(CNN) – SpaceX obtuvo un contrato de US$ 2.890 millones con la NASA para construir las naves espaciales que llevarán a los astronautas a la Luna por primera vez en cinco décadas.
El contrato a precio fijo es un importante voto de confianza para la compañía de cohetes de Elon Musk, pues la agencia espacial está depositando sobre SpaceX gran parte de la responsabilidad de su programa estrella de vuelos espaciales tripulados, conocido como Artemisa.
El anuncio de este viernes es un golpe para Blue Origin, la empresa de cohetes fundada por Jeff Bezos, que había propuesto trabajar como un “Equipo Nacional” junto a gigantes corporativos como Northrop Grumman y Lockheed Martin para diseñar y construir un módulo de alunizaje, y para Dynetics, con sede en Alabama, que había presentado su propia propuesta. Pero finalmente, SpaceX ganó con su oferta de utilizar una nave espacial que la empresa ya está desarrollando por su cuenta en el sur de Texas.
Ese vehículo, llamado Starship, es además el pilar del objetivo personal de Musk de hacer aterrizar a los primeros humanos en Marte. Los vuelos de prueba de los primeros prototipos de la Starship han terminado en explosiones, pero la empresa está construyendo rápidamente nuevos vehículos de prueba.
Otros contratos
El año pasado, la NASA anunció tres contratos diferentes para el desarrollo del módulo de alunizaje, que se adjudicaron al “Equipo Nacional” de SpaceX y Blue Origin, con la expectativa de que cada una de las empresas trabajara para materializar los vehículos operativos y compitieran entre sí en cuanto a precio y tecnología.
Lisa Watson-Morgan, directora del programa Human Landing System o HLS de la NASA, dijo durante una rueda de prensa este viernes que la NASA había “apoyado a cada socio, proporcionando análisis de apoyo al diseño, expertos en la materia y pruebas” para todos esos proveedores durante esa fase.
Watson-Morgan añadió que la NASA seguirá supervisando de cerca mientras SpaceX continúa su desarrollo, “garantizando que este sistema será seguro para nuestros astronautas”.
Boeing está construyendo otro elemento clave para el programa Artemisa: El Sistema de Lanzamiento Espacial o SLS, un gigantesco cohete diseñado para llevar la cápsula de la tripulación Orión a la Luna.
Ese es el cohete que llevará a los astronautas a la órbita lunar, y luego la tripulación se trasladará a la estación espacial Gateway, y desde allí, la nave espacial llevará a los astronautas a la superficie lunar, según Watson-Morgan.
Frustración de la comunidad espacial
Muchos miembros de la comunidad espacial han expresado su frustración por el hecho de que la NASA se haya aferrado al programa SLS, teniendo en cuenta que la Starship de SpaceX sería teóricamente capaz de completar toda la misión. Además, el programa de desarrollo del SLS ha superado en miles de millones el presupuesto y lleva años de retraso.
La NASA dijo que SpaceX también tendrá que realizar una misión de demostración sin tripulación, aterrizando la Starship en la Luna, antes de que los astronautas vuelen a bordo.
El anuncio sorpresa de este viernes de que SpaceX sería el único titular del contrato se produce después de que la agencia espacial luchara por dos años para convencer al Congreso de que financiara adecuadamente el programa de desarrollo del módulo de alunizaje.
La agencia espacial confirmó que el precio fue un factor importante en su decisión de seguir adelante con un solo contratista.
Colaboración mano a mano
El anuncio del contrato de Artemisa indica que la NASA está dispuesta a depositar una inmensa confianza en SpaceX, que ha tenido una historia de enfrentamientos con la agencia espacial por su estrategia de desarrollo de cohetes, que consiste en ir deprisa y romper las cosas.
Pero en los últimos años, la empresa ha trabajado en estrecha colaboración con la NASA en logros históricos, sobre todo los vuelos espaciales tripulados en los vehículos Dragon de SpaceX, que comenzaron el año pasado y han llevado a astronautas en dos vuelos a la Estación Espacial Internacional, con un tercero previsto para la próxima semana. El Crew Dragon supuso el regreso de los vuelos espaciales tripulados desde suelo estadounidense por primera vez desde 2011.
SpaceX también fue seleccionada previamente para construir otra versión de Dragon para llevar carga a Stargate, la estación espacial que la NASA planea poner en órbita alrededor de la Luna para apoyar una futura base lunar donde los astronautas puedan vivir y trabajar durante períodos prolongados.