CNNE 1012384 - ¿quien descubrio la antartida?
Los maoríes habrían descubierto la Antártida 1.300 años antes que los occidentales
00:50 - Fuente: CNN

(CNN) – Desde que el ser humano conoce la existencia de la Antártida, quiere visitarla.

Es el continente menos visitado y menos poblado del mundo. En el mejor de los casos, es extremadamente difícil llegar a él. Sin embargo, el atractivo de lo desconocido y el deseo de pisar todos los continentes hacen que los viajeros intenten llegar al Polo Sur.

Aun así, para los analistas obsesivos del mundo, la Antártida es difícil de clasificar. No es un país, así que ¿se puede tachar de la lista de deseos? ¿Quién la controla? Si tuviera una capital, ¿dónde estaría? ¿Cuál sería el idioma materno?

Una bandera nacional para un lugar sin nación

Estas fueron algunas de las preguntas que se planteó Evan Townsend cuando se inscribió para la primera de sus dos estancias en la Estación McMurdo, la base estadounidense de la Antártida.

Townsend, profesor de primaria en Boston, sabía que tenía un estricto límite de equipaje al ir a la Antártida a trabajar como personal de apoyo: todo el mundo tiene un límite de 38 kilos, dice, que tiene que incluir ropa, artículos de aseo, medicamentos, aparatos electrónicos y cualquier otra cosa que puedan querer o necesitar durante su estancia.

Como una de sus funciones sería gestionar la sala de artes y oficios de la base, quería llevar algunos adornos, pero sabía que tenía que ser ligero. Townsend eligió la bandera del Orgullo: no pesaba casi nada, pero su significado era grande.

Un día, Townsend y algunos compañeros sacaron la bandera del Orgullo al exterior y se hicieron fotos para publicarlas en las redes sociales. Las fotos acabaron convirtiéndose en una historia internacional, y muchos medios de comunicación dijeron que era el primer desfile del Orgullo en la Antártida.

“Fue entonces cuando me di cuenta del poder de las banderas”, dice Townsend. “Por un lado, estoy completamente aislado en el extremo de la Tierra. Y por otro, soy parte de esta comunidad global”.

La bandera "True South" que Townsend diseñó para representar a la Antártida.

A pesar de no tener formación en diseño, Townsend se identifica como un viejo “nerd de las banderas” y comenzó a jugar con la idea de crear una que representara a la Antártida.

Optó por el azul oscuro para las aguas del Océano Antártico y el blanco para el paisaje, con un triángulo isósceles en el centro para representar los picos helados de la Antártida.

“Quería que fuera una bandera neutral, sin duda”, dice Townsend. “Es un diseño distinto, es un color distinto, para asegurarnos de que no está afiliada a ningún grupo o nacionalidad en particular. Quería que fuera algo que tuviera mucho simbolismo, pero que fuera lo suficientemente sencillo como para que la gente pudiera aplicar su propia percepción de la Antártida y su propia comprensión del continente a la bandera”.

El nombre del proyecto de bandera, True South, también tiene su propio significado.

“‘Sur verdadero’ significa literalmente la dirección hacia el Polo Sur geográfico, a diferencia del sur magnético que llevaría al Polo Sur magnético”, explica Townsend. “Pretende representar los objetivos y valores compartidos por los que la comunidad antártica puede orientarse”.

Y Townsend no tiene planes de registrar o poseer los derechos de autor del diseño de la bandera, ya que cree que debe pertenecer a todo el mundo.

“Las mejores banderas son las que obtienen su significado y su poder de la gente que las enarbola”, añade.

¿Quién está a cargo aquí?

Townsend es solo una de las muchas personas de todo el mundo que se quedan fascinadas por la Antártida, aunque nunca puedan visitar y ver el lugar por sí mismos.

¿Qué tiene el continente más al sur del mundo que sigue fascinando a la gente?

En un mundo más interconectado que nunca, la Antártida sigue siendo uno de los pocos lugares de los que la mayoría de la gente no sabe nada.

No hay población nativa en la Antártida, y la actividad humana allí es aún relativamente reciente.

Las únicas instalaciones permanentes son un puñado de estaciones científicas, que solamente emplean a científicos y a su personal de apoyo, término que comprende desde cocineros y trabajadores de mantenimiento hasta electricistas y gestores de aeropuertos.

Es habitual que la gente haga varias cosas a la vez. Townsend trabajó en el servicio de comidas, como camarero y como jefe de sala de artesanía durante su estancia. En su tope, el número de residentes humanos en la Antártida es de aproximadamente 10.000.

En 1959, 12 países (entre ellos Japón, Sudáfrica, Francia, el Reino Unido, Argentina y la entonces URSS) firmaron el Tratado Antártico en Washington.

Entre los puntos que acordaron estaba que la Antártida debía “utilizarse únicamente con fines pacíficos” y que la ciencia estaría al frente de cualquier desarrollo o asentamiento allí. Los miembros del ejército pueden estar allí, pero solo en funciones de apoyo.

Aunque pocas personas viven allí, el ámbito de influencia de la Antártida es enorme. El cambio climático ha hecho que el continente se reduzca. Y a pesar de la existencia del Tratado, la política mundial ha cambiado y han surgido nuevos actores de poder (en concreto, China) en la Antártida.

La bandera True South ondea junto a las banderas de los 12 signatarios originales del Tratado Antártico en la zona ceremonial del Polo Sur.

Klaus Dodds, profesor de Geopolítica en la Universidad de Londres, es autor de varios libros sobre las regiones polares, el más reciente “The Arctic: A Very Short Introduction”, publicado en junio de 2021.

“Se siguen sacando cosas de la Antártida. Información, hielo, recursos como focas, ballenas y peces”, dice. “La fragilidad de la Antártida, creo, representa la fragilidad del mundo en general”.

Si bien el cambio climático es la mayor influencia en la Antártida, hay otro factor importante que solo aumentará a medida que la pandemia disminuya: el turismo.

El futuro del continente

Alrededor del 90% de los turistas que llegan a la Antártida lo hacen en barco. Estos viajes son caros, y la mayoría de los viajeros solo pasan unas horas en tierra firme antes de volver a los barcos y dar la vuelta.

En la actualidad, Estados Unidos es la mayor fuente de turismo antártico, pero China está ascendiendo rápidamente al segundo puesto, y Dodds cree que dentro de una década encabezará la lista.

Algunos destinos, como la ciudad turística argentina de Ushuaia y la australiana de Hobart, ganan dinero con estos turistas debido a su ubicación como puertos de escala final antes de la Antártida. Dodds pronostica que en la próxima década numerosas compañías de cruceros abrirán itinerarios en la Antártida y más empresas de viajes invertirán en la infraestructura del continente.

Al igual que los países se disputan el poder con bases militares y maniobras políticas, la Antártida se ha convertido en otro lugar en el que se desarrollan sus rivalidades (y sus temores).

“Nadie puede responder a la pregunta de quién es el dueño de la Antártida”, dice Dodds.