(CNN Español) – El terremoto de este 14 de agosto en Haití, que hasta este martes dejó más de 1.900 muertos, no solo hizo recordar el devastador sismo de 2010 (en el que murieron alrededor de 200.000 personas y de cuyos efectos aún no se recupera el país) sino que obliga a muchos a preguntarse por qué ese país sufre el azote de los movimientos de la Tierra con tanta intensidad.
El reciente terremoto de magnitud 7,2 ocurrió en la península suroccidental del país (la península de Tiburón), unos 100 km al oeste del epicentro del sismo de 7,0 de 2010, explica el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). “Al igual que el evento de 2010, el mecanismo de este terremoto indica una falla de empuje oblicuo a lo largo de la zona de falla de Enriquillo-Plantain Garden, la estructura de falla principal y el límite de microplacas en la región”, dice el USGS.
La falla de Enriquillo, que pasa por el sur de la isla La Española, en la que están Haití y República Dominicana, es la clave para entender el destino trágico haitiano en cuanto a los terremotos. La falla comienza en el lago Enriquillo, en el suroeste de República Dominicana, muy cerca de la frontera con Haití.
Una falla es una fractura o zona de fracturas entre dos bloques de roca, según el USGS. Las fallas permiten que los bloques se muevan entre sí. Este movimiento puede ocurrir rápidamente, en forma de terremoto, o puede ocurrir lentamente, en forma de fluencia.
La ubicación de Haití: entre dos fallas
Los sismos de 2010 y 2021 ocurrieron en la región que separa la placa tectónica del Caribe y la placa de América del Norte. Esa zona fronteriza “está dominada por el movimiento de deslizamiento lateral izquierdo y la compresión, y se adapta a un deslizamiento de aproximadamente 20 mm / año, con la placa del Caribe moviéndose hacia el este con respecto a la placa de América del Norte” explica la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas e inglés).
Haití, como ocupa la parte oeste de La Española, está en medio de la falla Septentrional Oriente, al norte de la isla, y la falla Enriquillo, que atraviesa la península de Tiburón, donde está Les Cayes (la ciudad más afectada en el terremoto reciente) y la zona sur-oeste del país, donde está Puerto Príncipe, la capital y el centro de la devastación en 2010. En eso se diferencia de la zona este de la isla, donde queda República Dominicana.
La falla de Enriquillo-Plantain Garden es similar en estructura y carácter a la falla de San Andrés de California en que ambas son de naturaleza deslizante, lo que significa que las placas se mueven una al lado de la otra en una dirección horizontal, explicó a CNN Paul Mann cuando era investigador principal del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas en Austin (Mann es actualmente profesor de Geología en la Universidad de Houston).
Los tipos de terreno y de construcción también son determinantes
Aunque terremotos con mayor magnitud se registran en otros lugares del mundo, en Haití la tragedia es mayor. Como la escala de magnitud tiene una base logarítmica, cada aumento de magnitud de un número entero representa un aumento de diez veces. Entonces, un terremoto de magnitud 6,5 es 10 veces más grande que uno de magnitud 5,5. Pero que la magnitud de un terremoto sea mayor no siempre significa que el daño resultante sea peor.
El terremoto de 2010 en Haití dejó más de 200.000 muertos y daños estimados entre US$ 7.800 y US$ 8.500 millones. En comparación, en 2019, un terremoto de magnitud 7,1 se produjo cerca de Ridgecrest, California. Por ese sismo, más fuerte, solo una persona perdió la vida, con un estimado de US$ 5.000 millones en daños.
Además de la magnitud similar, las profundidades también lo fueron. El terremoto de Haití de 2010 fue de 13 km de profundidad y el de California de 8 km. Si bien eso no parece poco profundo, lo es en términos de terremotos. Geológicamente hablando, cualquier terremoto que tenga menos de 70 km de profundidad se considera poco profundo. Cuanto más superficial sea un terremoto, es más probable que se produzcan daños, ya que está más cerca de la superficie.
La explicación de la disparidad entre las muertes y los daños de dos terremotos con magnitudes y profundidades tan similares tiene mucho que ver también con el terreno y con cómo se construyen los edificios, explica la meteoróloga de CNN Allison Chinchar.
Los terremotos emiten frecuencias altas y bajas. Si el suelo vibra lentamente, es de baja frecuencia. Si el suelo vibra rápidamente, es más una frecuencia alta. Las bajas frecuencias afectan principalmente a los edificios de varios pisos. De hecho, cuanto menor sea la frecuencia, mayores serán los edificios que se verán afectados. Mientras que las altas frecuencias tienden a afectar a los edificios pequeños, dice Chinchar.
La frecuencia fue solo uno de los factores por los que los terremotos de Haití han sido tan devastadores.
En Haití y otras naciones insulares, hay rocas que se elevan sobre la superficie, sobre las que se construyen las casas, hasta zonas mucho más suaves que pueden amplificar las ondas sísmicas.
Haití también tiene un aspecto topográfico particular. Puerto Príncipe se encuentra principalmente al nivel del mar, con sedimentos arenosos en esas áreas bajas. Pero a solo 16 a 24 km de distancia, la elevación aumenta varios miles de metros hacia un terreno más montañoso con rocas más duras en la superficie, dice Chinchar.
El temblor se ve amplificado por los sedimentos arenosos de tierras bajas en Puerto Príncipe y Les Cayes, pero también en algunas de las colinas y cordilleras de Haití debido a un efecto topográfico.
Pero también es necesario construir estructuras según el suelo o la roca sobre la que se construye, señala Chinchar.
A menudo se menciona que los edificios en Haití no se construyen con los mismos estándares que los edificios en California, Nueva Zelandia o Chile (todos en el Anillo o Cinturón de Fuego del Pacífico), donde los terremotos son comunes. Pero eso no explica todo el panorama. Como Haití se ve con frecuencia afectado por tormentas o incluso huracanes (en este momento Haití está bajo la amenaza de la depresión tropical Grace), las construcciones están más preparadas para los azotes del tiempo que para los movimientos de tierra, explica a CNN la geofísica del USGS Susan Hough.
Hough señala que en Haití tienen un estilo de construcción en el que colocan techos muy pesados para los huracanes, para que el techo no se salga. Pero cuando ocurre un terremoto, el techo de concreto muy pesado se desplaza y compromete “la estructura subyacente”, que probablemente ya tenía algún elemento de vulnerabilidad.
Además del terremoto de 2010, en 2016 el huracán Matthew golpeó fuertemente al país, aproximadamente dos millones de personas fueron afectadas.
La capacidad económica y de infraestructura entran en juego. “Dos quintas partes de todos los haitianos dependen del sector agrícola, principalmente la agricultura de subsistencia a pequeña escala, que sigue siendo vulnerable a los daños causados por los frecuentes desastres naturales”, dice la CIA en su Factbook. Es el país más pobre del hemisferio occidental, con cerca del 60% de la población que vive por debajo de la línea nacional de pobreza, según la CIA.
A esas condiciones se suma la inestabilidad política. En julio el presidente Jovenel Moïse fue asesinado durante un ataque en su residencia privada.
En tanto, República Dominicana —también frecuentemente afectada por huracanes— ha sido durante las últimas dos décadas “una de las economías de mayor crecimiento en Latinoamérica”, según la CIA.
República Dominicana también corre peligro
Los investigadores del USGS han alertado sobre la actividad de la zona de falla de Enriquillo–Plantain Garden en Jamaica, Haití y República Dominicana.
“El terremoto de Haití de 2010 puede marcar el comienzo de un nuevo ciclo de grandes terremotos en el sistema de fallas de Enriquillo después de 240 años de inactividad sísmica. Todo el sistema de fallas de Enriquillo parece estar sísmicamente activo; Haití y la República Dominicana deben prepararse para futuros terremotos devastadores”, advirtió el USGS tras el sismo de 2010.
Con información de Brandon Griggs, Judson Jones y Taylor Ward