(CNN Español) – Avatares digitales que caminan, interactúan y hasta consumen en un espacio de realidad virtual y aumentada: el metaverso que quiere construir Facebook parece salido de una novela distópica, pero pronto podría ser un hecho.
Precisamente, en “Membrana”, la nueva novela de ciencia ficción del escritor y crítico cultural Jorge Carrión, son las inteligencias artificiales (IA) quienes narran la historia de la humanidad en el catálogo de su “Museo del Siglo XXI”. Los algoritmos son los protagonistas en un mundo en el que los seres humanos viven inmersos en una red que los supera, en una realidad donde lo físico y lo digital se diluyen y convergen.
¿Se parece a esto el metaverso de Facebook? Hablamos con el autor catalán.
CNN Español: ¿Sería el metauniverso de Facebook un “algoritmo catedral” como el de Membrana?
Jorge Carrión: Podría ser, sin duda. En los 2000 una serie de jóvenes norteamericanos se dan cuenta de que ya es imposible seguir conquistando el mundo físico, pero que hay un nuevo continente infinito por explorar y conquistar: allí nace el imperialismo digital, cuyos máximos exponentes son Facebook, Apple, Google y Amazon. Desde que se fundaron Facebook y YouTube, ese territorio se está saturando y, por tanto, lo que hay que hacer es inventar un nuevo territorio infinito, que ya ha habido unas pruebas muy interesantes como Second Life o Minecraft, y que Facebook quiere inventar y explotar para seguir con su minería de datos y su lucrativo negocio de publicidad. Imagino que la tecnología de (Mark) Zuckerberg para el metaverso debe ser algún tipo de evolución algorítmica que podría compararse con los algoritmos catedrales de Membrana, pero estos son ciencia ficción muy futurista porque se acelera la historia y lo que podría ocurrir en tres siglos ocurre en uno.
CNN Español: Las IA que narran Membrana dicen que a comienzos del siglo XXI ya eran “la mayor máquina de difamación de la historia” y nombran a Facebook y a Donald Trump. Ahora el expresidente dice que lanzará su propia red social: “Truth”. ¿Dónde queda la verdad en las plataformas digitales?
JC: Vivimos en épocas de imperialismo digital y los imperios siempre han querido una máquina de información, una de difamación y una de persecución. Dice Alessandro Baricco en The Game que para que algún discurso circule por internet lo que importa es que sea ligero, que tiene más posibilidades de éxito, impacto, viralidad. La mentira es más ligera que la verdad. El movimiento de Trump es de una ironía terrible: la persona que ha acelerado exponencialmente que se imponga el paradigma de lo posverdadero llama a su plataforma “Truth”, “verdad”.
CNN Español: La novela habla de “códigocentrismo”, ¿qué sería? ¿Ya empezó?
JC: En Membrana hablo de tres fases de la historia de la humanidad: el teocentrismo, cuando los dioses estaban en el centro; el antropocentrismo, con el ser humano en el centro; y lo que ha ocurrido en los últimos años es un doble giro copernicano: por un lado hemos pasado al biocentrismo, nos hemos dado cuenta de que el cambio de orden climático es culpa de no haber entendido que estamos en alianza con el resto de animales, plantas, hongos, bacterias y virus de la Tierra, y por otro lado, al códigocentrismo, porque esto ha ocurrido a la vez que los algoritmos se han puesto en el centro de la realidad. Lo ideal sería encontrar una centralidad compartida.
CNN Español: Con el metaverso, ¿se está tejiendo una especie de membrana?
JC: La viralidad ya es en red, ya es tejida, pero es caótica y carece de sentido. Lo que tenemos que hacer, siguiendo a Donna Haraway, es crear estructuras de significado. Nuestro rol como periodistas, escritores, creadores, es encontrar darle sentido a ese caos de internet y de la tecnología, que no lo tiene o que tiene un sentido secreto, porque los algoritmos son opacos, no sabemos cómo funcionan, no sabemos exactamente qué están “pensando”. Nos escudamos en la idea de que no piensan porque no tienen inteligencia como la entendemos, pero yo creo que sí que piensan, lo que pasa es que lo hacen de un modo no humano, y por tanto incomprensible incluso para los programadores que los han creado.
CNN Español: Justamente, en el libro se habla de Norman, “el algoritmo psicópata” creado por el MIT, de las IA que Facebook apagó porque crearon su propio “idioma”. En 2016 Google patentó un “botón rojo” que supuestamente podría apagar todas las IA. ¿Sería posible hoy?
JC: Todo el sistema es muy frágil, como se vio con el apagón de Facebook y WhatsApp. Parece que ahora está el plan de Facebook y Google de intentar quedarse con la estructura de internet y no solo con el contenido, es decir, con los cables. Y eso es peligrosísimo porque estas corporaciones tienden hacia el monopolio. Pero ya son tantas las supercomputadoras cuánticas que se están construyendo, tantas empresas, laboratorios, estados, implicados en la construcción de IA, que es imposible el control. No hay ningún organismo, ni la ONU, ni la Unesco, ni los gobiernos, ni siquiera China o Estados Unidos, que puedan controlar totalmente lo que está ocurriendo.
CNN Español: Si en el metaverso somos avatares, ¿dónde quedan la memoria, la identidad?
JC: La historia de la tecnología es la historia de la delegación. Ahora la tecnología está tan lejos que no puedes geolocalizar tu memoria: cuando quieres recordar algo buscas una foto o un email que están archivados en algún lugar remoto y desconocido. El problema de los últimos años, vinculado con Trump y “Truth”, es que también hemos ido delegando a la tecnología lo que tiene que ver con la moral. Hemos externalizado cuestiones tan importantes como la salud o la opinión política. Eso, me temo, es un camino sin regreso. La gran tensión de nuestra época es intentar saber quién eres al margen de todo aquello que has delegado fuera de ti.
El avatar, el nickname, la identidad digital, es real, es parte de ti. Pero hemos asumido una serie de lógicas e inercias sin reflexión crítica previa y nos hemos conectado totalmente, nos hemos vuelto tecnoadictos. Ahora imagino que en esta tercera década se van a imponer espacios y rituales de desconexión, y esto se va a ir normalizando. Quizá por eso Zuckerberg se adelanta y propone un antídoto preventivo: vamos a provocar más adicción porque, como se ha visto con la filtración de los informes, son conscientes de cómo controlar la adicción y secuestrar nuestra atención.
Esta entrevista ha sido ligeramente editada para facilitar su legibilidad.