(CNN) – Cientos de personas protestaron el martes en la ciudad de Kandahar, en el sur de Afganistán, contra lo que, según ellos, son órdenes de los talibanes para que los ciudadanos abandonen sus hogares en vísperas del invierno.

Los manifestantes marcharon frente a la gobernación en la ciudad después de que a 3.500 personas que vivían en un área residencial propiedad del Gobierno se les diera tres días para irse, dijeron dos manifestantes a un periodista local que trabajaba para CNN por teléfono.

Los manifestantes, que también son residentes del área, dijeron que no se les dieron las razones de la orden de expulsión.

“No tengo otro lugar adonde ir”, dijo una manifestante, que no quiso dar su nombre por temor a represalias. Dijo que era pobre después de perder a muchos miembros de su familia en conflictos recientes.

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02:59 - Fuente: CNN

Todas las familias de la zona construyeron sus casas con el poco dinero que tenían y no se pueden permitir mudarse, dijo la mujer.

Varias mujeres que protestaban que portaban la bandera nacional afgana roja, negra y verde fueron hostigadas por los talibanes, según testigos presenciales. Las imágenes de la televisión local muestran a manifestantes, incluidos mujeres y niños, bloqueando una carretera mientras marchaban.

Mohammad Ibrahim, un activista civil en Kandahar, dijo que el área de Ferqa-e Kohna, en las afueras de la capital provincial, era un área de propiedad del gobierno y la tierra se distribuyó a los empleados del gobierno bajo el gobierno anterior. Ibrahim dijo que probablemente hubo irregularidades y corrupción involucradas en la transferencia de propiedades, lo que resultó en la venta ilegal de propiedades a los residentes. Algunas de las familias habían estado viviendo en Ferqa-e Kohna durante más de 20 años, dijo.

No se pudo contactar a los portavoces de los talibanes para que comentaran sobre los desalojos.

Hubo informes de que los talibanes habían impedido que un periodista local hiciera su trabajo y golpeado a otro mientras cubría la manifestación, según la estación de noticias local, Millat Zagh Radio. CNN no puede verificar de forma independiente los incidentes.

Residentes marchan contra orden de desalojo de los talibanes en Kandahar, el 14 de septiembre.

Protestas y represión de los talibanes

Las protestas contra el régimen de los talibanes han estallado en varias partes de Afganistán desde que el grupo militante tomó el control del país el mes pasado, luego de la retirada de las tropas estadounidenses. Los talibanes han reprimido las protestas, a menudo con violencia, con informes de periodistas y activistas detenidos y abusados.

La semana pasada, periodistas del medio afgano de noticias EtilaatRoz dijeron a CNN que fueron detenidos mientras cubrían una protesta de mujeres afganas contra la participación de Pakistán en Afganistán y exigiendo igualdad de derechos en la capital, Kabul. La protesta tuvo lugar frente a una comisaría y los dos hombres dijeron que los llevaron adentro y los golpearon brutalmente.

Durante otra protesta la semana pasada, los combatientes talibanes usaron látigos y palos contra un grupo de mujeres que protestaban en Kabul, luego del anuncio de un gobierno interino de línea dura y solo para hombres.

Los líderes talibanes en Twitter rechazaron los videos que se compartían en línea sobre la violencia en las protestas lideradas por mujeres. El jefe de la Comisión Cultural, Muhammad Jalal, dijo que estas manifestaciones fueron “un intento deliberado de causar problemas”, y agregó que “estas personas ni siquiera representan el 0,1% de Afganistán”.

Los talibanes también han tratado de reducir las protestas, y una declaración emitida por el Ministerio del Interior talibán la semana pasada estableció condiciones estrictas para cualquier manifestación futura, incluida la aprobación previa del Ministerio de Justicia.

La semana pasada, Naciones Unidas pidió a los talibanes “que cesen de inmediato el uso de la fuerza y la detención arbitraria de quienes ejercen su derecho de reunión pacífica y de los periodistas que cubren las protestas”.

La respuesta de los talibanes a las marchas pacíficas en Afganistán ha sido “cada vez más violenta” y ha incluido el uso de munición real, porras y látigos, causando la muerte de al menos 4 personas, dijo el viernes la portavoz de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, en una rueda de prensa en Ginebra.

Incluso antes del regreso de los talibanes al poder, los conflictos prolongados, la pobreza, las sequías consecutivas, el declive económico y la pandemia del coronavirus habían empeorado una situación que ya era terrible en la que 18 millones de afganos, casi la mitad de la población, estaban en necesidad de ayuda humanitaria, según las agencias de la ONU.

Ahora que se acerca el invierno, muchas personas podrían quedarse sin alimentos para fin de mes, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, a principios de esta semana, y agregó que las tasas de pobreza se habían disparado desde el regreso de los talibanes al poder.