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Más actividades extracurriculares y menos pantalla ayuda a la salud mental en adolescentes
00:42 - Fuente: CNN

(CNN) – Los adolescentes que tienen relaciones cercanas y seguras con sus familias son más propensos a mostrar empatía hacia sus compañeros, según un nuevo estudio.
Más concretamente, cuando los adolescentes se sienten seguros, apoyados y conectados con sus padres u otros cuidadores adultos, están mejor equipados para transmitir la empatía que reciben a otros.

“No creo que a los adolescentes en particular les guste que les digan lo que tienen que hacer, y no creo que funcione decirles a los adolescentes que deben empatizar con otras personas”, dijo Jessica Stern, autora principal del estudio y becaria postdoctoral del departamento de psicología de la Universidad de Virginia. “Pero lo que sí funciona es mostrarles la empatía, y que la transmitan a las personas de su vida”.

El trabajo de Stern gira en torno a cómo tener relaciones seguras contribuye al comportamiento prosocial, o sea, al comportamiento impulsado por la intención de beneficiar a los demás.

La investigadora estudia las relaciones entre padres e hijos, también conocidas como teoría del apego, que es “la idea de que todos los seres humanos tienen una necesidad fundamental de conexión”, pero la calidad de esas conexiones puede ser diferente. Stern dice que esas diferencias son importantes porque “dan forma a lo que llegamos a ser con el tiempo”.

Los adolescentes que son más empáticos muestran niveles más bajos de agresión y prejuicios y son menos propensos a acosar, añadió Stern, y por eso es importante entender cómo las relaciones moldean la empatía.

El estudio, llevado a cabo en el Grupo de Investigación de Adolescentes de la Universidad de Virginia, hizo un seguimiento de 174 adolescentes de 14 a 18 años para seguir su evolución anualmente. A los 14 años, los investigadores entrevistaron a los adolescentes sobre sus relaciones familiares utilizando una versión modificada de la Entrevista de Apego para Adultos, que se considera el “estándar de oro” para evaluar el estado mental de apego de una persona, según el estudio.

Stern dijo que esto llevó a los adolescentes a compartir descripciones e historias sobre sus familias. Los investigadores prestaron atención no solo a lo que decían los adolescentes, sino también a cómo lo expresaban.

“Algunas de esas historias tienen mucho dolor, otras tienen mucha belleza real y cercanía, pero realmente buscamos cómo los adolescentes cuentan sus historias”, dijo Stern. “Así pues, ¿pueden los adolescentes hablar de sus relaciones cercanas de una manera que sea tranquila y clara? ¿Pueden tomar una situación posiblemente difícil y darle sentido?”.

Tras estas entrevistas iniciales, los investigadores volvieron a ver a los participantes a los 16, 17 y 18 años y observaron sus interacciones con un amigo cercano. Los investigadores observaron cómo respondían los participantes cuando su amigo presentaba un problema y les confiaba, evaluando la extensión de la empatía de los participantes.

Los adolescentes que tenían relaciones familiares más seguras mostraron mayor empatía hacia sus amigos a los 16 y 17 años que los adolescentes menos seguros. Pero no todo son malas noticias, ya que los adolescentes menos seguros “alcanzaron” su comportamiento empático a los 18 años, para sorpresa de Stern.

Esto es motivo de esperanza, señaló, porque puede indicar que esas habilidades empáticas pueden desarrollarse con el tiempo para los adolescentes que no tienen grandes relaciones en casa. Stern sugirió que tener amistades fuertes o un profesor de confianza podría influir en la empatía de los adolescentes inseguros, pero dijo que habría que seguir investigando para saber más.

Los resultados son coherentes con numerosas investigaciones anteriores que vinculan las relaciones positivas con el desarrollo de la empatía en la adolescencia, dijo Mary Buckingham, profesora asistente de investigación en el Instituto de Investigación Aplicada al Desarrollo de la Juventud de la Universidad de Tufts. Ella no participó en el estudio.

“Las relaciones con adultos importantes inciden en el desarrollo de la empatía”, dijo Buckingham. “Los resultados sugieren que, para criar a un adolescente empático, los padres deben modelar y fomentar la empatía”.

La investigadora dijo que, como se indica en el estudio, la investigación muestra una correlación entre las relaciones seguras y la empatía, pero no debe interpretarse como una relación causal en este momento. La investigación adicional debe examinar no solo la calidad de la relación de apego entre un progenitor y su hijo, sino también los posibles impactos de la socialización y otros aspectos de la crianza, añadió Buckingham.

Dado que la investigación se centró en los promedios de la muestra del estudio, también dijo que es necesario examinar las diferencias individuales entre los participantes.

“El artículo no aclara las diferencias individuales que podrían existir dentro de los adolescentes y la especificidad del desarrollo de cada adolescente que podría estar ocurriendo”, dijo Buckingham. “Las investigaciones futuras deberían examinar qué experiencias específicas, para qué jóvenes, en qué contextos más amplios, en qué momentos de la vida, pueden conducir a vínculos de apego y empatía”.

Ya se están llevando a cabo más investigaciones sobre este grupo concreto de participantes, que ahora tienen alrededor de 30 años, dijo Stern. Dirigidos por Joseph Allen, profesor de psicología y jefe del Grupo de Investigación de Adolescentes de la Universidad de Virginia, los investigadores están interesados en ver cómo las capacidades empáticas que examinaron en los adolescentes conforman ahora sus relaciones románticas y su comportamiento como padres cuando son adultos.

Ser capaz de captar las emociones de otras personas y ver desde su punto de vista es importante “para una variedad de otras cosas que consideramos positivas en el mundo”, afirmó Stern.

Para los padres e incluso los profesores, Stern aconseja comprender la necesidad de la empatía y dedicarse realmente a las relaciones con los adolescentes. Ofrecer modelos de comportamiento empático, como tratar a los demás con amabilidad, respeto y apoyo, puede ayudar a los adolescentes a interiorizar ese comportamiento, sean o no conscientes de ello.

Los adultos también deberían animar a los adolescentes a fomentar las relaciones con sus amigos, lo que, según el estudio, también ayuda a desarrollar la empatía como habilidad, indicó Stern. Sin embargo, añadió, es importante saber de quiénes deciden hacerse amigos los adolescentes.

“Todos tenemos diferentes tipos de familias y no podemos elegir a nuestra familia, pero podemos elegir a nuestros amigos”, dijo Stern. “Elige a tus amigos sabiamente y elige a las personas que te hacen sentir seguro, apoyado y conectado y que te cubren las espaldas, y hazlo también por ellos, porque realmente importa”.