(CNN) –– Si intentas evaluar el impacto de la nueva ley electoral de Georgia que restringe el derecho al voto, dos fotografías te dirán todo lo que necesitas saber.
La primera imagen muestra al gobernador de Georgia, Brian Kemp, firmando la extensa ley. Justamente, una norma que muchos argumentan dificultará la votación para las personas de color. Kemp está sentado en una mesa dentro de un salón majestuoso. Lo rodean seis hombres que visten traje. Detrás de ellos, se observa un retrato de lo que parece ser la pintura de una casa estilo plantación antes de la guerra.
En la segunda foto aparecen dos agentes de policía blancos y fornidos que arrestan a una mujer negra con aspecto angustiado ––se trata de la representante del estado de Georgia Park Cannon–– después de que ella golpeara la puerta de la oficina de Kemp repetidamente mientras él anunciaba la firma del proyecto de ley.
Es difícil ignorar el contraste simbólico entre las dos imágenes. Las cuales, además, se tomaron con minutos de diferencia durante la tarde de este jueves en el Capitolio de Georgia.
En la primera foto, Kemp y los legisladores republicanos que lo rodean usan mascarillas debido a la pandemia de covid-19. Los miembros del Partido Republicano apresuraron la aprobación del proyecto en las dos cámaras legislativas del estado y lo consiguieron en unas pocas horas. Esto permitió que Kemp pudiera firmarlo como ley esa noche.
Sin embargo hay algo sobre la percepción y el momento de la firma, al abrigo de la oscuridad, con hombres blancos utilizando mascarillas. Estas condiciones solo alimentarán la sospecha entre activistas del derecho al voto y estadounidenses negros de que lo que impulsaron los republicanos de Georgia este jueves no fue una legislación.
Por el contrario, fue el equivalente político en el siglo XXI de las tácticas de mano dura Jim Crow para evitar que los ciudadanos negros votaran.
Una sola imagen
Se ha dicho que una sola imagen puede fortalecer un movimiento y cambiar la opinión pública.
Una foto de agentes blancos golpeando con bolillos y porras a manifestantes negros en el puente Edmund Pettus en Selma, Alabama, ayudó a impulsar la aprobación de la Ley de Derecho al Voto
Una imagen de una joven conmocionada mientras está inclinada sobre el cuerpo boca abajo de un estudiante universitario al que asesinaron soldados de la Guardia Nacional en Kent State movilizó el sentimiento contra la Guerra de Vietnam.
Y un video de un hombre negro que intentaba respirar mientras un policía blanco se arrodillaba sobre su cuello el año pasado encendió uno de los movimientos de justicia racial más grandes en la historia de la nación.
Nadie murió en la noche de este jueves cuando a Cannon la llevaron a la cárcel, acusada de interrumpir la reunión. La representante admitió que siguió llamando a la puerta de Kemp, después de que la policía estatal le dijo que se detuviera. Dijo que lo hizo para luchar contra la supresión de votantes.
Kemp y sus compañeros republicanos que posaron para el retrato de la firma han dicho que la nueva ley es necesaria. Según argumenta, se requiere para aumentar la confianza en elecciones “seguras, accesibles y justas”.
Pero pronto descubrirán que la foto los perseguirá durante años.
La yuxtaposición entre esa imagen y la del arresto de Cannon muestra ––tal vez mejor que mil artículos de opinión sobre “integridad del votante”–– de qué se trata la nueva ley de Georgia.