(CNN) – Si pensabas que vivir la pandemia era una pesadilla estando despierto, imagínate lo que ha sido en sueños.
Muchos de nosotros experimentamos pesadillas vívidas y aterradoras durante lo peor de la pandemia. Dependiendo de nuestro nivel de trauma —la pérdida de un ser querido o el hecho de ser un trabajador de la salud de primera línea en las unidades de cuidados intensivos repletas de casos de covid-19—, las pesadillas podían ser insoportables.
La psicóloga Deirdre Barrett ha estado recopilando sueños y pesadillas desde que el virus paralizó nuestras vidas. Muchas de las pesadillas giraban en torno al miedo a la muerte, ya que el subconsciente meditaba sobre la amenaza real del covid-19. Otros sueños presentaban al virus como un depredador invasor, a menudo un insecto.
Algunas pesadillas en medio de los sueños en pandemia
“Había saltamontes con colmillos de vampiro, montones de gusanos que se retorcían, enjambres de bichos voladores que podían ser abejas, moscas o avispas, y ejércitos de cucarachas que se abalanzaban sobre el soñador”, explica Barrett, profesora adjunta de psicología de la Facultad de Medicina de Harvard, autora y editora de numerosos libros sobre sueños, entre ellos Pandemic Dreams.
Barrett descubrió que las mujeres se veían especialmente afectadas. Una soñadora se adentró “en un depósito de cadáveres en el que, poco a poco, descubre que están embalsamando a pacientes vivos de covid”, escribió Barrett en un artículo que se publicó sobre el tema.
Cambio de los sueños cuando iniciaron vacunaciones
Barrett continúa siguiendo los sueños de la pandemia. Ha recogido, de al menos 76 países, más de 14.000 sueños, dos tercios de los cuales son de Estados Unidos. En su análisis continuo de los datos, ha observado un cambio en el contenido de los sueños desde que comenzaron las vacunaciones y las reaperturas de los estados y las comunidades locales.
CNN habló con ella sobre los tipos de pesadillas durante la pandemia y cómo han evolucionado con el tiempo. La conversación se editó ligeramente para mayor claridad.
CNN: ¿Cómo pueden los sueños darnos una idea de nuestras vidas durante la pandemia?
Deirdre Barrett: Soñar es simplemente pensar en un estado cerebral realmente diferente. Hay muchas investigaciones sobre lo que se llama la hipótesis de la consistencia de los sueños, que ha sido ampliamente probada: cuanto más piense alguien en ciertos temas durante el día, más aparecerán en sus sueños por la noche.
Pero en el estado cerebral en el que nos encontramos durante el sueño, las áreas visuales están muy activas, las áreas que cuentan historias están activas y las áreas emocionales están activas, mientras que las áreas verbales y la lógica están menos activas de lo habitual.
Estamos pensando en todos nuestros pensamientos y preocupaciones habituales, pero lo hacemos de forma muy vívida, visual, narrativa o de cuento. Los sueños pueden ser más emocionales y menos lógicos, pero el contenido esencial sigue siendo muy parecido.
CNN: ¿Por qué empezaste a recopilar sueños durante la pandemia?
Barrett: Además de mi trabajo sobre los sueños y cómo contribuyen a la creatividad y a la resolución objetiva de problemas, he realizado varios estudios sobre los sueños durante las crisis o los traumas. Hice un estudio sobre los sueños después del 11 de septiembre y sobre los sueños en Kuwait durante la primera Guerra del Golfo, tanto durante la ocupación como poco después. Y me topé con un archivo de 500 sueños de prisioneros de guerra en un campo de prisioneros de guerra nazi en la Segunda Guerra Mundial que nadie había examinado.
Me pareció que sería interesante ver cómo los sueños durante la pandemia se parecían a las crisis pasadas. Puse una encuesta global el 23 de marzo de 2020, y hubo algunas pesadillas que vi desde el principio en otras partes del mundo que solo aparecieron en Estados Unidos más tarde.
Por ejemplo, en Italia, donde el virus golpeó pronto y con fuerza, los profesionales de la salud tenían estos clásicos sueños postraumáticos en los que alguien moría delante de ellos, y pensaban que era su responsabilidad salvarlos y no podían. No vi ninguno de esos en EE.UU. hasta dentro de dos o tres semanas, cuando los casos en la ciudad de Nueva York empezaron a aumentar.
Sueños como “Uy, no tengo la mascarilla puesta” o “Los demás no se ponen la mascarilla y estoy en peligro” los vi en Asia justo al principio, pero no empezaron en Estados Unidos hasta que los profesionales sanitarios nos dijeron que empezáramos a llevar mascarillas.
Vi sueños muy parecidos en todo el mundo, pero en su mayor parte el hecho coincidía con el momento en que los brotes de covid-19 eran peores en esa región o cuando cambiaban las directrices para el público.
CNN: ¿Cómo cambiaron nuestros sueños este año en comparación con el 2020?
Barrett: A medida que el mundo comenzó a abrirse, ha habido algunos cambios bastante grandes en la proporción de sueños que la gente está reportando. Para empezar, empecé a ver más sueños positivos y optimistas.
Estos sueños optimistas tienden a ser sobre estar de vuelta en alguna situación social grande y concurrida haciendo una actividad favorita, como bailar en un club nocturno o estar en un evento deportivo o estar en una reunión familiar con muchos familiares que en realidad viven en todo el país.
Los sueños de este tipo eran bastante raros en las primeras semanas de la pandemia, y cuando la gente soñaba así solía comentar que se despertaba y sentía una oleada de tristeza. Sentían como si el sueño se hubiera burlado de ellos con algo que ya no podían hacer, como si estuvieran viendo algo de su pasado que no estaría en su futuro próximo.
Pero a partir de mediados de diciembre de 2020, cuando se anunció que las vacunas eran muy eficaces y que se aprobaba su uso de emergencia, los sueños positivos empezaron a aumentar.
También resultaba muy llamativo que el sueño pudiera ser el mismo de los primeros meses de la pandemia, pero ahora la gente decía que se había despertado feliz. El sueño les había animado porque sentían que su sueño les auguraba un futuro en el que todo iba a ir bien.
CNN: En tu artículo mencionas que las mujeres se llevaron la peor parte de las pesadillas durante la pandemia. ¿Por qué?
Barrett: Cuando comencé el estudio sobre los sueños durante la pandemia, predije un aumento de las emociones negativas y de las referencias a la enfermedad, la muerte y el cuerpo físico. Comparé los datos de los sueños que obtuve con un enorme conjunto de sueños que se habían recogido durante un tiempo de calma antes de la pandemia.
Lo que descubrí fue que tanto en los sueños de hombres como en los de mujeres sobre la pandemia había dos veces y media más ansiedad, el doble de referencias a la enfermedad y cuatro veces más referencias a la muerte que en los sueños captados antes de la pandemia.
Pero únicamente en el caso de las mujeres eran elevadas las demás emociones negativas, como la tristeza y la ira. Eran casi el doble para las mujeres, pero los sueños de los hombres no mostraban más ira o tristeza que antes.
Me sorprendí un poco cuando obtuve ese resultado, pero cuando leí los sueños más detenidamente descubrí que los malos sueños sobre la educación en casa eran casi todos de las madres, más que de los padres, y que había muchos sueños femeninos sobre cómo cuidar a los niños o cómo atender a los enfermos.
Otra categoría que se elevaba una vez y media en las mujeres eran las menciones a partes del cuerpo, como los dedos de las manos, los brazos, los dedos de los pies, los pies, el torso de las piernas, los pechos y los genitales.
Pensé que esto estaría relacionado con la enfermedad, pero a menudo el sueño era “el compañero de casa está mirando tal o cual parte del cuerpo”.
Y me di cuenta de que ha habido un aumento de los informes de abuso doméstico y violencia sexual en el hogar durante la pandemia y un aumento de los acercamientos sexuales no deseados por parte de compañeros de habitación.
Así que parecía que los sueños reflejaban problemas que podían ser exclusivos o experimentados con más frecuencia por las mujeres.
CNN: ¿Continúan los temas de los sueños que se reportan durante la pandemia?
Barrett: La gente sigue soñando con las mascarillas, es un sueño comúnmente reportado, pero hay un cambio sutil. En los primeros días, siempre era un sueño con temor.
“Olvidé mi mascarilla”, “Se me cayó la mascarilla” o “Mi mascarilla se está desintegrando de alguna manera mágica”: esos eran aproximadamente la mitad de los sueños con mascarillas. La otra mitad eran: “Estoy cerca de otras personas que no tienen mascarilla”, “No la llevan bien puesta” o “Su mascarilla tiene agujeros”.
En esos primeros sueños de mascarillas, el soñador entraba en pánico y se esforzaba por alejarse de la gente porque temía contagiarse de covid-19. Definitivamente, el miedo era la emoción principal.
Sin embargo, a principios del otoño pasado, en lugar de que el miedo y el contagio fueran el problema cuando el soñador se daba cuenta de que no llevaba una mascarilla, era la vergüenza o el pudor social o “¿Qué pensará la gente de mí por no llevar una?”.
Eso entra en una metáfora onírica más tradicional de vergüenza social, cuando la gente está en un centro comercial y de repente se da cuenta de que olvidó su ropa. Me parece que estos sueños de mascarillas sustituyeron temporalmente el sueño de “desnudo en público” que tiene mucha gente.
Es un cambio realmente interesante, y tendré curiosidad por ver cuánto dura.
CNN: Según tus conocimientos sobre el trauma y las pesadillas, ¿qué esperas que ocurra con los sueños de la pandemia?
Barrett: Lo que sabemos es que cuando la gente experimenta el mismo acontecimiento traumático, muchos soñarán con él poco después de que ocurra. Luego, si se observa la media del grupo, este disminuye con el tiempo y los sueños sobre el suceso desaparecen para más de la mitad de las personas.
Los médicos no diagnostican el trastorno de estrés postraumático (TEPT) hasta que ha transcurrido cierto tiempo, y no se considera un trastorno el hecho de tener una respuesta de sobresalto elevada o recuerdos diurnos o pesadillas si se producen inmediatamente después. Es una respuesta postraumática muy normal tener pesadillas sobre el suceso durante un tiempo, y luego la mayoría de la gente se adapta.
Sin embargo, algunas personas seguirán luchando y posiblemente desarrollarán sueños traumáticos a largo plazo, como las personas más directamente afectadas por el suceso y que han sufrido un trauma grave. Este grupo también incluye a las personas que ya tienen trastornos de ansiedad y a las que han sufrido algún trauma anterior en su historia.
Después del 11-S, las personas que tuvieron las peores pesadillas fueron las que estaban en el edificio y apenas pudieron salir, los primeros en responder y las personas que trabajaban lo suficientemente cerca como para ver escenas de cuerpos cayendo. Muchas de las peores pesadillas que he recibido durante la pandemia son de enfermeras y médicos que están en primera línea.
CNN: ¿Quiénes tendrán una lucha más larga contra las pesadillas en pandemia?
Barrett: Otras personas también pueden desarrollar sueños con traumas de larga duración, como las personas que sufrieron malos tratos en su infancia, las mujeres que han sido violadas y los veteranos de guerra. Esto ocurre incluso en personas que no han seguido teniendo pesadillas recurrentes sobre el trauma anterior.
Un nuevo trauma, incluso uno que se experimenta de forma secundaria, aparece y recibe mucha atención de las noticias y eso puede activar los sueños sobre el trauma anterior o el reciente, o incluso un híbrido de ambos traumas en la misma pesadilla.
Yo diría que son las personas que han tenido una experiencia más directa con la muerte y la agonía, las que son fisiológicamente vulnerables a la ansiedad, el estrés y los traumas, y las que han tenido traumas previos las que probablemente tengan una lucha más larga con las pesadillas.