Sao Paulo, Brasil (CNN) – Investigaciones de corrupción, una crisis de covid-19 que se extiende, una popularidad en picada y episodios persistentes de hipo. Parece que el presidente de Brasil cargado de escándalos, Jair Bolsonaro, no puede tomar un respiro.
El presidente dijo que ahora se siente “100% bien” después de su reciente problema de salud, que dice ser una consecuencia de un intento de asesinato fallido, en 2018, y le dijo a TV Brasil: “Si Dios quiere, cumpliré esta misión hasta el último día”.
Pero ese último día puede llegar antes de lo esperado, con una mayoría de brasileños por primera vez a favor de que los legisladores inicien un proceso de juicio político contra su controvertido líder, según una encuesta reciente.
Si bien el juicio político está lejos de ser seguro, una encuesta de Datafolha encontró que el 54% de los brasileños apoya una propuesta de los legisladores para abrir un proceso de juicio político contra Bolsonaro. La encuesta de julio también encontró que el 51% de los brasileños consideraba que la presidencia de Bolsonaro era “mala” o “espantosa”.
El Gobierno de Bolsonaro ha estado implicado en acusaciones de corrupción, lo que resultó en una investigación parlamentaria sobre el manejo gubernamental de la pandemia.
Mientras tanto, el país está luchando contra el impacto devastador de su respuesta fortuita al covid-19.
Se han reportado casi 20 millones de casos del virus en Brasil, según la base de datos de la Universidad Johns Hopkins, ubicándose en el tercer lugar del mundo, después de Estados Unidos y la India. El número de muertos ha superado los 544.000 y sigue habiendo más de 1.000 muertes cada día. Solo alrededor del 16% de la población está vacunada.
Bolsonaro ha estado en el centro de la tormenta, habiendo minimizado la gravedad del virus desde el principio. Esta semana, el presidente criticó a los gobernadores por tomar medidas restrictivas para contener la propagación.
“Muchos gobernadores han cerrado todo. Han destruido puestos de trabajo, sobre todo informales. Tenemos alrededor de 38 millones de personas en Brasil que viven del día a día, que trabajan por la mañana para comer por la noche”, dijo. “Lo han perdido todo. Si no hubiera ayuda de emergencia del Gobierno federal, esta gente estaría condenada a morir de hambre”.
El llamado “Trump del trópico” también ha apuntado a los medios de comunicación.
Durante una entrevista con la cadena pública TV Brasil, el martes, Bolsonaro criticó a la prensa brasileña y celebró el manejo de la pandemia del país.
“Tengo la conciencia tranquila”, dijo Bolsonaro. “Brasil es uno de los países que mejor se ha comportado durante la pandemia, punto. Felicitaciones a Brasil. Agradezco a mi equipo de 22 ministros”.
En julio de 2020, Bolsonaro anunció que dio positivo por covid-19, luego de meses de restar importancia al virus. Él y su Gobierno se han resistido a las medidas de confinamiento y al uso de mascarillas.
Los ciudadanos enojados, los adversarios políticos y los funcionarios locales abrumados han presionado a Bolsonaro para que adopte más medidas federales, incluso cuando él ha ignorado públicamente esas preocupaciones.
Investigaciones e indagaciones por corrupción
La investigación del Senado brasileño sobre la respuesta del Gobierno puede obstaculizar la propuesta de reelección de Bolsonaro si conduce a un proceso de juicio político o cargos penales.
Si bien los analistas políticos consideran que esos resultados son poco probables, el futuro de Bolsonaro puede depender de su capacidad para mantener la paz con los legisladores responsables de tales procedimientos.
El líder de la oposición del Senado, Randolfe Rodrigues, dijo que lo que comenzó como una investigación sobre omisiones y mala conducta ahora se ha convertido en una investigación por corrupción.
Se incluyen acusaciones de que Bolsonaro y su Gobierno sabotearon las medidas de aislamiento, amenazaron a gobernadores y alcaldes que aplicaron medidas restrictivas y se negaron a usar mascarillas o alentar su uso. Los brasileños han salido a las calles en gran número para exigir una mejor respuesta.
La investigación también ha descubierto afirmaciones explosivas de un testigo de que a Bolsonaro se le advirtió que un acuerdo de vacuna propuesto se rellenó con dinero extra para funcionarios corruptos. El Comité de Investigación Parlamentaria (CIP) ha abierto una investigación sobre el acuerdo para comprar 20 millones de dosis de las vacunas Covaxin, de fabricación india, por un 1.000% más que el precio cotizado inicial.
El congresista Luis Miranda, exaliado de Bolsonaro, y su hermano, Luis Ricardo Miranda, empleado del Ministerio de Salud, dijeron que advirtieron al presidente sobre irregularidades en el contrato, pero él no hizo nada para resolver el asunto. Bolsonaro dijo a Radio Gaucha: “No puedo, cuando me viene algo, tomar medidas. Me reúno con más de 100 personas al mes”.
Hablando el domingo, cuando lo daban de alta del hospital, Bolsonaro se quejó de que el CIP lo acusa con demasiada frecuencia de ser corrupto. “¿Quieren expulsarme del Gobierno?”, dijo. “Solo Dios [puede] sacarme de esa silla. ¿No entendieron que solo Dios me saca de esa silla? Si hay alguna corrupción en el Gobierno, seré el primero en averiguarlo y dejarlo en el manos de la justicia”.
Ha acusado al CIP de ignorar otras acusaciones de corrupción en todo Brasil para centrarse en él y su Gobierno. “Me quieren acusar de genocidio. Ahora, dígame, ¿en qué país no ha muerto gente? Esta CIP no tiene credibilidad”, dijo Bolsonaro. El presidente agregó que “lamenta lo de los muertos, pero las personas que estaban sanas tenían pocas posibilidades de morir”.
Riesgo de juicio político
El analista político Marco A. Teixeira le dijo a CNN que, aunque es poco probable, Bolsonaro puede estar en riesgo de juicio político. El profesor de la Universidad Getulio Vargas (FGV-SP) dijo que si bien aún no está claro a dónde conducirá la investigación, el Gobierno de Bolsonaro está comprometido.
Teixeira predijo un “escenario difícil” para Bolsonaro en el período previo a las elecciones presidenciales de octubre de 2022, y las encuestas de Datafolha lo muestran detrás del probable rival y expresidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
“Es una situación diferente a la última elección, porque ya está siendo juzgado y tiene explicaciones pendientes para dar a la sociedad. Perdió la posición de oposición. Ya no puede decir que ‘lo hará’ porque ya está en el Gobierno”, dijo Teixeira.
“Ahora su historia es que la Corte Suprema y el Congreso no le permiten hacer nada… Tiene una narrativa para cada ocasión”, agregó Teixeira.
Lula da Silva ha insinuado una carrera presidencial en 2022, después de que sus condenas por corrupción y lavado de dinero fueron anuladas en marzo, restaurando efectivamente su derecho a postularse para un cargo.
Lula ha arremetido contra los esfuerzos de la administración para contener la pandemia, diciendo que “no hay control en Brasil”. Describió los confinamientos como “necesarios”, restricciones que Bolsonaro ha rechazado con frecuencia.
“[Bolsonaro] prefiere despertarse a las 4 de la mañana, contar sus mentiras a través de su teléfono móvil, a través de las redes sociales, y hemos estado produciendo noticias falsas como nunca hemos visto en la historia de Brasil y no está lidiando con eso en serio”, ha dicho Lula da Silva.
Compitiendo por votos
Bolsonaro, al igual que Trump durante su campaña de reelección, ha estado sembrando dudas sobre las máquinas de votación electrónica utilizadas en Brasil, el mismo sistema por el cual él y sus hijos fueron elegidos. Ha estado presionando para que el país use únicamente boletas impresas, promocionando afirmaciones no comprobadas que las elecciones anteriores fueron manipuladas mediante votación electrónica.
Teixeira explica que el reciente problema de salud de Bolsonaro puede funcionar a su favor en términos de popularidad. Sugiere que los partidarios se unirán en torno al presidente como lo hicieron en el momento de su fallido intento de asesinato, en 2018. Una lesión de ese intento lo ha llevado a sus problemas médicos actuales.
El hijo mayor de Bolsonaro, el senador Flávio Bolsonaro, tuiteó sobre la reciente hospitalización de su padre, “El presidente @jairbolsonaro evolucionó para mejor, se despertó de buen humor y, si continúa así, no necesitará operarse! Gracias a todos por sus oraciones! #QuiénOrdenóElAsesinatoDeBolsonaro”.
Teixeira explica que el hashtag utilizado por el hijo de Bolsonaro muestra un intento de movilizar seguidores en línea.
“El problema de salud de Bolsonaro crea una cortina de humo que le da a su familia una especie de ‘resurgimiento’ de la puñalada que sufrió hace cuatro años, mostrando una instrumentalización de algo que tuvo un peso significativo en las pasadas elecciones y que puede afectar la intención de voto para el próximo año”, dijo Teixeira.
Al llegar al hospital, la semana pasada, Bolsonaro dijo que Brasil está en “el camino hacia la prosperidad” y agradeció a sus seguidores por sus oraciones.
“Eso es lo que nos motiva a avanzar y enfrentar lo que sea necesario para sacar al país de las garras de la corrupción, la reversión de valores, el crimen organizado y para garantizar y proteger la libertad de nuestro pueblo”, dijo Bolsonaro.
“Que Dios nos bendiga y siga iluminando a nuestra nación. ¡Un gran abrazo! ¡Brasil sobre todo, Dios sobre todo!”
Rodrigo Pedroso y Juliana Koch, de CNN, informaron desde Sao Paulo, y Samantha Beech informó y escribió desde Atlanta.