(CNN) — Ahora que las autoridades federales tienen en su poder dispositivos electrónicos de Rudy Giuliani, luego de ejecutar órdenes de registro en su residencia y oficina en Manhattan este miércoles, los funcionarios anticipan una batalla judicial por el contenido posiblemente privilegiado que guardan.
Robert Costello, abogado de Giuliani, encendió las alarmas horas después de que se cumplieran las órdenes de registro contra su cliente. Giuliani representó anteriormente al expresidente Donald Trump. De manera que Costello señaló que los dispositivos están “llenos de material protegido por el privilegio abogado-cliente y otros privilegios constitucionales”.
Durante más de dos años, una investigación de la Fiscalía de Estados Unidos en Manhattan se ha enfocado en Giuliani con relación a sus actividades en Ucrania. Entre ellas, si es que realizó actividades ilegales de cabildeo para funcionarios ucranianos, mientras impulsaba una investigación vinculada al principal rival político de Trump, el entonces candidato Joe Biden.
Aunque hace meses los fiscales realizaron investigaciones sobre su trabajo en otros países, de acuerdo a personas familiarizadas con el asunto, la indagación ahora se centra principalmente en sus actividades vinculadas a Ucrania.
Giuliani ha negado cualquier delito. En declaraciones de radio este jueves, dijo: “Lo que me están haciendo como abogado es inconcebible”. Y añadió que él “estaba representando a mi cliente cuando hice esto. No representaba a ningún ucraniano, representaba a Donald J. Trump, presidente o no, un hombre inocente que era incriminado por un montón de delincuentes”.
Horas después, durante una entrevista en Fox News, Giuliani dijo que las órdenes de registro “supuestamente se basaron en una única falla de presentar los documentos para representar a un ciudadano o funcionario ucraniano que nunca representé”.
“Nunca he representado a un ciudadano o funcionario ucraniano ante el gobierno de Estados Unidos”, insistió. “Lo he rechazado varias veces”.
Giuliani también acusó a los fiscales federales de haber accedido a su servicio de iCloud durante el primer juicio político contra Trump, que se centró en la búsqueda del expresidente y de Giuliani para lograr una investigación a los Biden en Ucrania. Al respecto, el abogado sostuvo que los funcionarios emplearon “tácticas que sólo se conocen en una dictadura, cuando se le incautan registros a un abogado, justo en medio de la representación de su cliente. Deberían ser procesados e inhabilitados por eso “.
Un portavoz de la oficina del fiscal federal de Manhattan se negó a comentar sobre las declaraciones públicas de Giuliani.
La ejecución de las órdenes de registro representan un avance significativo en la investigación de Giuliani. En parte debido a los altos requisitos que los fiscales deben cumplir para que un tribunal autorice que tales órdenes se utilicen contra un abogado como Giuliani —quien es, además, un exfiscal de Estados Unidos— o contra el anterior abogado personal de Trump Michael Cohen debido al material privilegiado por confidencialidad.
En el caso de Giuliani, los fiscales se preparan para el mismo tipo de desafío judicial que enfrentaron con la investigación a Cohen, quien se opuso a la incautación de material en su casa, oficina y habitación de hotel, bajo el argumento que una gran cantidad de documentos estaban bajo el privilegio abogado-cliente.
Para el material incautado de los abogados, los fiscales utilizan un equipo de “filtro” —es decir, un equipo de abogados que no está involucrado en la investigación subyacente— con el objetivo examinar la evidencia y clasificar el material privilegiado. Aunque, Cohen argumentó en su caso que ese paso era insuficiente.
Los abogados de Cohen primero buscaron una orden de restricción temporal para evitar que los investigadores revisaran el material incautado. Después de que un juez federal negó esa solicitud, los abogados de Cohen intentaron con éxito el nombramiento de un “maestro especial”, una autoridad independiente que designa el tribunal para revisar el material y así determinar qué documentos estaban bajo el privilegio.
El magistrado especial concluyó en última instancia que el privilegio aplicaba solo a una pequeña parte de las miles de páginas de documentos incautados.
Es posible que los cargos no se presenten en meses
Aunque la ejecución de las órdenes de registro representa un avance significativo en la investigación de Giuliani, eso no significa que, necesariamente, esté en sus etapas finales.
Lo que se debe en parte a la impugnación judicial que se espera por los señalamientos del privilegio abogado-cliente. En ese sentido es poco probable que los cargos contra Giuliani sean inminentes y es posible que no se presenten en meses, según una persona familiarizada con el asunto.
En el caso de Cohen, los agentes federales le confiscaron material en abril de 2018, el “maestro especial” concluyó su revisión el 9 de agosto y los fiscales presentaron cargos contra Cohen tan solo 12 días después.
Al igual que en el caso de Cohen, cualquier batalla por el privilegio de confidencialidad puede atraer la atención del antiguo cliente que compartían: Trump.
Los abogados de Trump se unieron al esfuerzo de Cohen para bloquear la revisión del equipo de filtro del gobierno. Al referirse este jueves a las órdenes de registro contra Giuliani, Trump no manifestó objeciones relacionadas al privilegio de confidencialidad. Pero, como ya no ocupa la Casa Blanca, ahora enfrenta una exposición legal aún mayor que durante la investigación a Cohen.
Además, la orden de registro para acceder a múltiples dispositivos electrónicos ocurre en un momento interesante para Giuliani y Trump. El año pasado los fiscales de Nueva York intentaron obtener varias veces la aprobación de los funcionarios del Departamento de Justicia en Washington para la orden de registro, incluso antes de las elecciones de 2020, pero no la consiguieron.
En la última instancia, recibieron la autorización poco después de que Trump dejó el cargo. Y, como resultado de la demora, el material incautado puede incluir todo tipo de registros y comunicaciones que los fiscales no podrían haber recibido si las órdenes se hubieran aprobado antes.
Las cuentas de teléfono, de computadoras y de iCloud podrían incluir los esfuerzos de Trump y Giuliani para anular los resultados de las elecciones, incluidos múltiples recursos judiciales y llamadas a funcionarios estatales, así como comunicaciones antes de los disturbios del 6 de enero en el Capitolio de EE.UU.
Si bien no hay indicios de que la investigación actual se extienda más allá de los esfuerzos de Giuliani en Ucrania, los fiscales a menudo amplían sus indagaciones si descubren pruebas de otro delito.
Kara Scannell de CNN contribuyó a este reporte.