CNNE 976756 - ee-uu-- mayoria de zonas rurales, dispuesta a vacunarse
Más de la mitad de los residentes rurales de EE.UU. están dispuestos a vacunarse
00:45 - Fuente: CNN

(CNN) – Durante más de un año, Estados Unidos ha luchado contra un enemigo despiadado: un nuevo virus que no tuvo piedad de las comunidades del país, saturó los sistemas hospitalarios y cobró la vida de más de medio millón de personas.

Pero después de un largo camino de desesperación, en este momento hay buenas razones para ser optimistas: las vacunas contra el covid-19 se administran en EE.UU. a una velocidad récord, casi cinco veces más rápido que el promedio mundial.

“Estamos tan cerca, tan cerca, de volver a las actividades cotidianas que tanto extrañamos”, dijo la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Dra. Rochelle Walensky, durante una reunión informativa reciente sobre el covid-19 en la Casa Blanca. “Pero todavía no hemos llegado a ese punto”.

Decenas de millones de estadounidenses aún no están protegidos del virus, mientras que la variante B.1.1.7, ahora la cepa dominante en EE.UU., impulsa un aumento de casos y hospitalizaciones predominantemente en grupos más jóvenes, y amenaza con crear otra ola de casos. Pese a que se espera que la elegibilidad para la vacuna se extienda a todos los adultos en los próximos 10 días, es posible que algunos tengan que esperar meses más para obtener inmunidad.

En muchos sentidos, los titulares actuales se sienten como un deja-vu. Una vez más, EE.UU. observa los escalofriantes signos de un nuevo aumento. De nuevo, esa sensación de “fatalidad inminente”.

Y nuevamente, pueden ser errores familiares los que obstaculizan el progreso del país: levantar medidas clave demasiado pronto, ignorar la orientación de los expertos y politizar las herramientas de salud pública.

“En este punto de la pandemia, sabemos qué hacer”, dijo la Dra. Leana Wen, médica de emergencias y analista médica de CNN. “Y al no hacerlo, y en algunos casos ir en contra de la orientación, estamos condenados a repetir lo que ya sucedió”.

Eso podría significar es más infecciones innecesarias, hospitalizaciones y más vidas estadounidenses perdidas.

“Se avecinan tiempos mejores”, dijo el presidente Joe Biden a principios de esta semana. “Podemos tener un 4 de julio feliz y seguro con familia y amigos, en pequeños grupos en el patio trasero. La verdadera pregunta es: ¿cuánta muerte, enfermedad y miseria vamos a ver de aquí a entonces?”

Se levantan demasiado pronto las medidas de prevención

Después de un catastrófico aumento de invierno, los casos del virus se desplomaron durante varias semanas a principios de este año. Al mismo tiempo, la vacunación comenzó a incrementarse lentamente.

Los gobernadores vieron la reducción en los casos de covid-19 y avance del proceso de vacunación como un motivo para flexibilizar las medidas y –en algunos casos— levantar la orden de usar mascarillas. Los principales funcionarios de salud, incluidos Walensky y el Dr. Anthony Fauci, lo desaconsejaron.

No obstante, en las últimas seis semanas, más de una docena de líderes estatales han levantado restricciones, incluso cuando el número de casos comenzó a estabilizarse a niveles que los expertos advirtieron que eran incómodamente altos, antes de que finalmente comenzaran a reducirse poco a poco.

Los expertos están preocupados por el rápido abandono de las medidas de seguridad, ya que el virus aún se propaga sin control. Se habrían preocupado antes y tenían razón.

Hace un año más del 90% de los estadounidenses estaban confinados cuando la primera ola de covid-19 golpeó el país. Algunas de esas medidas duraron solo unas pocas semanas, incluso cuando EE.UU. era el país con mayor número de infecciones reportadas en el mundo.

El expresidente Donald Trump, con la esperanza de reabrir rápidamente la economía, promocionó el progreso en el brote de covid-19 y tuiteó en abril pasado que el país atravesaba un “aplanamiento de la curva”. En Texas, el gobernador Greg Abbott levantó la orden confinamiento aproximadamente un mes después de que se impuso, diciendo que el estado comenzaba ” a ver destellos de que lo peor del covid-19 pronto podría quedar atrás”. Otros estados, como Georgia, reabrieron negocios con restricciones y presionaron para que se volviera a la normalidad.

Para el Día de los Caídos, las infecciones en algunas partes del país aumentaron luego de que muchos estadounidenses acudieron en masa a parques, restaurantes y playas para celebrar la festividad. Después, una violenta ola de verano llevó a los estados a suspender o revertir su reapertura.

“La ola en los estados del sur durante el verano se debió al levantamiento prematuro de restricciones y máscaras”, dijo el Dr. Peter Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical de la Facultad de Medicina Baylor. “Tiene cierto parecido con lo que vemos en este momento”.

“Flexibilizar el uso de máscaras y las restricciones de distanciamiento físico, ese parece ser un tema recurrente en cada uno de los picos que hemos visto”, agregó.

Esta semana, la gobernadora de Alabama, Kay Ivey, fue la más reciente líder estatal en anunciar que las máscaras ya no serían obligatorias en todo el estado, y agregó que los residentes todavía estaban “fuertemente alentados” a usarlas. El miércoles, el gobernador de Georgia, Brian Kemp, informó que quitará las restricciones restantes por el covid-19, declarando que el estado estaba “abierto al público”.

Las reaperturas en Estados Unidos preocupan al epidemiólogo Michael Osterholm. La variante ya ha causado estragos en Europa y los expertos dicen que es más contagiosa, más propensa a causar enfermedades graves y potencialmente más mortal.

“Me preocupa que, por mucho que las vacunas sean un gran avance, nuestra apertura a todo dar justo con lo que sabemos que está sucediendo en Europa … esa es una propuesta realmente difícil”, afirmó Osterholm.

Ir en contra del consejo de los expertos

Las medidas públicas de mitigación son nuestra mejor apuesta para superar otro incremento a medida que aumentamos nuestras cifras de vacunación. Con solo alrededor del 25% de los adultos estadounidenses completamente vacunados, los expertos indican que EE.UU. no está ni cerca de donde debe estar para controlar la propagación del virus.

Pero lograr que el país escuchara los consejos de los expertos no era una tarea fácil antes, y es un desafío aún mayor frente a la fatiga causada por el covid-19, casi 13 meses después desde el inicio de la pandemia.

“Hay dos razones por las que medio millón de estadounidenses perdieron la vida”, afirmó Hotez. “Una se debió al virus … el segundo fue la rebeldía. La rebeldía ante las intervenciones de salud pública”.

Se trató de una oposición tanto de los líderes políticos como de los habitantes.

Recuerde las advertencias de los CDC hace varios meses sobre el riesgo potencial de los viajes de Acción de Gracias. Pese a las advertencias, el número de viajes aumentó, al igual que las infecciones, solo unas semanas después de eso. No fue la única vez que sucedió.

“Cada vez que hay un aumento en los viajes, ya sea el 4 de julio, el Día de Acción de Gracias o las vacaciones de invierno, donde hay personas que se congregan en los hogares, eso ha … provocado un aumento”, dijo recientemente en CNN la epidemióloga Dra. Celine Gounder.

El mes pasado, el número de viajes volvió a dispararse. Los destinos populares de las vacaciones de primavera vieron multitudes llenando bares y restaurantes mientras se deshacían de las medidas de máscaras y distanciamiento físico. Y aunque puede sentirse más seguro hacerlo ahora, no lo es. Todavía hay mucho en juego.

“No quieres ser la persona que muera tres días antes de la fecha programada para recibir tu inyección contra el covid-19”, dijo Osterholm.

Altos números de infección en este momento podrían significar A) más enfermedades y muertes prevenibles y B) una mayor probabilidad de que se desarrollen variantes más preocupantes del virus, explicó Wen.

“En cierto sentido, también podríamos prolongar la pandemia aquí en Estados Unidos y en todo el mundo al no tomar medidas agresivas ahora”, agregó.

Las vacunas podrían brindar a las personas un fuerte incentivo para escuchar la orientación, dicen los expertos, al proporcionar un final claro.

“Darle a la gente un cronograma claro es importante porque no podemos simplemente decirle a la gente que espere indefinidamente”, señaló Wen. “Pero si le decimos a la gente: ‘Es cuestión de semanas antes de que estén completamente vacunados, por favor, ¿pueden esperar hasta entonces?’ creo que mucha gente estaría dispuesta a hacerlo”.

Politizar las herramientas de salud pública

Pero entre los factores que más perjudican a Estados Unidos en su respuesta al covid-19, dicen los expertos, está la profunda división que ayudó a politizar las herramientas de salud pública que salvan vidas, como las máscaras faciales.

“Una máscara no es más que un dispositivo médico que salva vidas y, sin embargo, se clasificó de muchas otras formas que no eran fácticas, científicas y francamente peligrosas”, dijo el director de los Institutos Nacionales de Salud, el Dr. Francis Collins, durante una entrevista con “Axios en HBO” en febrero. “Y creo que se podría argumentar que decenas de miles de personas murieron como resultado”.

Trump, quien minimizó repetidamente el peligro del virus, ignoró los consejos de la comunidad científica y se negó a usar una máscara en sus mítines electorales. Algunos gobernadores se negaron a implementar un requisito de máscara en todo el estado. Un líder de la ciudad de Arizona organizó una protesta en respuesta a una orden local sobre el uso de máscaras. El mes pasado, los residentes de Idaho realizaron manifestaciones conocidas como “Burn the Mask”, donde quemaron máscaras faciales en varios barriles.

“Hubo personas que no usaron máscaras debido a una declaración política”, dijo Fauci en CNN la semana pasada, hablando en el debate nacional sobre las máscaras. “Eso es realmente, ya sabes, inexplicable, porque no es una cuestión política. Es una medida de salud pública”.

Y ahora algunas partes del país podrían estar cometiendo el mismo error con las vacunas. Una encuesta de CNN realizada por SSRS, publicada el mes pasado, mostró grandes divisiones políticas sobre las vacunas: mientras que el 92% de los demócratas dijeron que habían recibido una dosis de la vacuna o planeaban recibir una, eso se redujo al 50% entre los republicanos.

“Realmente me preocupo y estoy bastante seguro de que no vamos a alcanzar la inmunidad colectiva por eso”, señaló Wen. “Al menos no vamos a alcanzar la inmunidad colectiva en 2021. No veo que lleguemos a ese punto debido a la forma en que las vacunas se han politizado”. Los expertos, incluido Fauci, han estimado que entre el 70% y el 85% de los estadounidenses necesitarían inmunidad, ya sea a través de una vacuna o de la recuperación después de una infección por covid-19, para controlar el virus en el país.

El gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, aseguró recientemente a CNN que entre los republicanos, parte de la indecisión sobre las vacunas es una “resistencia natural al gobierno y su escepticismo”.

“Espero que como país lleguemos al 50% de la tasa de vacunación de la población. Pero vamos a tener más dificultades para pasar del 50% al 70%. Y se trata de superar el escepticismo, se trata de educación”, afirmó

Cuando se le preguntó si pensaba que la politización de las vacunas podría evitar que Estados Unidos alcance los niveles de vacunación necesarios para suprimir la propagación del virus, Hotez dijo: “Lo hará. A menos que haya un cambio o un cambio, lo hará”.

Por eso, agregó, es necesario que haya esfuerzos activos, incluso desde el nivel federal, para llegar a esas comunidades y combatir las campañas de desinformación y anticiencia y así alentar las vacunas.

Es la única forma de alcanzar la normalidad que tanto anhelamos.