(CNN) – Puede que Donald Trump esté esperando para anunciar su (al parecer inevitable) candidatura para su viejo puesto en 2024, pero ya está lanzando disparos de advertencia hacia un posible rival a la nominación.
Cuando le preguntaron por la posibilidad de enfrentarse al gobernador republicano de Florida Ron DeSantis en 2024, Trump se mostró enormemente despectivo.
“Si me enfrentara a él, le ganaría como a todos los demás”, dijo Trump a Yahoo Finanzas a finales de la semana pasada. “Creo que la mayoría abandonaría, creo que él abandonaría”.
No se equivoquen con lo que Trump está haciendo aquí: está enviando un tiro muy claro a través del arco de DeSantis, asegurándose de que la más reciente y más grande estrella en el firmamento republicano nacional sabe que no puede esperar vencer al expresidente, y ni siquiera debería intentarlo.
Queda por ver si el enfoque agresivo de Trump hacia una candidatura de DeSantis influye en el pensamiento del gobernador de Florida sobre 2024. Pero, al igual que con tantas cosas que Trump dice sobre otras personas, es profundamente revelador sobre el expresidente y cómo piensa en sí mismo y en su papel en el partido y el país.
Trump se ve a sí mismo, efectivamente, como el rey del Partido Republicano. En su mente, todo el mundo no solo está por debajo de él, sino que también tiene una deuda de gratitud por tener cualquier tipo de poder. Y ese punto de vista influye mucho en cómo ve a DeSantis.
DeSantis era un congresista republicano prácticamente desconocido cuando Trump lo respaldó a finales de 2017. “El congresista Ron DeSantis es un joven líder brillante, de Yale y luego de Derecho de Harvard, que sería un GRAN Gobernador de Florida. Ama a nuestro país y es un verdadero Luchador!”, tuiteó Trump.
Ese respaldo impulsó a DeSantis a una victoria de remontada en las primarias del Partido Republicano y, finalmente, a la mansión del gobernador.
Trump, como es su costumbre, se atribuyó todo el mérito del éxito de DeSantis. “Estaba a 3, no tenía dinero”, dijo Trump en febrero de 2020. “Alguien más estaba en 38 y tenía US$ 22 millones en efectivo, ¿verdad? Dije: ‘Mira, si es importante, lo haré’, porque ha sido otro gran guerrero. Y, por cierto, se postuló, lo apoyé, sus números se dispararon”.
Lo que Trump probablemente no planeó es cómo DeSantis, una vez en el cargo, ha surgido como un héroe conservador.
Gran parte de ese ascenso tiene que ver con su resistencia a la ciencia cuando se trata de la mejor manera de combatir la propagación del coronavirus. DeSantis se resistió a poner en cuarentena a su estado, y cuando lo hizo, lo reabrió rápidamente, insistiendo en que se trataba de una lucha por la libertad y no de una crisis de salud pública. DeSantis ha atraído titulares nacionales con su escepticismo sobre el uso de mascarillas. Y un intento de “60 Minutes” de exponerlo sugiriendo que existía un vínculo entre una donación de campaña y la distribución de vacunas en el estado se convirtió en una debacle total para la CBS, y maná del cielo para DeSantis. También ha utilizado su puesto para luchar contra la supuesta “cultura woke” en la educación superior.
Al hacerlo, DeSantis se ha convertido en el republicano no llamado Trump más popular entre las bases del partido. En la Conferencia de Acción Política Conservadora de este año, se realizaron dos encuestas extraoficiales sobre las elecciones de 2024. El expresidente ganó la primera encuesta. DeSantis ganó la segunda, sin Trump. (DeSantis se llevó el 21% en el sondeo con Trump, el único candidato aparte del expresidente que obtuvo un apoyo de dos dígitos). En la Cumbre Conservadora del Oeste, celebrada en junio en Denver, DeSantis fue de hecho el más votado (275) entre los asistentes a la hora de preguntar a quién aprobarían como candidato a la presidencia en 2024. Trump quedó en segundo lugar, con 265.
Y ahí es justo donde DeSantis pasó de ser un proyecto orgulloso para Trump a una amenaza potencial. Verás, Trump no es el líder del Partido Republicano en ningún sentido tradicional. Si lo fuera, promover a las estrellas jóvenes y conservadoras sería el tipo de cosas que haría (y debería hacer). Trump no ve su papel de esa manera. Su trabajo es ser el jefe incuestionable del partido mientras que el trabajo de todos los demás, incluido DeSantis, es inclinarse ante esa realidad.
Eso es lo que hace que 2024 sea tan intrigante. Si, como se espera, Trump se postula para recuperar su antiguo puesto, ¿se alinearán todos, incluido DeSantis, detrás de él? ¿O alguien, o varios, se postulará para llevar al partido más allá de Trump?