(CNN) – La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ha detenido a más de 11.000 menores inmigrantes no acompañados entre el 28 de febrero y el 20 de marzo, según datos preliminares del Gobierno revisados por CNN. La cifra ya eclipsa la cantidad de menores detenidos en todo el mes de febrero.
En las últimas semanas, el número de encuentros de niños que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México ha seguido aumentando, abrumando los recursos del Gobierno que ya habían estado bajo presión debido a la pandemia de coronavirus.
En todo febrero, la Patrulla Fronteriza detuvo a casi 9.300 menores no acompañados en la frontera sur de Estados Unidos, frente a los 5.600 de enero.
El número de detenciones también se habría superado, según los datos preliminares, el máximo registrado desde mayo de 2019, cuando alrededor de 11.400 menores no acompañados fueron arrestados en la frontera entre Estados Unidos y México.
Las últimas cifras indican el desafío al que se enfrenta la administración Biden mientras los migrantes continúan acercándose a la frontera entre Estados Unidos y México, a pesar de que los funcionarios les han advertido que no vengan y a pesar del uso continuo de una política de la era de Trump implementada durante la pandemia, que permite a los funcionarios fronterizos rechazar a los adultos solteros y a algunas familias.
Si bien el creciente número de mejores es un desafío apremiante para la administración, los niños que cruzan la frontera solos todavía constituyen la minoría de los encuentros, revelan los datos preliminares. Entre el 28 de febrero y el 20 de marzo, la Patrulla Fronteriza detuvo a más de 60.000 adultos solteros y más de 32.000 familias, según los datos.
El “desafío” de los migrantes en la frontera sur de EE.UU.
La administración Biden ha rechazado caracterizar el flujo de migrantes como una “crisis”, manteniendo en cambio que es un desafío.
Durante el fin de semana, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, defendió el trabajo del Gobierno en la frontera sur y culpó a la administración Trump por desmantelar el sistema de inmigración, diciendo que su Departamento ahora tiene que reconstruirlo “desde cero”.
El presidente Joe Biden dijo a los reporteros afuera de la Casa Blanca, el domingo, que visitaría la frontera “en algún momento” y agregó: “sé lo que está pasando en esas instalaciones” cuando se le preguntó si quería ver la situación de primera mano.
Las fotos publicadas –el lunes– por el representante demócrata Henry Cuéllar, de Texas, proporcionaron un vistazo poco común de las condiciones de hacinamiento en las instalaciones fronterizas. Las imágenes revelaron a decenas de niños y adultos en una instalación de desbordamiento temporal en Donna, Texas, que se estableció a principios de este año para ayudar a procesar a los migrantes.
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que Biden no cree que las condiciones en las instalaciones de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) sean aceptables y que la administración está trabajando para sacar a los niños de esas instalaciones lo antes posible.
“No son para niños y por eso quiere abrir más refugios y aumentar y acelerar el procesamiento en la frontera, y ese es un tema en el que se concentra todos los días”, dijo Psaki a Jake Tapper, de CNN, durante una entrevista en The Lead, el lunes.
Los funcionarios del Gobierno, mientras tanto, han estado corriendo para encontrar un refugio adecuado para menores no acompañados, recurriendo a centros de convenciones y sitios de admisión de emergencia para sacarlos de las instalaciones de la Patrulla Fronteriza, que están destinadas a procesar adultos, no cuidar a niños.
El Centro de Convenciones de San Diego, más conocido por albergar la convención anual Comic-Con International, pronto se utilizará para albergar a menores migrantes no acompañados, anunciaron la ciudad y el condado el lunes. El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HSS, por sus siglas en inglés) ya está utilizando parte del Centro de Convenciones Kay Bailey Hutchison, en Dallas, para albergar a unos 1.500 niños, aunque el espacio tiene capacidad para 2.300 niños.
El HHS también anunció la apertura de una nueva instalación de afluencia en Texas para acomodar a aproximadamente 500 niños, con el potencial de expandirse a 2.000. Hay alrededor de 10.500 niños bajo la custodia del Departamento.
Hasta el lunes, 81 miembros de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) apoyaban al HHS en la protección de los niños no acompañados, según la agencia. El personal de la FEMA está presente en Dallas, Midland, Texas; Donna, Texas; San Diego y Washington.
Los niños detenidos en la frontera
La ley federal requiere que los niños migrantes sean entregados al HHS, que se encarga de su cuidado, dentro de las 72 horas posteriores a la detención. Pero en medio de las limitaciones derivadas de la pandemia y el ritmo acelerado de llegadas, la administración ha tenido dificultades para ponerse al día con la llegada de menores, lo que ha provocado que miles de personas sean detenidas en instalaciones fronterizas.
El tiempo promedio en custodia para los niños no acompañados continúa rondando las 130 horas, excediendo el límite legal de 72 horas, aunque la cantidad de niños bajo la custodia de Aduanas y Protección Fronteriza se redujo ligeramente a poco menos de 4.900, según muestran los documentos revisados por CNN.
Para acelerar el proceso de los menores para que puedan reunirse con un pariente en EE.UU., la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, una agencia federal dependiente del HHS, publicó una guía de campo que permite la liberación acelerada de algunos niños no acompañados bajo custodia, según un memo obtenido por CNN.
Los menores que cumplan con ciertos requisitos serán entregados a sus padres o tutores legales bajo esta política revisada, incluso si se determina que el niño no es especialmente vulnerable, si no hay “señales de alerta” presentes en el caso, como abuso o negligencia.
A principios de este mes, la administración también rescindió un acuerdo de la era Trump que, según decía, desanimaba a los patrocinadores de menores migrantes no acompañados, como padres o familiares, a presentarse por temor a que su información se compartiera con las agencias de inmigración.