Nota del editor: El psicólogo John Duffy, autor de “Parenting the New Teen in the Age of Anxiety”, ejerce en Chicago. Se especializa en el trabajo con adolescentes, padres, parejas y familias.
(CNN) – Cada año, poco después de que empiezan las clases recibo llamadas de padres de adolescentes y preadolescentes preocupados porque sus hijos simplemente se niegan a ir a la escuela.
Estos no son niños que exigen días de salud mental. Los niños que se niegan a la escuela no rechazan ir un día o dos, sino semanas, meses y a veces hasta semestres.
Un niño con el que trabajo se negaba a asistir a la escuela debido a una profunda ansiedad social, temeroso de que otros niños lo ignoraran, se burlaran de él o lo intimidaran. Otra adolescente estaba profundamente deprimida por su apariencia y no podía soportar la idea de que sus compañeros la vieran y potencialmente la juzgaran. Y un alumno de segundo año de secundaria se retrasó mucho en las pruebas y las tareas, y temía enfrentarse a sus profesores, por lo que se negó a asistir a la escuela por el resto del semestre. Muchos niños que se niegan a ir a la escuela sufren una combinación de estos factores estresantes.
Con el aumento de la depresión y la ansiedad de los adolescentes en los últimos años, veo que este problema empeora cada año, y me temo que este año escolar puede ser el peor hasta ahora. La pandemia interrumpió el semestre de primavera de 2020 y todo el año escolar 2020-2021. Muchos de los niños con los que he trabajado disfrutaban de estar en casa cuando las clases se impartían en línea, lo que suponía un respiro de los problemas que provocaban su ansiedad y depresión.
Volver a las aulas a tiempo completo resultará una lucha para muchos que están acostumbrados a la comodidad y la soledad de sus dormitorios y pantallas. Y por primera vez este verano, ya he recibido llamadas de padres preocupados que buscan abordar este tema incluso antes de que comience el año escolar.
Esto es lo que debes saber en caso de que tu hijo se niegue a volver a la escuela.
El rechazo escolar se resiste al cambio
¿Qué es el rechazo escolar? Aunque actualmente no se considera un diagnóstico en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, se incluye como síntoma de varios trastornos de ansiedad, depresión mayor y trastorno de estrés postraumático.
Este fenómeno puede sumir a la vida familiar en el caos. Las discusiones diarias sobre la importancia de levantarse e ir a la escuela, que suelen comenzar temprano en la mañana, a menudo resultan completamente infructuosas para los padres.
Los padres tienden a sentirse desconcertados por la repentina falta de razonamiento y resiliencia de su hijo. Su capacidad de razonar con su hijo que antes era razonable hace que se sientan desorientados, desanimados e indefensos. Para remediar el problema, los padres prueban con el soborno, el razonamiento, la culpa y, en el extremo, la fuerza. Ninguna de estas estrategias funciona.
Una vez que un niño deja de asistir a la escuela, encuentro que lograr que vuelva es una tarea inmensa que requiere un equipo de adultos, incluidos los padres, maestros, trabajadores sociales, enfermeros y consejeros. Incluso así, los niños que se niegan por un período son los más propensos a repetir el patrón. La posibilidad de evitar el peso de los sentimientos de ansiedad y depresión suele ser demasiado tentadora como para volver por mucho tiempo.
Los niños me dicen que el rechazo escolar no se puede resolver razonando el tema. Para ellos no es una cuestión práctica, sino emocionada, con base en un miedo paralizante y a veces en la tristeza.
Tratamiento psicológico para cualquier ansiedad o depresión marcada
Si tu hijo se ha estado aislando, expresa temores de estar en lugares públicos u opta por no participar en actividades con amigos y compañeros, toma nota. El rechazo a la escuela es un síntoma bastante grave y tiende a combinarse con otros indicadores de ansiedad y depresión. Y si alguno de estos síntomas parece estar interfiriendo en la vida diaria de tu hijo, considera la posibilidad de que trabaje con un terapeuta, al menos por un período breve.
Algunos padres temen que la terapia sea una reacción exagerada, pero les aseguro que no lo es. En el mejor de los escenarios, su hijo está bien, pero se está tomando un descanso para recargar energías o relajarse. En cualquier otro caso, trabajar con un terapeuta familiarizado con el rechazo a la escuela puede ser clave para evitar el patrón en primer lugar. De cualquier manera, la terapia adecuada le dará un impulso a su hijo para los desafíos del próximo año escolar. La idea es abordar no solo el comportamiento de rechazo escolar, sino también la ansiedad o depresión subyacentes.
Reincorporación gradual a la escuela
Una vez que se fija el rechazo escolar, la reincorporación gradual es el método más eficaz para que los niños regresen a clase. Si puedes lograr que vayan a la escuela por un período o dos al día para comenzar, descubrirán rápidamente que estar en el edificio entre sus compañeros y maestros puede ser incómodo, pero no es catastrófico (un miedo que generalmente expresan los niños con rechazo a la escuela). Y una vez que los niños están en el edificio, es mucho más probable que se queden, a menudo durante otro período o dos y en ocasiones durante todo el día.
El apoyo del personal de la escuela también puede ayudar a facilitar el período de reingreso. Algunos niños han descrito dificultad para respirar y otros síntomas asociados con la aparición de un ataque de pánico durante una clase. Si se le permite visitar a un trabajador social o un enfermero escolar, estos síntomas suelen desaparecer rápidamente.
Si el bullying forma parte del problema, es imperativa una reunión de planificación con el personal de la escuela para manejar el problema. Por otra parte, trabajar de cerca con los maestros y hacer uso de las clases de reingreso o de los tutores en el campus resultará útil de lo que está impulsando el comportamiento son las dificultades académicas.
Esto no es un examen
Cuando se niega sistemáticamente a ir a la escuela, tu hijo no está siendo obstinado. Su comportamiento no es una evaluación sobre tu paternidad y culparlo o sobornarlo no va a resolver el problema. Siéntalo y pregúntale que le está pasando a nivel emocional. A través de la comprensión y el apoyo, crea un sentido de trabajo en equipo y colaboración.
Al final, el objetivo de cualquiera de estas intervenciones es recordarle a tu hijo que él o ella tiene la competencia y la resiliencia para afrontar la jornada escolar. Una vez que esto se logra, es probable que algunos de sus otros síntomas de ansiedad y depresión también empiecen a disiparse.
¿Te preocupa que tu hijo no quiera volver a la escuela? Ten en cuenta que todas estas técnicas funcionan mejor cuando se abordan antes de que se conviertan en problemas, es decir cuando tu hijo expresa en un principio dudas relacionadas con la escuela. En muchos distritos escolares, todavía hay tiempo para que las familias aborden esas vacilaciones antes de que comience la escuela.
Para abordar cualquier duda, trata de caminar por los pasillos de la escuela vacía antes de que comience el semestre o después de que termine el día escolar. Siéntense juntos en un salón de clases y demuéstrale a tu hijo que es seguro.
Esperemos que todos tengamos un buen año escolar.