(CNN Español) – Es necesario cambiar la narrativa sobre el cambio climático y los problemas del medio ambiente, y entender que no solo van a afectar a las generaciones futuras. Son una realidad que impacta hoy e impacta en nuestra salud. Eso es lo que plantea la Dra. María P. Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud en la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el marco del Día de la Tierra, Guillermo Arduino entrevistó a la experta de la OMS en Encuentro Digital. Aquí compartimos algunos de los principales mensajes que dejó.
‘Sacudirnos’ la idea que tenemos sobre el cambio climático
Para la Dra. Neira es necesario “sacudirnos todos un poco algunas ideas que ya teníamos de lo que significa el cambio climático o la Tierra o el medio ambiente”. El objetivo es entender que también “es una cuestión de salud que nos está afectando”. “En el momento que la gente haga esta conexión entre salud y cambio climático se va a producir una especie de clic, un cambio fundamental”, que permitirá aumentar el nivel de ambición en los objetivos de lucha contra el cambio climático, considera.
“Creo que en algunas ocasiones, cuando hemos hablado de cambio climático, tal vez las personas no han sentido que esto les tocaba directamente. Es decir, lo han visto como algo que va a afectar a las generaciones venideras, que tiene que ver con otros lugares del planeta donde la gente tiene más dificultades y más pobreza, que al final eran fenómenos meteorológicos puntuales que podríamos gestionar”, explica.
La mejor herramienta es la educación, afirma la Dra. Neira. Y en este sentido cree que hay esperanza: la cultura ambiental de los niños “está cambiando definitivamente” con respecto a la de otras generaciones.
7 millones mueren al año por la contaminación del aire
Siete millones de personas mueren cada año por la contaminación del aire, recuerda la Dra. Neira. Esta es una cifra que, a su entender, “no se ha oído lo suficiente”. Detrás de la contaminación del aire que provoca esta cantidad de muertes y del cambio climático hay una causa compartida: la quema de combustibles fósiles. Y la contaminación del aire causa enfermedades respiratorias crónicas, como el asma, enfermedades agudas como la neumonía y otras como el cáncer de pulmón.
Los efectos van más allá del sistema respiratorio, explica la experta. Cuando las sustancias tóxicas pasan a nuestro sistema sanguíneo “pueden alcanzar cualquier órgano de nuestro cuerpo” y generar enfermedades cardiovasculares, ictus cerebrales y otras condiciones.
La globalización nos vuelve más vulnerables
¿Qué papel desempeña la globalización? La Dra. Neira señala que “la contaminación del aire no conoce fronteras. No sabe dónde empieza un país y dónde termina otro”. Y además advierte que la globalización “también hace que seamos más susceptibles o más vulnerables a enfermedades emergentes infecciosas”.
E insiste en que no nos damos cuenta que la falta de “empatía” y “de respeto con los ecosistemas que estamos destruyendo” al final nos perjudica a todos. “Somos unos pequeños depredadores. Realmente todo lo que tocamos lo contaminamos”, reflexiona.
“El planeta parece muy grande, pero al final nosotros somos muy pequeñitos dentro del planeta” y lo que sucede en un lugar afecta a otros, explica. El ejemplo es claro: el plástico que llega a los océanos, aunque sea en una parte del planeta alejada en un primer momento, “nos lo vamos a terminar comiendo nosotros porque nos comemos a los peces que están en ese mar”.
Por eso apela a “cambiar la narrativa”. “Tenemos que entender cómo nos puede afectar en nuestra supervivencia y también, a lo mejor, cambiar la narrativa que hemos usado hasta ahora de decir que nos va a afectar en generaciones venideras, que va a afectar a los osos polares o a los glaciares. No. Nos va a afectar a nosotros. Hoy nos está afectando”, dice.
La politización del cuidado del ambiente
La especialista de la OMS afirma que “por supuesto que ha habido una politización” de los temas vinculados al medio ambiente. “Parecía como que para ser de izquierdas era obligatorio ser ambientalista y para ser de derechas había que ser antiambientalista”, recuerda. Sin embargo, insiste en que hay una nueva generación que, según cree, “seguramente van a cambiar cosas” y darnos “muchas lecciones”.
El agua, un problema para más de la mitad del mundo
El acceso al agua potable, así como el saneamiento, sigue siendo problema para más de la mitad de la población del mundo.
Y esto es especialmente visible en momentos de pandemia. “Es irónico que en una pandemia como esta, donde una de las recomendaciones más básicas de salud pública es ‘lávese las manos’, es interesante y paradójico que uno diga ‘lávese las manos’ cuando para mucha gente lavarse las manos es un problema muy serio porque no tienes agua, no tienes jabón”, dice.
No es solo el agua, afirma, también hay un problema en el acceso a la energía. “Hay todavía una gran parte de la población, casi la mitad de la población mundial, que cocina como en la prehistoria: con un fuego, se pone madera, se enciende y ahí se cocina o se calienta o se ilumina la casa. Y eso significa que esa combustión incompleta, esas partículas, te las estás respirando y te las estás tragando y te las llevas a tu pulmón”, explica.
Un pequeño porcentaje de la población genera el calentamiento global
¿Somos todos igual de responsables por el calentamiento global? La Dra. Neira explica que no: “Ahora mismo quien genera el calentamiento global es un porcentaje muy pequeño de la población”, afirma. Y explica que, por el contrario, un gran porcentaje no solo no contribuye, sino que aún no puede acceder a las fuentes de energía.
Los fósiles deben volver a la tierra, “de donde nunca debieron salir”
Hacer una transición hacia las energías limpias no solo tendrá beneficios para la salud, también tiene ventajas económicas, explica la experta, y afirma que cada año se gastan US$ 400.000 millones en el mundo para subvencionar los combustibles fósiles (sin contemplar el gasto para tratar las enfermedades vinculadas a la combustión, que es de US$ 5 trillones).
“El argumento económico está demostradísimo. Y, de hecho, por eso muchas de las naciones más potentes ahora están moviéndose a energías renovables, porque entendieron que no es rentable continuar con combustibles fósiles. Y la economía, y los países que van a ser ganadores en términos económicos, están del lado de las energías limpias”, afirma. “Los fósiles tienen que tienen que volver a ser fósiles, tenemos que volver a ponerlos en la tierra, de donde nunca debieron de salir”, considera.