y agregó que él podría haber hecho lo mismo si hubiera estado allí.
Pero también está convencido de que el grupo nunca tuvo planes de asaltar el Capitolio.
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La espada de doble filo de la notoriedad
Los documentos judiciales muestran que los Proud Boys son quizá los segundos después de los Oath Keepers cuando se trata de un grupo organizado que enfrenta la mayoría de los cargos.
Los Proud Boys son acusados de conspiración, amenazar con agredir a un agente federal, robar el escudo de un agente de policía, robo, robo y destrucción de propiedad del gobierno, portar un arma peligrosa, agredir, resistir o obstaculizar a los agentes y remover barreras y cercas en el Capitolio.
Dominic Pezzola, un Proud Boy de Nueva York, usó el escudo antidisturbios robado para romper repetidamente una ventana en el Capitolio.
Las imágenes del ataque muestran a la turba pro-Trump entrando por esa ventana rota.
Tarrio dice que Pezzola simplemente “la embarró”. “Simplemente no veo un [acto] atroz como si hubiera agredido a alguien o lastimado a alguien”.
Él cree que sus miembros –junto con algunos otros en los Oath Keepers, de derecha y antigobierno– están siendo chivos expiatorios debido a su notoriedad.
Dice que sus hombres –y todos son hombres– no fueron violentos ese día y están siendo acusados de delitos graves por traspasar e interrumpir el Congreso.
“Necesitan hacer rodar una cabeza. Necesitan cabezas en estacas”, argumenta Tarrio. “El FBI y el Departamento de Justicia [están] usando a los Proud Boys y los Oath Keepers como su punto de referencia, para mostrarle a la gente que hicieron algo”.
El perfil de los Proud Boys se disparó después de que Trump le dijo al grupo que “retrocedan y esperen” cuando se le pidió que denunciara a los extremistas durante el primer debate presidencial.
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Los Proud Boys recaudaron fondos y vendieron mercadería con esa mención, y Tarrio parece feliz de informar que su membresía se duplicó en los días siguientes.
Pero no está dispuesto a aceptar más escrutinio junto con más atención. En cambio, es rápido para evadir.
Aunque feliz de criticar la violencia a veces asociada con manifestantes antifascistas conocidos como antifa en ciudades como Portland, Oregon, no reconoce el papel de Proud Boys en los mismos enfrentamientos violentos, diciendo que luchan solo para defenderse.
Incluso se está retractando de pedir que Antifa sea declarada una organización terrorista, no porque su odio hacia ellos sea menor, sino porque teme que se pueda usar la misma clasificación contra su grupo y otros para “silenciar su libertad de expresión”.
Canadá recientemente tomó esa decisión, agregando a los Proud Boys a su lista de grupos terroristas. Pero Tarrio insiste en que había cambiado de opinión sobre Antifa antes de esa decisión. Tarrio no está de acuerdo con la designación de Canadá y dice que los Canadian Proud Boys están considerando sus opciones legales para combatirla.
Tarrio es cercano al confidente de Trump, Roger Stone, e incluso reveló que lo habían llamado para testificar sobre Stone frente a un jurado investigador.
Stone enfrentaba entonces siete cargos por mentirle al Congreso y presenciar la manipulación en la investigación para averiguar si la campaña de Trump de 2016 coludió con Rusia. Un jurado condenó a Stone por los siete cargos, pero Trump luego lo indultó.
Durante ese caso, se inició una investigación sobre si Stone había amenazado al juez después de que apareció una publicación en su cuenta de redes sociales que mostraba una foto del juez y lo que los investigadores pensaron que podría ser poner un objetivo en su cabeza. Stone testificó que una persona que trabajaba con él en sus cuentas de redes sociales había elegido la imagen.
Katelyn Polantz de CNN informó por primera vez la semana pasada que se había convocado un jurado investigador en 2019. Tarrio dijo que testificó porque tuvo acceso al teléfono de Stone un par de veces para publicar contenido en las redes sociales.
Tarrio dice que no tuvo nada que ver con publicar esa imagen.
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Lo que viene después
El líder de Proud Boys dice que tiene pruebas de que su grupo nunca tuvo malas intenciones el 6 de enero. Esa prueba, dice, está en las comunicaciones internas en los días, semanas y meses antes de la insurrección y es diferente a los mensajes públicos vistos en Parler o Telegram. Pero en el siguiente aliento dice que no compartirá la exoneración reclamada, al menos no todavía. Está esperando el momento adecuado cuando tenga el mayor impacto en los casos contra sus hombres.
Él dice que sí le dijo a su grupo que no usaran sus colores normales para el mitin del 6 de enero. Pero, dice, eso no estaba planeando evadir a las autoridades, era solo para engañar a Antifa.
Tarrio admitió que era un informante del FBI y otras agencias después de ser condenado en un caso de fraude federal, pero ahora dice que no se debe confiar en el FBI y que usa indebidamente su poder.
Sin embargo, dice que después de lo que sucedió el 6 de enero, su grupo está buscando cambiar algunas de sus tácticas.
“Creo que ahora es el momento de seguir adelante y derrocar al gobierno convirtiéndose en el nuevo gobierno y postulándose para un cargo”, dice.
Sara Sidner y Anna-Maja Rappard de CNN informaron sobre esta historia desde Miami y Mallory Simon escribió en Nueva York.