(CNN) – La presión social, moral y política está comenzando a aumentar sobre decenas de millones de estadounidenses que se niegan a recibir vacunas seguras y efectivas contra el covid-19 , ya que incluso algunos políticos conservadores se unen al esfuerzo de persuasión en medio de una nueva ola peligrosa.
El Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del Gobierno de EE.UU., advirtió sin rodeos en el “State of the Union”, de CNN, el domingo, que la pandemia “va en la dirección equivocada” porque el 50% del país no está completamente vacunado.
Fauci, uno de los expertos en salud pública más respetados del mundo, ha sido demonizado por ataques conservadores. Pero a medida que la variante delta del nuevo coronavirus atraviesa el corazón del país no vacunado, un puñado de líderes conservadores ahora están reflejando su súplica a los que se resisten a recibir sus vacunas para salvar sus vidas.
Pero las encuestas muestran que muchos estadounidenses en estados conservadores siguen siendo profundamente escépticos con respecto a la vacuna y muchos tienen la intención de no aplicársela nunca, o es muy poco probable que cambien de opinión a medida que el virus, y una variante altamente contagiosa, comienza a aumentar su terrible precio.
Las preocupaciones del presidente Biden
Esa realidad está provocando nuevos cálculos dentro de la Casa Blanca sobre una crisis que muchos de los principales asesores del presidente Joe Biden esperaban que hubiera terminado. Los altos funcionarios están discutiendo la posibilidad de reactivar la guía de mascarillas para ciudadanos vacunados en algunas áreas donde el virus se está propagando de manera particularmente severa.
La perspectiva de otro otoño e invierno brutales en la pandemia también amenaza con restar valor a la ambiciosa agenda del presidente, acechar su presidencia y dañar la recuperación económica de cara a las elecciones de mitad de período que ya eran un desafío difícil.
Fauci dijo en “State of the Union” que la gran mayoría de las muertes estadounidenses en una pandemia que empeora vendría entre aquellos que han retrasado la aplicación de sus vacunas.
“Este es un problema predominantemente entre los no vacunados, que es la razón por la que estamos ahí afuera, prácticamente suplicando a los no vacunados que salgan y se vacunen”, le dijo a Jake Tapper.
Nuevas divisiones políticas por la vacuna covid-19
La campaña de vacunas han vuelto a presentar las divisiones políticas fundamentales en Estados Unidos que permanecen crudas después de que el expresidente Donald Trump priorizara sus perspectivas políticas sobre las directrices de salud pública, el año pasado.
Algunos comentaristas y políticos conservadores han acusado falsamente al Gobierno de Biden de intentar inocular por la fuerza a los estadounidenses en contra de su voluntad y han rechazado los consejos científicos de los expertos del Gobierno.
Hay muchas razones por las que los estadounidenses no se vacunan, incluida la creencia de que el virus no es tan malo, la esperanza de que los estilos de vida rurales reduzcan la probabilidad de contraer covid-19 y la desconfianza generalizada en los expertos gubernamentales. Pero en general, los estados menos vacunados que están en mayor riesgo en medio del resurgimiento actual del covid-19 fueron ganados por Trump en 2020, y es donde los líderes estatales y locales republicanos han sido más resistentes a las medidas de distanciamiento social.
El expresidente, a pesar de reclamar el crédito legítimo por el papel de su administración en el desarrollo de vacunas altamente efectivas, sí “recomendó” a sus partidarios en una multitudinaria manifestación en Arizona, el sábado, que se vacunen. Pero también demostró que no estaba dispuesto a gastar capital político en un tema que podría ponerlo en desacuerdo con los votantes de base en los que confía para su regreso.
“También creo en sus libertades al 100%”, dijo Trump, dando una bendición indirecta a quienes rechazan las vacunas. Además, saboteó el esfuerzo de salud pública al afirmar que la razón por la que la gente no estaba aprovechando la oportunidad era por su sucesor. “Como no confían en el presidente, la gente no lo hace”, dijo Trump.
Nadie ha sembrado más desconfianza en la administración Biden que el propio Trump con sus interminables y falsas afirmaciones de fraude electoral.
Controversia entre los republicanos
Existe el riesgo de aumentar la presión sobre los estadounidenses que son reacios a vacunarse. Millones de votantes conservadores acudieron a Trump porque creían que estaban siendo víctimas de funcionarios de “élite”, expertos y periodistas que buscaban imponer sus puntos de vista y valores en lo que consideraban sus propias costumbres culturales tradicionales estadounidenses.
Esta impresión, fomentada por años de propaganda mediática conservadora, podría proporcionar otra fuente de ira para que el expresidente la explote si se profundiza por las nuevas controversias sobre vacunas.
Al igual que con el enmascaramiento, el tema de las vacunas llega a la cuestión central de las libertades estadounidenses y hasta qué punto los intereses de un individuo deben permanecer sacrosantos incluso si sus acciones ponen en riesgo al resto de la comunidad.
Los escépticos de las vacunas argumentan que el Gobierno no debería tener poder para evitar que visiten su bar o restaurante favorito, sea cual sea su elección personal. Sin embargo, los estadounidenses que están vacunados se preguntan por qué los que no recibirán la vacuna no están dispuestos a ayudar a poner fin a la pandemia para todos, en medio del temor de que los altos niveles de virus puedan generar nuevas variantes resistentes a las vacunas.
Nuevas infecciones y nuevas preocupaciones
Si bien la guía de salud pública sugiere que la mayoría de los estadounidenses vacunados están protegidos contra el covid-19, existen infecciones que van apareciendo. Incluso si casi todos los que están completamente vacunados no enfermarán gravemente ni morirán. Y los niños menores de 12 años, que aún no pueden vacunarse, son vulnerables, especialmente en los puntos críticos de la enfermedad, al igual que las personas inmunodeprimidas que no pueden recibir la vacuna.
El probable precio político al que se enfrentarían Biden y otros líderes al intentar introducir pasaportes de vacunas para ingresar a restaurantes, teatros y otros lugares públicos, significa que tal idea probablemente no se aplique en un comienzo en EE.UU. De hecho, algunos republicanos, como Ron DeSantis, el gobernador de Florida, donde las infecciones por covid están aumentando, ya han prohibido tales medidas.
Pero a medida que se aclara el costo potencial de la última oleada de covid, los líderes más conservadores están hablando públicamente en apoyo de las vacunas. Incluso los expertos de los medios conservadores se están sumando después de meses arrojando información errónea sobre el esfuerzo gubernamental de vacunas.
Sarah Huckabee Sanders es la última conservadora en instar a las vacunas
Varios gobernadores republicanos han criticado duramente a las personas en sus propios estados que no seguirán adelante y se vacunarán, incluidos Kay Ivey, de Alabama, y Jim Justice, de Virginia Occidental.
Ahora, la exsecretaria de Prensa de la Casa Blanca de Trump, Sarah Huckabee Sanders, quien se postula para gobernadora en Arkansas, se ha unido públicamente al campo provacuna con un artículo de opinión en el periódico Arkansas Democrat-Gazette, durante el fin de semana.
Señaló que el 98% de los hospitalizados en su estado y el 99% de los que habían muerto recientemente por covid no estaban vacunados.
“Muchos de nuestros hospitales están ahora peligrosamente cerca de su capacidad máxima debido al aumento de casos de covid. Y los heroicos médicos y enfermeras que han estado al frente de la pandemia también necesitan la capacidad de tratar a pacientes con otras enfermedades graves y emergencias”, escribió Sanders.
Pero su respaldo a las vacunas fue precedido por una andanada de ataques contra los demócratas, Biden, la vicepresidenta Kamala Harris, Fauci y los medios de comunicación. Los que acusó de dañar la confianza en las vacunas, a pesar de que la maquinaria mediática conservadora ha estado promoviendo la desinformación durante meses.
Fue un recordatorio de los obstáculos políticos que los republicanos deben navegar ahora para tomar una posición basada en los hechos, la efectividad de las vacunas, mientras intentan no ser vistos como ceder en lo que sus electores perciben como expertos liberales y periodistas.
No a la vacuna obligatoria
El gobernador republicano de Arkansas, Asa Hutchinson, describió en el “State of the Union” la razón por la que las nuevas infecciones por covid-19 del estado se están disparando por las nubes.
“Este es un momento crucial en nuestra carrera contra el virus covid. Se acerca la escuela. Tenemos muchas actividades deportivas por las que la gente espera y está ansiosa”, dijo Hutchinson a Tapper. “Y lo que nos frena es una baja tasa de vacunación”, agregó.
Pero Hutchinson, nuevamente revelando el terreno político arriesgado al que se enfrentan los republicanos, defendió su decisión de aprobar una prohibición a los funcionarios estatales y locales que ordenan mandatos de uso de mascarillas faciales, diciendo que en ese momento, el virus estaba en niveles bajos.
“La gente sabía exactamente qué hacer. Eran capaces de tomar sus decisiones”, dijo Hutchinson.
La prohibición fue aprobada por ambas cámaras de la legislatura de Arkansas, en abril, y hace excepciones para empresas privadas. Sin embargo, dijo que los principios conservadores que permiten el control local permitirían a los funcionarios considerar mandatos de uso de mascarillas, basados en las tasas de vacunación.
A medida que aumentan los casos de covid-19 en todo el país, Arkansas registró 11.748 nuevas infecciones y 56 nuevas muertes durante la última semana. La tasa de positividad fue del 19,32%, según el Centro de Recursos de Coronavirus de Johns Hopkins.
Mientras suplicaba a los ciudadanos que se vacunen por su propio bien, Hutchinson dijo que no consideraría vacunas obligatorias “porque eso incluso causaría una mayor reacción de negatividad hacia el Gobierno y luego imposición a la libertad”. Este razonamiento es el motivo por el que tal movimiento a nivel federal también es casi impensable.
Alta negativa a vacunarse
Una encuesta, realizada el viernes por Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research entre adultos estadounidenses que aún no han recibido una vacuna, encontró que el 45% dice que definitivamente no recibirán las vacunas y el 35% dice que probablemente no las recibirán.
Estos datos explican por qué muchos expertos creen que es probable que las llamadas de figuras políticas nacionales como Biden sean ineficaces para aumentar las tasas de vacunación. Las figuras de confianza de la comunidad, como los médicos y los líderes religiosos, pueden tener más éxito en impulsar la adopción de vacunas. Y también puede haber un papel más directo para las empresas y las organizaciones educativas.
“Si alguien no quiere vacunarse, no tengo ningún deseo de sujetarlo y obligarlo a vacunarse. Pero debe asegurarse de que no dañe a otros”, dijo Lawrence Gostin, profesor de Derecho de la Salud Global en la Universidad de Georgetown.
“O reciben la inyección o tienen que hacerse dos pruebas por semana, tienen que enmascararse. Pero debemos asegurarnos absolutamente de que si toman la decisión de no vacunarse, simplemente no tienen derecho a desenmascararse sin estar vacunados en un lugar de trabajo abarrotado “, dijo Gostin en “Smerconish”, de CNN, el sábado.
“Necesitamos que la vacunación sea la opción predeterminada, la opción fácil”, añadió.