(CNN) – El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, testificarán públicamente ante legisladores del Senado el martes, en la que será la primera vez que altos funcionarios militares comparecerán ante el Congreso desde la retirada total de las tropas estadounidenses de Afganistán.
Austin y Milley estarán acompañados por el líder del Comando Central de EE.UU., el general Frank McKenzie, quien jugó un papel integral en facilitar la evacuación de Kabul, un esfuerzo que ha sido el foco de una inmensa crítica bipartidista desde que el último avión militar estadounidense partió de la capital afgana.
Sin duda, los tres funcionarios enfrentarán preguntas sobre la naturaleza caótica de la retirada, se les presionará para que expliquen el plan de la administración Biden para llevar a cabo misiones antiterroristas en el país en el futuro y se les pedirá que respondan por las fallas que llevaron a un ataque con drones que mató a 10 civiles, incluidos siete niños, en Kabul durante los últimos días de la evacuación.
Milley también puede ser interrogado sobre los nuevos reportes en “Peril”, un libro de los reporteros del diario The Washington Post Bob Woodward y Robert Costa, que detalla las conversaciones telefónicas del líder militar para tranquilizar a un nervioso general chino y sus esfuerzos para limitar al entonces presidente Donald Trump de potencialmente ordenar un ataque militar peligroso.
Las acciones de Milley, que fueron reportadas por CNN y otros a principios de este mes antes de la publicación del libro, generaron fuertes críticas de Trump y sus aliados, incluyendo llamados a su renuncia y a que sea juzgado por traición.
La audiencia ante la Comisión de Servicios Armados del Senado se produce después de que el secretario de Estado Antony Blinken defendiera la retirada de la administración Biden de Afganistán y el caótico esfuerzo de evacuación durante audiencias consecutivas en el Congreso a principios de este mes.
El principal diplomático de EE.UU. fue el primer miembro de la administración en rendir cuentas públicamente de los eventos en Afganistán ante el Congreso y sigue siendo el único funcionario de alto nivel que testifica sobre ese tema hasta la fecha, lo que ha frustrado a legisladores de ambos partidos que han tratado de identificar a los responsables de lo que ocurrió.
Eso cambiará el martes cuando los legisladores finalmente tengan la oportunidad de escuchar a los principales funcionarios del Pentágono que supervisaron partes clave de la retirada y ahora tienen la tarea de evitar que Afganistán se convierta en un refugio seguro para terroristas.
La administración Biden aún tiene que detallar su plan para contrarrestar las amenazas terroristas que emanan de Afganistán ahora que las tropas estadounidenses han abandonado el país, aunque altos funcionarios militares y de inteligencia han reconocido que grupos como al Qaeda pronto podrían reconstituirse allí.
La semana pasada, el senador de Oklahoma Jim Inhofe, el principal republicano de la comisión, solicitó formalmente al Pentágono información relacionada con el ataque del 26 de agosto en el aeropuerto de Kabul en el que murieron 13 militares estadounidenses.
También sobre ataques estadounidenses realizados el 27 y 29 de agosto, los esfuerzos para evacuar a la población civil del país, el equipo y material militar estadounidense que fue dejado atrás y los futuros planes antiterroristas de la administración.
Si bien el Pentágono tiene hasta el 8 de octubre para responder a esa solicitud, la carta de Inhofe ofrece una ventana a los tipos de preguntas que él y otros legisladores pueden plantear durante la audiencia del martes.
Inhofe y un grupo de importantes republicanos también expresaron su preocupación el lunes sobre la perspectiva de cooperación militar entre Estados Unidos y Rusia en operaciones antiterroristas en Afganistán después de que el diario The Wall Street Journal informara que Milley planteó el tema la semana pasada durante una conversación con su homólogo ruso.
Una fuente con conocimiento de la discusión y otras dos informadas sobre el asunto confirmaron a CNN que Milley, a solicitud del Consejo de Seguridad Nacional, le pidió a su homólogo que aclarara un comentario anterior hecho por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en el que sugirió que los dos los países podrían coordinarse en esta área en el futuro.
La primera fuente sostuvo que esto no fue una discusión impulsada por motivos políticos, sino simplemente un esfuerzo por comprender lo que Putin quiso decir cuando planteó la posibilidad de permitir el acceso de Estados Unidos a instalaciones militares regionales en países de Asia Central durante una reunión con Biden a principios de este verano, dado que no estaba claro en ese momento si hablaba en serio.
Dicho esto, la fuente señaló que la administración Biden no va a esperar la aquiescencia de Rusia o de cualquier otro país para ejecutar su política en esta parte del mundo. La fuente también dijo que no estaba claro si Milley recibió alguna aclaración durante su discusión con su homólogo ruso.
La oficina de Milley no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios de CNN, pero podrían presionarlo sobre el tema durante la audiencia del martes.
Mientras tanto, McKenzie probablemente enfrentará preguntas sobre el mortífero ataque con aviones no tripulados de Kabul el mes pasado que mató a 10 civiles, incluidos siete niños.
McKenzie dijo a periodistas a principios de este mes que el ataque fue un “error” y ofreció una disculpa, reconociendo que una investigación militar determinó que el vehículo apuntado probablemente no era una amenaza asociada con ISIS-K como se creía anteriormente.
Si bien McKenzie enfatizó que los ataques futuros probablemente se llevarán a cabo con un estándar más alto, la confirmación del número de muertos civiles también brinda información sobre los obstáculos que se avecinan para los oficiales militares y de inteligencia encargados de cumplir la promesa del presidente Joe Biden de que ISIS-K, el grupo terrorista que se atribuyó la responsabilidad del ataque que mató a los 13 soldados estadounidenses, “pague” por su mortal atentado suicida en Kabul.
Además, se podría preguntar a los líderes del Pentágono acerca de decenas de miles de refugiados afganos que están alojados temporalmente en instalaciones militares en Estados Unidos.
Varias de esas instalaciones se están acercando a su capacidad, según los nuevos números proporcionados por el Comando Norte el lunes, lo que genera más preguntas sobre a dónde planea la administración enviar a los que todavía están tratando de huir de Afganistán.
Ellie Kaufman, Nicole Gaouette, Kylie Atwood y Jennifer Hansler de CNN contribuyeron a este informe.