(CNN) – Estados Unidos ha alcanzado otro hito sombrío en su lucha contra la devastadora pandemia de covid-19: 1 de cada 500 estadounidenses ha muerto de coronavirus desde la primera infección reportada en el país.
Hasta el martes por la noche, 663.913 personas en EE.UU. habían muerto de covid-19, según datos de la Universidad Johns Hopkins. Según la Oficina del Censo de EE.UU., la población de EE.UU. en abril de 2020 era de 331,4 millones.
Es una cifra aleccionadora que se produce cuando los hospitales en EE.UU. luchan por mantenerse al día con el volumen de pacientes y más niños están lidiando con el virus. Con la esperanza de controlar la propagación y prevenir más muertes innecesarias, los funcionarios están implementando mandatos de vacunación en los lugares de trabajo y de uso de mascarillas en las escuelas.
Están luchando contra una fuerte tendencia al alza en casos y muertes: EE.UU. informa un aumento de más del 30% en el promedio de casos diarios y casi triplica el promedio de muertes diarias durante el último mes, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC).
Pero con solo el 54% de la población completamente vacunada, la tasa de personas que inician la vacunación cada día ha disminuido durante el último mes.
Los expertos en salud han elogiado las vacunas como la mejor fuente de protección contra el virus, señalando que la mayoría de las personas hospitalizadas y fallecidas por covid-19 no están vacunadas. En Pensilvania, del 1 de enero al 7 de septiembre, el 97% de las muertes por covid-19 en el estado se produjeron entre personas no vacunadas, dijo el martes el secretario de salud interino de Pensilvania.
Otra capa de fuerte protección, dicen los expertos, es el uso de mascarillas.
Los CDC recomiendan que las personas, incluso las que estén completamente vacunadas, usen máscaras en interiores en áreas con transmisión comunitaria importante o alta. Más del 99% de la población vive en un condado con una de esas designaciones.
En Ohio, los hospitales de niños están abrumados con covid-19 y casos respiratorios, dijo el gobernador, Mike DeWine, alentando a las escuelas a emitir mandatos de uso de mascarillas ya que la legislatura estatal le dijo que revocaría cualquier mandato que emitiera.
“Las personas razonables pueden estar en desacuerdo con muchas cosas, pero todos estamos de acuerdo en que debemos mantener a nuestros hijos en el aula para que no se atrasen y para que sus padres puedan ir a trabajar y no sacar tiempo libre para cuidar a sus hijos en casa”, dijo DeWine.
La combinación de mascarillas y vacunas es la forma de mantener a los niños en la escuela, dijo a CNN el martes el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
“Si rodeas a los niños con personas vacunadas y haces que todos usen una máscara, puedes llegar a una situación en la que los niños estarán relativamente seguros en la escuela”, le dijo Fauci a Jake Tapper de CNN.
Lucha contra los mandatos de vacunación
En el esfuerzo por controlar la propagación del virus, muchos funcionarios y expertos han promovido las órdenes de vacunación, pero otros se oponen a tales medidas.
Nueva York emitió una orden en agosto exigiendo que todos los trabajadores de la salud se vacunen contra el covid-19 antes del 27 de septiembre. Pero el lunes, 17 profesionales médicos católicos y bautistas presentaron una queja federal para evitar que el estado haga cumplir el mandato, diciendo que se oponen a recibir la vacuna por motivos religiosos.
El martes, un juez federal emitió una orden de restricción que suspende temporalmente al estado de Nueva York de hacer cumplir su mandato de vacunas si los trabajadores de la salud reclaman una exención religiosa.
Debido a que el mandato no requiere que los trabajadores de la salud reciban su primera dosis de la vacuna hasta el 27 de septiembre, la orden del juez establece que la orden de restricción temporal “no entra en vigencia, como cuestión práctica, hasta esa fecha”.
Una audiencia está programada para el 28 de septiembre.
Después del fallo, la secretaria de Prensa de la gobernadora de Nueva York Kathy Hochul, Hazel Crampton-Hays, dijo en un comunicado que la gobernadora está considerando todas las opciones legales.
“La gobernadora Hochul está haciendo todo lo que está en su poder para proteger a los neoyorquinos y combatir la variante delta aumentando las tasas de vacunación en todo el estado”, dijo Crampton-Hays.
En Los Ángeles, a pesar del mandato de que todos los empleados de la ciudad sean vacunados contra el virus, casi una cuarta parte de la fuerza policial está buscando una exención, según la oficina del alcalde, Eric Garcetti. Aquellos que no estén vacunados deberán mostrar evidencia de pruebas semanales y un resultado negativo de covid si se presentan regularmente a trabajar.
Para el 1 de noviembre, los trabajadores de Nevada que atienden a “poblaciones vulnerables” deben mostrar prueba de vacunación según una nueva regulación de emergencia aprobada el martes.
Los nuevos empleados deben tener al menos una dosis antes de la fecha de inicio y deben cumplir con el calendario de vacunación requerido para seguir trabajando. Los trabajadores pueden solicitar una exención médica o religiosa.
La reunión sobre vacunas de refuerzo no será pan comido
El viernes, la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) se reunirá para discutir si la mayoría de los estadounidenses necesitan un refuerzo de su vacuna de covid-19.
A diferencia de otras reuniones para discutir la vacuna, esta, con solicitudes de Pfizer para autorizar una tercera dosis para la mayoría de las personas, no será pan comido.
“Esto será mucho más complicado que en diciembre”, dijo el Dr. William Schaffner, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Vanderbilt. El comité de la FDA se apresuró a recomendar la autorización de las vacunas fabricadas por Pfizer y su rival Moderna en diciembre pasado.
Cuando el Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados de la FDA se reúna el viernes, se le presentarán datos de duelo, algunos de los cuales sugieren que hay necesidad de refuerzos, pero otros datos sugieren que no existe tal necesidad.
Tres artículos separados publicados la semana pasada en el Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad de los CDC sugieren que no necesitamos vacunas de refuerzo.
Por otro lado, un estudio israelí encontró que con el tiempo, el poder de las vacunas para evitar que las personas se enfermen gravemente con covid-19 disminuyó. Al observar las enfermedades en la segunda quincena de julio, ese estudio encontró que aquellos que habían recibido su segunda dosis de la vacuna de Pfizer en marzo estaban un 70% más protegidos contra una enfermedad grave que aquellos que recibieron la segunda dosis en enero.
El presidente Joe Biden anunció planes el mes pasado para comenzar a administrar dosis de refuerzo la próxima semana. Si bien no dijo directamente si se cumpliría esa fecha, la directora de los CDC, Rochelle Walensky, dijo el martes que tiene esperanzas sobre el cronograma para administrar las dosis.
Si se aprueba el refuerzo, los expertos aún tendrán que esperar y ver cuánta protección se agrega con la tercera dosis.
“Espero que eso nos sostenga durante un período prolongado de tiempo, pero no lo sé ahora”, dijo Fauci. “Simplemente tendremos que dar la vacuna de refuerzo y luego seguir a las personas el tiempo suficiente para determinar cuál es la durabilidad de esa protección”.
Ben Tinker y Deidre McPhillips, Liam Reilly, Kay Jones, Lauren Mascarenhas, Artemis Moshtaghian, Jenn Selva, Andy Rose, Elizabeth Cohen y Virginia Langmaid de CNN contribuyeron a este informe.