(CNN) – Llena de nervios, dejé deliberadamente mi bikini antes de embarcarme en mi primera experiencia nudista en la deshabitada isla de Lokrum, en Croacia.
Era la única forma de estar segura de que el miedo a desnudarme ante extraños no me haría arrepentirme en el último momento.
Después de ojear la playa rocosa, situada en la parte sureste de la isla, me situé en una roca justo al lado del agua para poder zambullirme en ella para refrescarme… o si me daba vergüenza.
A medida que el sol calentaba mi cuerpo, mi inquietud por estar desnuda en público pronto se disipó con el calor.
En ese momento, un barco lleno de turistas con cámaras de gran angular se acercó a la orilla. Asombrada, me lancé al océano, dejando que el azul profundo del mar me protegiera de sus miradas curiosas.
A pesar de esta interrupción poco grata, mi amor por las playas nudistas comenzó oficialmente ese día de 2016, y pronto las buscaba dondequiera que fuera.
Darcy Tuscano, una consultora de desarrollo educativo que vive a poca distancia de dos playas nudistas en el sur de España, también es una gran aficionada a esta práctica.
“Es una sensación maravillosa desnudarse después de una calurosa caminata y correr hacia el mar. Es muy estimulante”, dice Tuscano.
Sin prejuicios
“Mis hijos crecen sin avergonzarse de su cuerpo y ven todo tipo de cuerpos y formas que se exhiben con orgullo, sin vergüenza ni ‘tapujos puritanos’. Estar desnudo no es algo sexual en una playa”.
La escritora de viajes Geena Truman cree que las playas nudistas ayudan a eliminar el estigma social en torno a la desnudez.
“Me gusta desnudarme siempre que puedo en la naturaleza y me encanta una buena playa nudista”, afirma. “Se trata de la libertad y de poder disfrutar de tu cuerpo mientras te sumerges en la naturaleza”.
Este sentimiento es compartido por muchos otros que frecuentan regularmente las playas nudistas.
Para mí, poder desprenderme de mis inhibiciones, junto con mi traje de baño, ha sido una experiencia realmente liberadora.
Al abrazar mi estado natural y tomar un poco de vitamina D donde (normalmente) no brilla el sol, acepto y celebro mi cuerpo con todas sus imperfecciones.
También me ha ayudado a dejar de obsesionarme con los rollitos del abdomen, las estrías y las cicatrices del acné. Las playas nudistas se sienten como espacios sagrados libres de juicios.
“Me siento realmente cómoda en mi piel y algo cohibida en bikini”, comenta Truman. “Me encanta lo libre que me siento cuando dejo que el sol vea todo mi ser”.
Allison Yates, coordinadora de estudios en el extranjero, también ha podido superar sus inseguridades corporales tomando el sol desnuda.
“Al ver que todos los demás viven la vida en sus cuerpos, ya no dejo que mis inseguridades me controlen”, dice Yates.
“Me atreví a estar desnuda porque estaba en un lugar nuevo y sabía que no volvería a ver a esa gente”.
Para los que nunca han estado en una playa nudista, pero se sienten preparados para dar el paso, hay algunas cosas importantes a tener en cuenta para que la experiencia sea lo más cómoda posible.
Experiencia liberadora
En primer lugar, asegúrate de que sea legal estar desnudo en público en la playa, y respeta las leyes locales.
También es buena idea buscar una playa que tenga acceso a los servicios que puedas necesitar, incluidos los sanitarios y refrigerios. Prefiero una playa nudista que esté situada lejos de las playas no nudistas.
Algunas tienen barreras físicas para separar las playas y muchas son playas vírgenes y salvajes alejadas de las zonas costeras pobladas.
Según Tuscano, las mejores playas nudistas están alejadas de los caminos más transitados “para que no haya otras personas que pasen y se queden embobadas”.
Si te preocupan los espectadores, opta por un lugar como la isla nudista Ada Bojana, en Ulcinj, Montenegro, donde la ropa no es opcional: todo el mundo está obligado a estar desnudo.
Todo tipo de personas disfrutan de las playas nudistas. He visto familias, grupos de amigos, individuos y parejas de todas las edades, géneros, etnias y sexualidades disfrutando de un día al sol sin traje de baño.
Los complejos turísticos con playas nudistas, como el Couples de Jamaica, en Negril, son una gran opción para los que vienen por primera vez, ya que son espacios protegidos.
Sea cual sea la playa nudista que visites, asegúrate de llevar algo para sentarte, protector solar y ropa adecuada para el trayecto.
No mires fijamente a otros bañistas. Sé respetuoso con todos los que te rodean y no realices actividades sexuales en público.
Aunque hay clubes de playa nudistas y complejos turísticos para los que quieren divertirse al desnudo, el ambiente en este tipo de playas públicas suele ser relajado. Suelo ir sola y me siento segura, ya que la gente tiende a ocuparse de sus propios asuntos y te deja en paz.
Por suerte, Chihuahua, la playa nudista de Uruguay donde vivo, ha estado abierta durante toda la pandemia. He pasado allí muchos días encantadores sola, con amigos LGBT y con mi antigua novia.
Sensación de libertad
La primera vez que Chris Roe, entrenador internacional de discursos, estuvo en una playa nudista fue un poco incómoda, pero dice que pronto se convirtió en algo liberador y “una celebración de mí mismo tanto por dentro como por fuera”.
Como viajero LGBT, Roe siente una fuerte sensación de inclusión, libertad y conectividad con la naturaleza cuando visita las playas nudistas.
“Cualquier juicio se queda fuera”, dice. “Es muy poderoso reivindicar la propiedad de la piel en la que te encuentras. En las playas nudistas, no estoy apartado de la naturaleza, soy parte de ella”.
Si te pone nervioso tomar el sol desnudo, Geena Truman recomienda facilitar la experiencia yendo primero en “topless”.
Y es importante recordar que puedes ponerte la camiseta y marcharte si no te gusta la experiencia. No hay que avergonzarse de que las playas nudistas no sean lo tuyo.
Algunas son exclusivamente para mujeres. La Playa de las Damas, que también está en Ulcinj, sigue siendo mi favorita de todos los tiempos. Los visitantes no pueden tomar fotos aquí, así que los bañistas pueden relajarse sabiendo que su privacidad está protegida.
La playa también tiene altas vallas alrededor del perímetro para proteger la orilla, impidiendo que los mirones se asomen al interior.
Las mujeres de la zona acuden aquí para bañarse en las aguas sulfurosas, ya que se cree que aumenta la fertilidad. La Playa de las Damas también tiene barro medicinal natural, que puede aplicarse uno mismo o disfrutar de un masaje de barro junto a la playa.
Para aquellos que han pasado más de un año encerrados en casa debido a la pandemia, la idea de tomar el sol en una playa nudista puede ser muy tentadora.
Las playas suelen ser de bajo riesgo, siempre que no estén abarrotadas, y las playas nudistas suelen estar en zonas aisladas.
Y los bañistas nudistas suelen respetar la intimidad de los demás, situándose a lo largo de la playa, por lo que mantener la distancia con los demás no es difícil.