(CNN) – Rusia fue el primer país del mundo en registrar una vacuna contra el covid-19, la Sputnik V, y ha desarrollado con éxito otros tres inoculantes que se encuentran disponibles en el país.
Apoyada en sus buenos resultados, publicados en la prestigiosa revista The Lancet, la Sputnik V fue incluso exportada a unos 70 países, entre ellos México, Argentina, Venezuela, Bolivia, Guatemala, Honduras, Paraguay y Nicaragua.
Sin embargo, Rusia acaba de registrar su récord diario de contagios y muertes por covid-19 desde el inicio de la pandemia: 35.416 nuevos casos y 1011 muertes el jueves, según cifras oficiales citadas por la Universidad Johns Hopkins.
El número real podría ser incluso mayor, dado que estas cifras han sido cuestionadas: el método de recuento de Rusia no incluye parte de las muertes en las estadísticas oficiales, afirmando que las personas murieron “con covid-19” pero no “de covid-19”, lo que no cumple las recomendaciones de la OMS.
Nuevas subvariantes
La variante delta del coronavirus, de una gran contagiosidad, es predominante en Rusia y se espera que siga siendo así especialmente en localidades con tasas de vacunación completa inferiores al 50%. Además, esta variante podría seguir adaptándose o mutando bajo estas circunstancias, de acuerdo con el inmunólogo ruso Nikolay Kryuchkov, citado por Reuters.
Al respecto, Rusia ha notificado de “casos aislados” con una subvariante de la variante delta que se cree que es aún más contagiosa, dijo el jueves el investigador principal del organismo estatal de control de los consumidores, Kamil Khafizov.
La subvariante AY.4.2 -tambén hallada en Inglaterra- puede ser alrededor de un 10% más infecciosa que la delta original y podría acabar sustituyéndola, aunque no está aún claro si es más letal. Las vacunas existentes son eficaces contra esta subvariante, indicó Khafizov.
Hospitales desbordados y medidas estricticas
Mientras tanto ya hay reportes de hospitales desbordados. “Teníamos 1.854 camas preparadas, hoy no hay más camas libres disponibles.”, dijo el gobernador de la región de Oryol, Andrey Klychkov, durante una transmisión en vivo en Instagram.
Mientras que primer ministro, Mijail Mishustin, dijo este martes –en una reunión del grupo de trabajo contra el covid-19– que la presión sobre los servicios sanitarios está aumentando gravemente.
En ese contexto, el alcalde de Moscú, la capital, impuso un estricto confinamiento en la ciudad por 10 días para intentar contener los contagios, y ordenó a todos los residentes mayores de 60 años no vacunados, así como a las personas no vacunadas “que padecen enfermedades crónicas”, que permanecieran en casa durante cuatro meses.
¿Por qué Rusia está viviendo su peor momento en la pandemia de covid-19 iniciada a principios de 2020, cuando otras partes del mundo comienzan a bajar sus índices de contagio y muerte?
La resistencia a la vacunación
Hasta el momento Rusia ha logrado vacunar con ambas dosis al 32,74% de su población, según la Universidad Johns Hopkins. La tasa está por debajo del promedio de Europa (54%), de Norteamérica (50%), de Sudamérica (47,7%), de Asia (40,4%) e incluso del mundo (36,8%), de acuerdo con datos de Our World in Data.
Rusia, de hecho, reporta un alto índice de escepticismo sobre las vacunas, según múltiples encuestas. De acuerdo con una realizada por Ipsos en mayo, el país registraba la tasa más baja (41%) en intención de vacunación entre las personas no vacunadas en un grupo de 15 naciones, seguido por Estados Unidos (46%).
“La razón principal (de la baja vacunación) es la desconfianza en las autoridades y en la información que emiten”, dijo a CNN Denis Volkov, director del Levada-Center, una organización no gubernamental de encuestas e investigación sociológica.
Volkov consideró que “desde el principio se emitió información contradictoria a través de los principales canales: algunos decían que había que vacunarse; otros, que se trataba de una enfermedad ficticia”.
“En los medios de comunicación estatales se dieron varias teorías conspirativas. No hubo un mensaje claro y coherente por parte del gobierno desde el principio”, agregó.
Desconfianza en el gobierno
Volkov también se refirió a una temprana campaña del gobierno de Rusia para promover sus propias vacunas y menospreciar las extranjeras que resultó contraproducente, reforzando en cambio las preocupaciones de muchos rusos sobre las vacunas en general.
Pyotr Tolstoy, vicepresidente de la Duma Estatal, dijo el sábado que “es hora de decirlo sin rodeos: el Estado ha perdido la campaña de información para combatir el coronavirus y explicar a la gente la necesidad de la vacunación”.
“Esto es un hecho: la gente no confía en la vacuna”, agregó Tolstoy citado por el medio estatal RIA Novosti.
Para Alexandra Arkhipova, antropológoca social e investigadora en la universidad Ranepa de Moscú, dijo a CNN que la reticencia a vacunarse refelja la desconfianza de los rusos hacia las autoridades. En especial, los rusos tienden a confiar en los médicos que conocen personalmente, antes que en instituciones sanitarias del estado, agregó.
La respuesta del Kremlin
A mediados de octubre el mismo Putin manifestó que era necesario “acelerar el ritmo de vacunación”, durante un discurso en la Duma Estatal.
“Ustedes saben que el número de infecciones está creciendo en muchas regiones y los especialistas médicos están trabajando en condiciones difíciles. Todos sabemos bien que la vacunación puede salvarnos del virus y de una evolución grave de la enfermedad. Es necesario acelerar el ritmo de vacunación”, dijo Putin.
Esta semana, el portavoz del presidente Vladimir Putin, Dmitry Peskov, concedió que “por supuesto, no se hizo todo lo que había que hacer para informar y explicar la inevitabilidad e importancia de la vacunación”.
Agregando luego que “al mismo tiempo, los ciudadanos de nuestro país deben adoptar una posición más responsable y vacunarse”.