(CNN) – Hace apenas unos meses, crecía el consenso de que la COP26 iba a ser una oportunidad única para dar un nuevo impulso a la lucha contra la crisis climáticas, uniendo a los líderes para que asumieran nuevos compromisos para salvar al planeta.
Si bien la cumbre en Glasgow, Escocia, sigue siendo de vital importancia en la lucha contra el cambio climático, ahora surgen cuestionamientos sobre si logrará cerrar más definiciones sobre el Acuerdo de París de 2015, que es su principal objetivo.
Durante un verano boreal plagado de eventos meteorológicos extremos y nuevos aportes científicos que muestran que el cambio climático avanza más rápido de lo que creíamos hasta ahora, existía la sensación real de que la COP26 sería un gran momento para que la comunidad mundial se reuniera y estableciera acciones claras y reales para reducir las emisiones durante esta década con el objetivo de mantener el calentamiento global en 1,5 grados Celsius. Sin embargo, a menos de una semana, las cosas no se ven tan claras.
Funcionarios del Gobierno británico compartieron con CNN su preocupación por el hecho de que, a pocos días del inicio de la cumbre, algunos de los países más importantes del G20 aún no hayan hecho públicas sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) actualizadas.
También preocupa la ausencia simbólica de varios líderes clave. Es poco probable que asista el presidente de China, Xi Jinping, líder del país con más emisiones de gases de efecto invernadero del mundo, que no ha salido de China desde el inicio de la pandemia de covid-19.
Las autoridades esperaban que el éxito de la vacunación en el Reino Unido y la respuesta más amplia a nivel mundial a la pandemia permitirían que la cumbre se desarrolle con la mayor normalidad posible. Sin embargo, en las últimas semanas, la tasa de infección del Reino Unido se ha disparado. La semana pasada el país vivió su día más mortífero desde marzo. Las consecuencias de levantar casi todas las restricciones antes del verano y volver a la vida normal son imposibles de ignorar ahora.
Los ministros enfrentan ahora peticiones para que impongan más restricciones, y el secretario de Salud, Sajid Javid, ha planteado la posibilidad de introducir pasaportes de vacunación y otras medidas para los más vulnerables al virus.
Ausencias confirmadas y posibles
Ahora se plantean preguntas sobre cómo podría afectar todo esto a la COP26, a la que se espera que asistan 25.000 personas en medio de protestas masivas previstas, así como posibles huelgas de trenes y autobuses.
La pandemia es parte de la razón por la que algunos líderes mundiales dicen que no asistirán. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su par de Brasil, Jair Bolsonaro, han confirmado que no acudirán. El mexicano Andrés Manuel López Obrador, el sudafricano Cyril Ramaphosa y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, todavía no han confirmado asistencia. Todos ellos son líderes del G20 importantes en lo que respecta al clima por las emisiones de sus países, la producción de combustibles fósiles o ambas.
“Si un líder mundial decide no asistir por cualquier motivo, envía una señal muy clara de que el clima simplemente no está en lo más alto de su lista de prioridades y reduce el impulso de cara a la cumbre”, afirma Mark Lynas, autor del libro “Our Final Warning: Six Degrees of Climate Emergency”.
“No puede ser solo una coincidencia que muchos de los que se resisten a asistir a la COP en persona resulten estar al frente de países que son grandes emisores o productores de combustibles fósiles”, afirma Lynas.
Al subrayar la importancia de la COP26, Lynas afirma que la reunión de Glasgow “no será solo un evento en el que la gente puede posar para la foto”, sino nuestra “última oportunidad real de establecer medidas para cumplir los compromisos adquiridos en París” de limitar el calentamiento a 1,5 grados Celsius y reducir las emisiones a la mitad para 2030.
Los funcionarios del Reino Unido han restado importancia a cualquier ausencia específica, afirmando que lo que realmente importa son los compromisos sobre las emisiones y gastos que lleven las delegaciones. Sin embargo, son conscientes de que Glasgow necesita compromisos reales que estén a la altura de la retórica de París, y cualquier cosa que se parezca a una falta de seriedad por parte de algunos de los países más poderosos o con mayores emisiones marcaría la pauta de una cumbre fallida.
Panorama sombrío
Pero incluso con esa medida, el panorama es sombrío. El domingo, Arabia Saudita se comprometió a alcanzar el objetivo de cero emisiones, pero recién para 2060, lo que, según los científicos, llegaría 10 años tarde. Y ese mismo día, China dio a conocer su hoja de ruta sobre el clima, pero no mencionó ningún aumento real de sus ambiciones de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, a pesar de que prometió reducir el uso de combustibles fósiles en un 20% para 2060.
Lynas razona que, dado que el consenso científico sobre el cambio climático ahora es incluso mayor que en 2015, la única razón por la que alguien podría ser reacio a asumir los compromisos necesarios son “consideraciones financieras a corto plazo”.
Y no es el único que cree en la gravedad de este momento.
“Esta COP debe ser muy honesta sobre el poco tiempo que tenemos”, afirma Mary Robinson, ex alta representante de la ONU para los derechos humanos y defensora de la justicia climática.
“No se trata solo de un paso en el camino, sino el momento que necesitamos para cumplir con París y comprometernos con objetivos incluso más ambiciosos. Necesitamos compromisos firmes por parte de India, Arabia Saudita, China, Sudáfrica y Brasil con respecto a un cambio a la energía limpia y ayudar a los países más pobres a hacer el cambio. Ya no hay margen de maniobra”, afirma.
La crisis energética, otro factor que pone en riesgo la COP26
A estas alturas, no solo el covid-19 está poniendo en riesgo la cumbre.
La crisis energética mundial ha servido como recordatorio de que todavía hay muy pocas opciones listas para utilizar como alternativa al gas y al carbón. Mientras tanto, los datos muestran que, sin una intervención seria de los gobiernos, los seres humanos no están preparados para dejar de quemar fósiles a corto plazo.
Un informe respaldado por la ONU y publicado este año muestra que, a pesar de los compromisos de París y la reducción de emisiones por la pandemia mundial, “las emisiones se están recuperando rápidamente” y no están “ni cerca de los objetivos de reducción”. Mientras tanto, “las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera continúan en niveles récord, comprometiendo al planeta a un peligroso calentamiento en el futuro”.
Por eso es tan importante la COP26. Como dice el secretario general de la ONU, António Guterres, a menos que ocurra algo en este “año crítico para la acción climática”, entonces “limitar el calentamiento a 1,5 ° Celsius será imposible, con consecuencias catastróficas para las personas y el planeta del que dependemos”.
Si la COP26 fracasa, entonces París fracasa
Se ha prestado mucha atención a hasta qué punto la cumbre de Glasgow será un éxito para Boris Johnson, dado que es el anfitrión de esta reunión crítica. Sin embargo, funcionarios del gobierno británico señalaron a CNN, no sin razón, que en Glasgow se trata de probar si los compromisos asumidos en París son posibles. La ambición es una cosa, las acciones reales —como reducir el uso de carbón, cambiar los coches, plantar árboles y poner a disposición financiamiento— son las que importan ahora. Si Glasgow fracasa, entonces París también ha fracasado.
A pesar de todo el optimismo que rodeaba a la COP26 este año más temprano, a medida que se acerca el evento, la cosa no suena tan bien. Múltiples fuentes han declarado a CNN que los países productores de combustibles fósiles se han opuesto a que se hable con firmeza del objetivo de 1,5 grados, y China ha acusado públicamente a Estados Unidos y al Reino Unido de haber movido los objetivos de la meta original de 2 grados de París.
En medios británicos han salido reportes de que algunas de las mayores naciones productoras de carbón del mundo están tratando de diluir el próximo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) con conclusiones que amenazan sus intereses económicos nacionales. Algunos de esos países —Australia, Brasil, Arabia Saudita y Japón— son los mismos que no han actualizado sus compromisos de reducción de emisiones o lo han hecho sin un aumento significativo de sus compromisos.
Esto no es precisamente una señal de unidad global en materia climática.
La COP26 llega en momentos en que al mundo alcanza un punto de no retorno. Si no se cumplen los compromisos del Acuerdo de París, entonces, según sugiere la mayor parte de los datos científicos, será demasiado tarde para frenar el impacto a largo plazo del calentamiento global.
Lo que debe exasperar a Johnson es que, mientras se prepara para acoger esta cumbre de enorme importancia, la solución a la mayor amenaza a la que se enfrenta la humanidad es bien conocida y perfectamente realizable. Solo depende de que sus colegas líderes mundiales se preocupen lo suficiente. Y de alguna manera, en 2021, eso no es algo con lo que se pueda contar.
Radina Gigova de CNN contribuyó a este informe.