(CNN) – En un video nítido pero movido, suenan las palabras: “Ríndanse, comandos, ríndanse”. Varios hombres salen de un edificio; están claramente desarmados.
Se producen disparos. Al menos una docena de hombres aparecen muertos a tiros entre gritos de “Allahu Akhbar” (Dios es grande).
Las víctimas eran miembros de una unidad de las fuerzas especiales afganas: sus verdugos, los talibanes. Los asesinatos sumarios tuvieron lugar el 16 de junio, en la ciudad de Dawlat Abad, en la provincia de Faryab, cerca de la frontera de Afganistán con Turkmenistán.
CNN ha obtenido y verificado varios videos del incidente y ha hablado con testigos.
Los videos muestran los cuerpos de los miembros del comando esparcidos por un mercado al aire libre. Tras una feroz batalla para mantener la ciudad, los militares se habían quedado sin munición y estaban rodeados por los combatientes talibanes, según los testigos.
En un video, de unos 45 segundos de duración, se oye a un transeúnte decir en pastún, la lengua local: “No les disparen, no les disparen, les ruego que no les disparen”. El transeúnte pregunta entonces: “¿Cómo es que los pastunes matan a los afganos?” Los pastunes son el principal grupo étnico de Afganistán.
Al final del video, otra voz fuera de cámara dice: “Quítenles todo”.
En otro video, se oye a un hombre decir: “Abran su chaleco antibalas”. Se puede ver a un combatiente quitando el equipo del cuerpo de uno de los soldados.
La Cruz Roja ha confirmado que se han recuperado los cuerpos de 22 militares.
La matanza contrasta con los esfuerzos de los talibanes por demostrar que aceptan la rendición de los soldados y, en algunos casos, les pagan para que vuelvan a casa mientras ganan territorio en todo Afganistán.
Los talibanes publicaron un video tres días después de los combates en Dawlat Abad, en el que mostraban la incautación de camiones militares y armas. El video afirmaba que “los guardias de Washington, un comando especial de la CIA especialmente entrenado que había estado persiguiendo a los talibanes en Dawlat Abad, Faryab, fueron capturados vivos por los talibanes, desarmados y esposados”.
Los talibanes dijeron a CNN que los videos que mostraban a los miembros del comando asesinados eran falsos y propaganda del Gobierno para animar a la gente a no rendirse. Un portavoz de los talibanes dijo que seguían reteniendo a 24 soldados que habían sido capturados en la provincia de Faryab, pero no proporcionó ninguna prueba.
El Ministerio de Defensa afgano negó que los talibanes retuvieran a los integrantes del comando y dijo a CNN que habían sido asesinados.
Les dispararon “a todos”
Según varios testigos entrevistados por CNN, en Dawlat Abad, los soldados fueron abatidos a sangre fría.
Un hombre dijo que los miembros del comando llegaron a la ciudad con varios tanques, pero que se quedaron sin munición tras dos horas de combate y no recibieron apoyo desde el aire.
“Los [integrantes del] comando fueron rodeados por los talibanes. Entonces los llevaron al centro de la calle y les dispararon a todos”, dijo el testigo.
También sugirió que algunos combatientes talibanes no eran de la región y podían ser extranjeros porque no podía entender lo que decían cuando hablaban entre ellos.
Un segundo testigo –un tendero del bazar donde se produjo el tiroteo– coincidió en que algunos de los talibanes parecían extranjeros. Dijo que los soldados “no estaban luchando. Todos levantaron las manos y se rindieron, y [los talibanes] solo disparaban”.
Otro comerciante corroboró este relato: “Tuve mucho miedo cuando los talibanes empezaron a disparar a los [miembros del] comando. Ese día todo el mundo estaba asustado. Me escondí en mi tienda”.
Dijo que vio cómo se desarrollaba el tiroteo a través de un pequeño agujero en la pared.
Los funcionarios locales han criticado el envío de comandos de élite a la ciudad sin refuerzos ni cobertura aérea.
Abdul Ahad Ailbek, miembro del Consejo Provincial de Faryab, dijo que la fuerza que llegó no conocía la zona, ni qué distritos controlaban los talibanes.
Los talibanes afirman que miles de soldados afganos han desertado
En todo Afganistán, decenas de miles de civiles se han visto desplazados en medio de un aumento de los combates que siguió al anuncio del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de que todas las tropas estadounidenses se retirarían del país antes del 11 de septiembre.
Desde entonces, los talibanes afirman haber tomado el control de casi 200 distritos en todo Afganistán, sobre todo en el norte y el noroeste. En muchas zonas, han encontrado poca resistencia.
En un comunicado, el lunes, los talibanes dijeron que “miles de soldados” habían “desertado y recibido los brazos abiertos del Emirato Islámico”, que según ellos es el verdadero liderazgo del pueblo afgano.
“Casi doscientos distritos fueron limpiados de su presencia maliciosa”, añadió el comunicado.
Según el Long War Journal, que hace un seguimiento del control territorial en Afganistán, hasta el 10 de julio, 212 distritos estaban bajo control de los talibanes, mientras que 76 estaban bajo el control del Gobierno y 119 seguían en disputa.
En su declaración, los talibanes afirmaron que “los videos falsos y las secuencias de video de hace años que muestran las actividades de las milicias de Daesh [ISIS] también se hacen pasar por acciones recientes cometidas por los muyahidines del Emirato Islámico”.
Las fuerzas especiales afganas –entrenadas por Estados Unidos y mejor equipadas que las unidades regulares– cuentan con unos 11.000 efectivos. Pero no dan abasto mientras los talibanes intensifican sus ataques en todo el país.
Ahora, sin el apoyo aéreo de Estados Unidos, ni la recopilación de inteligencia, su misión es aún más difícil.
Las fuerzas afganas están sufriendo grandes pérdidas. CNN ha obtenido otro video que muestra los cuerpos de los militares asesinados por los talibanes en otra parte de la provincia de Faryab, la semana pasada.
La Cruz Roja ha confirmado que ha recogido más de una docena de cadáveres en ese lugar.
“Los talibanes no tomarán el control”
Uno de los asesinados en Dawlat Abad era un militar, de 32 años, Sohrab Azimi, quien pasó dos años en una escuela militar de Estados Unidos y que iba a casarse con su prometida estadounidense, el mes que viene.
Su padre, un general retirado, dijo a CNN que Azimi pidió apoyo aéreo. Pero nunca llegó.
“Cualquiera se enfadaría si eso le ocurriera a su hijo. ¿Por qué no apoyaron la operación y por qué alguien les dijo a los talibanes que iban a venir?”, preguntó el general Hazir Azimi.
“Afganistán ha perdido a alguien que tenía educación, que era el futuro… Estoy muy triste por su pérdida”.
El general Azimi solo sentía desprecio por los talibanes. “Ni siquiera respetan los cadáveres y los soldados que se han rendido”, dijo.
Abdul Ahad Ailbek, miembro del Consejo Provincial, dijo que los “talibanes son los mismos de antes. No han cambiado. Desgraciadamente, no llevan la libertad para el pueblo”.
El asesor de Seguridad Nacional de Afganistán, Hamdullah Mohib, ha tratado de tranquilizar a los afganos y aseguró que el país no caerá en manos de los talibanes.
“Los talibanes no tomarán el control”, dijo Mohib el lunes. “El pueblo afgano está decidido a defender nuestro país, nuestra gente y nuestros valores”.
Al ser preguntado por el ataque de Dawlat Abad, Mohib afirmó que muchas de las recientes derrotas de las Fuerzas de Seguridad Nacional afganas se debían a la falta de apoyo aéreo.
“La realidad es que se trataba de zonas en gran parte rodeadas que no se podían defender, necesitaban ser abastecidas por aire, y esos soldados se quedaron sin munición”, dijo Mohib.
“Se creó un vacío como resultado de la retirada [de EE.UU.], pero estamos tratando de llenar ese vacío”.
Mohib hizo estos comentarios en una ceremonia de traspaso formal de la autoridad de mando de Afganistán del general Austin Miller, máximo responsable de Estados Unidos en Afganistán, al general Kenneth McKenzie, jefe del Comando Central de Estados Unidos.
Preocupación por el avance talibán
Miller ha expresado repetidamente su preocupación por el ritmo de los avances territoriales de los talibanes.
Dice que no se puede lograr un acuerdo político en medio de la escalada de violencia.
“Soy uno de los oficiales militares estadounidenses que ha tenido la oportunidad de hablar con los talibanes”, dijo Miller. “Y les he dicho… que es importante que las partes militares establezcan las condiciones para un acuerdo pacífico y político en Afganistán”.
Sin embargo, los civiles de Dawlat Abad que hablaron con CNN parecían desconfiar de los talibanes y de sus intenciones una vez que los extranjeros se vayan.
Varios le dijeron a CNN que los talibanes habían introducido rápidamente nuevas normas tras tomar la zona. Las niñas ya no podían ir a la escuela y las mujeres no podían ir al mercado si no iban acompañadas por un hombre.
Un testigo del tiroteo en el que fueron asesinados los militares dijo: “Los talibanes dijeron que si los extranjeros se iban de Afganistán harían la paz. ¿Hasta cuándo seguirán con esta matanza de hermanos en nuestro país?”.
Otro testigo del ataque dijo que muchas personas habían abandonado la ciudad. Dijo que tenía un mensaje para los talibanes.
“Somos un solo islam, somos un solo hermano. ¿Por qué matan a sus hermanos? Siéntense con nosotros y hablen de esto”.