(CNN) – Un sistema crucial de corrientes en el océano Atlántico que ayuda a controlar las temperaturas en el hemisferio norte y tiene implicaciones para los sistemas climáticos de todo el planeta está mostrando signos de inestabilidad debido al cambio climático provocado por el hombre, dicen los científicos.
Su colapso tendría consecuencias graves para nuestro clima y la vida en la Tierra.
La Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) —de la que la corriente del Golfo es una parte importante —ayuda a mantener el equilibrio energético en el océano Atlántico. A menudo se la describe como una “cinta transportadora” que toma agua cálida superficial de los trópicos y la distribuye al Atlántico norte. Entonces el agua más fría y salada se hunde y fluye hacia el sur.
Un estudio publicado el jueves en Nature and Climate Change advirtió sobre “una pérdida casi completa de la estabilidad de la AMOC en el transcurso del último siglo”. Los investigadores dicen que podría estar cerca de un colapso y pasar de una circulación fuerte a una circulación débil, aunque el umbral de ese colapso todavía es incierto.
Los científicos han advertido durante años que la circulación se está debilitando. Las lluvias fuertes y el deshielo hace que el agua en el Atlántico sea menos salada, lo que a su vez la hace más liviana y menos propensa a hundirse. Si el agua en esta región se vuelve demasiado liviana, toda la circulación podría verse afectada.
¿Qué efectos tendría un colapso de estas corrientes en el Atlántico?
Los patrones climáticos globales están críticamente ligados a esta circulación y su transporte de calor y nutrientes a lo largo del planeta. Un colapso de este sistema daría lugar a cambios abruptos y significativos, incluidos un rápido aumento del nivel del mar, inviernos más extremos en Europa occidental y alteraciones de los sistemas monzónicos en los trópicos.
También podría tener un efecto de cascada y desestabilizar otros componentes del sistema climático de la Tierra, incluida la capa de hielo de la Antártida y la selva amazónica.
Este escenario fue la premisa para la película de ciencia ficción de 2004 “The Day After Tomorrow”, en la que sucede una serie de desastres climáticos extremos después del colapso de la AMOC por el cambio climático.
La circulación es más débil de lo que ha sido en unos 1.000 años, habían dicho previamente científicos, pero no sabían si de hecho se había desestabilizado o estaba atravesando cambios naturales. El estudio de esta semana utiliza ocho conjuntos de datos que analizan las temperaturas y la salinidad de la superficie en el Atlántico norte durante un período de 150 años. Y, con base en esos datos, descubrió que el calentamiento global estaba impulsando la desestabilización.
La metáfora de la silla
“La diferencia es crucial”, dijo a CNN en un correo electrónico el autor del estudio, Niklas Boers, del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático.
“Imagínate una silla que puede desplazarse (con las cuatro patas en el suelo) o inclinarse. Ambas cosas cambian la posición de la silla (lo que corresponde al cambio en la fuerza media de la AMOC), pero en el primer caso la estabilidad de la silla no se verá afectada, mientras que en el último caso existe un punto crítico. Si inclinamos la silla un poco más, se caerá. Mis resultados sugieren que es más probable que lo que le está sucediendo a la AMOC sea una inclinación y no solo un desplazamiento, por lo que la AMOC se ha acercado al umbral crítico en el que puede colapsar”, dijo.
Boers agregó que él mismo estaba sorprendido por el hallazgo de que el sistema de corrientes en el Atlántico se había desestabilizado y estaba “avanzando hacia su umbral crítico, en el que podría colapsar de manera abrupta”.
La clave: reducir las emisiones
El colapso de la circulación significaría un enfriamiento significativo en Europa, dijo Beors, “pero quizás más preocupante es el efecto de un colapso de la AMOC en los sistemas de monzones tropicales de América del Sur, África occidental e India. Especialmente en África occidental, un colapso de la AMOC podría dar lugar a condiciones de sequía permanente”.
Boers reconoce en el estudio que él y otros científicos todavía no saben si la corriente podría colapsar y cuándo sucedería, pero pidió al mundo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero “tanto y tan rápido como sea posible”.
“Cada gramo de gas de efecto invernadero adicional en la atmósfera va a aumentar la probabilidad de un colapso de la AMOC en el futuro, por lo que la clave es emitir la menor cantidad posible, tanto a nivel individual como, por supuesto, a nivel colectivo e internacional”, explicó.
El estudio se conoce días antes de un informe crucial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU que se publicará el lunes. Se espera que el reporte, en el que se ha estado trabajando durante años, brinde la mirada más concluyente hasta el momento sobre el alcance del cambio climático provocado por el hombre. También es probable que plantee una imagen de cómo podría ser el futuro dependiendo de las medidas que tome el mundo para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.