(CNN) – Si sigues resorts de lujo o influencers de viajes en Instagram, es muy probable que hayas visto al menos un “desayuno flotante”.
En caso de que no estés familiarizado con ellos, esto es lo que debes saber: son los típicos desayunos del servicio de habitaciones de un hotel de lujo, es decir, pan tostado, fruta, café y similares, servidos en una piscina o bañera de hidromasaje en lugar de en la cama. Por lo general, se colocan en grandes bandejas o cestas de colores y se adornan con brillantes flores tropicales para hacerlos aún más fotogénicos.
Estos desayunos son especialmente populares en Asia y el Pacífico, sobre todo en los complejos turísticos privados de clima cálido en lugares como Tailandia, Fiji y las Maldivas.
Casi todo el mundo está de acuerdo en que la tendencia comenzó en Bali, aunque no hay ningún complejo turístico específico al que se le atribuya el mérito de haber sido el primero.
Aunque estos desayunos se han hecho más comunes en los menús de los complejos turísticos en los últimos cinco años, la pandemia de coronavirus los ha hecho más populares que nunca, ya que los huéspedes de los hoteles evitan los buffets y los restaurantes de uso común.
“A lo largo del año pasado, las cenas en la suite se han vuelto extremadamente populares, especialmente para aquellos que buscan sentirse tranquilos en la seguridad y la comodidad de su suite”, dice Jann Hess, director general de Amanjiwo en Bali, a CNN Travel. “El desayuno flotante es una opción muy popular”.
Al fin y al cabo, el desayuno flotante necesita una piscina en la cual flotar, y una piscina privada es una opción mucho mejor que una piscina compartida en la que un niño que chapotea puede hacer que todo se caiga.
Más allá de Instagram
Aunque los magníficos colores y el espectacular emplatado de los desayunos flotantes los hacen perfectos para las redes sociales, pedir a la gente que se meta en la piscina antes de haberse despertado del todo o de haber tomado cafeína parece una receta potencial para el desastre.
Estos desayunos, ¿están hechos solo para ser compartidos en línea y ser desechados, o la gente realmente disfruta comiéndolos? James Booth, un reportero con sede en Sydney para DMarge.com, admite que se preguntó lo mismo antes de probar uno en un resort de lujo en Bali en 2019.
Según cuenta a CNN Travel, para él, la exuberante comida funcionó mejor como concepto que en su ejecución. Aunque Booth había programado previamente una hora específica para que llegara el desayuno, terminó quedándose dormido unos 20 minutos, lo que significa que se había perdido la ventana óptima para consumirlo.
“Me di cuenta de que, al tratarse de un ambiente húmedo, dejar el desayuno fuera quizá no era lo ideal”, dice.
Aunque la comida ya se estaba enfriando, estaba decidido a hacer una foto para Instagram del lujoso montaje antes de comer. El personal del hotel había colocado sabiamente las bandejas en una sección separada de la piscina, pero él las trasladó a la zona más grande para montar la escena.
Eso hizo que las bandejas flotaran en diferentes direcciones y que él, todavía con los ojos saltones, intentara reunirlas todas.
“Me daba demasiada vergüenza pedir ayuda”, confiesa, “así que lo derramé todo por todas partes. El café tenía un poco de agua de piscina y el pan estaba empapado”.
Aun así, Booth procura culparse a sí mismo y no a los empleados del complejo que organizaron la comida.
“Creo que es un poco violento lanzarse al agua a primera hora cuando te levantas”, dice.
Si volviera a repetir la experiencia, haría un par de cambios, como tomarse primero el café para estar lo suficientemente alerta como para no tirar nada y encontrar un lugar en la piscina donde poder sentarse a comer en lugar de tener que estar incómodamente de pie.
Hacer flotar la idea
El desayuno flotante se ha convertido rápidamente en un servicio más de los hoteles de lujo, como el té de la tarde o el regalo de bienvenida. En medio de la pandemia, los viajeros nacionales que aprovechan las estadías a precios accesibles también han adoptado los desayunos flotantes.
Timo Kuenzli, director general del hotel Cape Fahn de Koh Samui, con piscina y villas, afirma que casi el 100% de sus huéspedes del año pasado han pedido uno.
“Vemos que el mercado asiático está más interesado en capturar momentos para Instagram que otros mercados”, afirma.
Además de que las fotos son hermosas, también sirven como una herramienta de marketing gratuita: la gente ve los desayunos en línea, comprueba la etiqueta de la ubicación y luego querrá vivir la experiencia por sí misma cuando se aloje en Cape Fahn en el futuro.
Y debido a su creciente presencia, los complejos turísticos tienen que seguir subiendo la apuesta para que su oferta destaque.
El Six Senses Uluwatu de Bali (foto de arriba) sirve el suyo en una cesta roja con forma de corazón. El Anantara, en Koh Phangan, Tailandia, tiene una experiencia de “sushi al atardecer” flotante. Cape Fahn está trabajando en una experiencia de hora del té flotante.
Independientemente de tu opinión personal sobre los méritos de las ofertas hoteleras centradas en Instagram, parece que estas comidas flotantes pasaron de ser una moda pasajera a ser un pilar. Eso sí, acuérdate de tomarte el café primero.