Roma (CNN) – La última vez que el presidente Joe Biden visitó el Vaticano, todavía se estaba recuperando de la pérdida de su hijo Beau por cáncer un año antes.

El motivo de su visita en 2016 fue la Tercera Conferencia Internacional de Medicina Regenerativa y, en un discurso pronunciado con una enorme escultura de bronce de la Resurrección como telón de fondo, Biden hizo un llamado apasionado para desarrollar nuevas curas para la enfermedad que acabó con la vida de su hijo.

Pero también recordó un momento de amabilidad de su anfitrión, el papa Francisco, quien visitó Estados Unidos en los meses posteriores a la muerte de Beau y se reunió con la familia extendida de Biden cuando partió de EE.UU. desde el Aeropuerto Internacional de Filadelfia.

“Acabábamos de perder a mi hijo”, dijo Biden al comienzo de su discurso. “Y se reunió con mi familia extendida en el hangar detrás de donde estaba el avión. Y deseo que cada padre, hermano, hermana, madre, padre en duelo, tenga el beneficio de sus palabras, sus oraciones, su presencia. Él nos proporcionó más consuelo que incluso él, creo, comprenderá”.

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Biden volvió al Vaticano

Biden regresó al Vaticano el viernes para reunirse con un papa que ha brindado consuelo familiar e inspiración ideológica a un presidente cuya fe ha sostenido durante mucho tiempo su vida pública y privada.

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01:24 - Fuente: CNN

Se espera que la visita aborde su relación personal como católicos y otros problemas mundiales clave, dijo el martes a periodistas el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan. Y se espera que su conversación aborde temas como el clima, la migración y la desigualdad de ingresos, áreas importantes de consenso entre ambos.

Biden fue el decimocuarto presidente de Estados Unidos en reunirse con un papa en el Vaticano. El presidente Woodrow Wilson fue el primero en hacerlo en 1919. El Vaticano canceló una transmisión en vivo de la reunión de Biden con el papa debido a las objeciones de los periodistas. El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, dijo que el Vaticano distribuirá un video de algunas partes de la llegada y el saludo con el papa después de la reunión, según Bruni.

Si bien se espera que hayan discutido áreas de terreno común, no está claro si el Vaticano puso a Biden en el banquillo.

Se han producido discusiones sobre puntos de vista divergentes en reuniones entre papas y presidentes de Estados Unidos, como cuando el papa Juan Pablo II no logró convencer al presidente George W. Bush de que detuviera la invasión estadounidense de Iraq. Pero cuando la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, fue presionada sobre si los dos hombres discutirían el aborto y la postura del presidente a favor de este, Psaki dijo el miércoles que están enfocados en áreas de consenso.

“Existe un gran acuerdo y coincidencia con el presidente y el papa Francisco en una variedad de temas: pobreza, lucha contra la crisis climática, fin de la pandemia de covid-19”, dijo Psaki. “Todos estos son temas muy importantes e impactantes que serán la pieza central de su discusión cuando se reúnan”.

Simbolismo

También dijo que la reunión del viernes “tiene absolutamente un significado personal” para Biden y que sospecha que será “una reunión cálida”.

La reunión estará cargada de simbolismo para el segundo presidente católico de la nación, quien asiste a misa casi todas las semanas, hace la señal de la cruz durante sus discursos y muestra una foto de Francisco en el Despacho Oval junto con los marcos de su esposa y nietos.

Por lo general, los líderes mundiales ofrecen un obsequio al papa en el Vaticano durante sus visitas y, dado el enfoque humilde de Francisco hacia el papado, no es probable que el obsequio sea extravagante. También se espera que Biden no bese el anillo de Francisco. Durante reuniones pasadas con los papas, Biden se ha negado a hacerlo, diciendo que su madre le dijo que no besara el anillo y que nadie es “mejor” que él.

El padre jesuita Thomas Reese, columnista del Servicio de Noticias Religiosas y expresidente de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de EE.UU., dijo a CNN que “la prioridad es buscar áreas donde pueda trabajar junto con el líder que está de visita. Y si hay problemas con el país, al menos mejorar gradualmente las relaciones con ellos”.

“Es una gran diferencia si se reúne con Joe Biden o con el jefe de China”, agregó.

La larga historia de reuniones de Biden con los papas

Francisco es el tercer papa que Biden ha conocido, luego de las reuniones con Juan Pablo II mientras estaba en el Senado y Benedicto XVI durante su tiempo como vicepresidente.

Biden se reunió con Juan Pablo II varias veces, la primera en una larga reunión en el Vaticano en 1980 para discutir los impactos del posible colapso del bloque soviético, cuando Biden dijo que el papa saludaba a los asistentes que llamaban a la puerta de la biblioteca varias veces durante la conversación. Pero el presidente parece haber forjado un vínculo aún más personal con el Pppa Francisco.

Biden llega a la reunión después de haber conocido a Francisco en varias ocasiones, incluyendo cuando asistió al encumbramiento de Francisco en Roma en 2013 y cuando viajó allí nuevamente para la cumbre médica tres años después.

Sin embargo, fue la visita de Francisco a Washington en 2015 lo que unió a los dos hombres de nuevas maneras.

Durante su estancia en Washington, Francisco y Biden fueron vecinos brevemente cuando el papa pasó la noche en la Nunciatura Apostólica de la Santa Sede, justo al otro lado de la avenida Massachusetts de la residencia del vicepresidente.

Biden acompañó a Francisco en muchas de sus escalas, incluso lo saludó en el aeropuerto y se sentó en la primera fila cuando recibió una elaborada bienvenida estatal en la Casa Blanca. Biden estaba sentado justo detrás de Francisco en la tribuna de la Cámara de Representantes cuando el papa pronunció un discurso ante el Congreso, se paró junto a Francisco durante su discurso ante una multitud en el National Mall desde el balcón del presidente de la Cámara y vio al Papa en Filadelfia después de la reunión privada con su familia.

Admiración por Francisco

Francisco claramente dejó una impresión en Biden durante esa visita.

En el año siguiente a las apariciones del papa en Estados Unidos, Biden escribió en un breve perfil para “Time 100” de la revista Time que Su Santidad “cautivó a América” durante el viaje. Y unos cinco años después, mientras se preparaba para asumir la presidencia, todavía recordaba la reunión privada en Filadelfia.

“No solo habló sobre Beau, habló en detalle sobre Beau, sobre quién era y sobre los valores familiares y sobre el perdón y la decencia”, le dijo Biden a Stephen Colbert en diciembre.

“Soy un gran admirador de Su Santidad. Realmente lo soy”, agregó Biden.

La relación entre los dos hombres, ha dicho la Casa Blanca, “es muy personal”.

A diferencia de sus reuniones anteriores con Francisco, Biden ahora es el presidente, elevando sus conversaciones a un encuentro oficial entre dos jefes de Estado. Aún así, es poco probable que la profunda fe católica de Biden no guíe a su audiencia.

El tono de esta dinámica anticipada entre dos jefes de Estado parece haberse establecido desde la llamada de Francisco para felicitar a Biden por su victoria presidencial en noviembre pasado.

En ese momento, el equipo de transición Biden-Harris dijo en un comunicado que el “presidente electo expresó su deseo de trabajar juntos sobre la base de una creencia compartida en la dignidad e igualdad de toda la humanidad en temas como el cuidado de los marginados y los pobres, abordando la crisis del cambio climático y acogiendo e integrando a inmigrantes y refugiados en nuestras comunidades”.

El viaje de fe de Biden

Biden escribió en 2019 que aprendió los valores católicos “en la mesa de mi padre, en la misa dominical y en las escuelas primarias de St. Paul y Holy Rosary”. Las monjas en la escuela, dijo, le enseñaron “lectura, escritura, matemáticas e historia, así como conceptos básicos de decencia, juego limpio y virtud”. A menudo usa el rosario de su difunto hijo en la muñeca y, en la vida pública, con frecuencia habla sobre el papel que ha jugado la fe para ayudarlo a superar el dolor, incluido el fatal accidente automovilístico que mató a su esposa e hija pequeña y la batalla de Beau contra el cáncer.

Biden ha asistido a misa durante mucho tiempo, y ha sido una tradición casi semanal desde que asumió el cargo.

El fin de semana de la visita de Biden al Vaticano, la parroquia del presidente en Washington, la Iglesia Católica de la Santísima Trinidad, dijo a CNN que pronunciaría una oración de intercesión “para que la reunión entre el papa Francisco y el presidente Biden sea bendecida con sabiduría e inspire la acciones necesarias para hacer frente a la crisis del cambio climático. Roguemos al Señor”.

Robert Krebs, portavoz de la iglesia de Biden con sede en Wilmington, St. Joseph on the Brandywine, y la diócesis de la ciudad, dijo en un comunicado que “oramos para que la discusión abierta y honesta entre estos dos líderes sea productiva para abordar la muchos desafíos que enfrenta nuestro país y el mundo”.

Biden, quien pensó en convertirse en sacerdote después de la muerte de su esposa e hija, mantiene amistades y busca la guía de varias personas en la comunidad espiritual. Una fuente familiarizada con la situación le dijo a CNN que el presidente mantiene un “círculo de amigos cercanos a él, con quienes habla libremente sobre su fe en asuntos espirituales”.

“El presidente habla libremente sobre su fe. Y habla de ello con varias personas”, agregó la fuente.

Ese amplio círculo incluye reuniones en la Casa Blanca con varios líderes religiosos para discutir la agenda política de Biden, así como amistades personales con el clero como el reverendo de Wilmington, Silvester S. Beaman; la hermana Simone Campbell, ex directora ejecutiva de NETWORK Lobby for Catholic Social Justice, y el padre Kevin O’Brien, un sacerdote jesuita que renunció a su cargo de presidente de la Universidad de Santa Clara en mayo luego de una investigación sobre las conversaciones que tuvo con estudiantes graduados en una serie de cenas informales. La investigación descubrió que se comportaba “contrariamente a los protocolos y límites establecidos por los jesuitas” en esas cenas, y que implicaban alcohol. No se encontró ningún comportamiento inadecuado fuera de esas cenas, según un comunicado de la universidad.

Biden se ha encontrado durante mucho tiempo navegando por las delicadas políticas que conlleva ser un demócrata católico que apoya el derecho al aborto y el matrimonio homosexual. Esas convicciones a menudo lo han puesto en desacuerdo con los líderes de la iglesia.

Es un tema que lo ha frustrado durante mucho tiempo, y una vez en 2005 dijo: “El próximo republicano que me diga que no soy religioso, voy a meter mi rosario en su garganta”.

Los obispos estadounidenses avanzaron con un plan que intentaba permitir que obispos individuales negaran la comunión a los políticos que apoyan el derecho al aborto, estableciendo una posible reprimenda pública de Biden junto con otros demócratas católicos prominentes, como la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Pero la conferencia ha subrayado que “no habrá una política nacional sobre negar la Comunión a los políticos”. Y el último borrador del documento sobre el “significado de la Eucaristía”, que los obispos estadounidenses votarán a mediados de noviembre, no se referirá específicamente a si los políticos católicos son elegibles para recibir la Comunión. Sin embargo, los obispos pueden proponer modificaciones a los documentos.

El cardenal Wilton Gregory, arzobispo de Washington, ha dicho que no negará la comunión al presidente.

El movimiento de rechazo de la comunión es impulsado por el ala extremadamente conservadora de la Iglesia Católica, y cualquier declaración oficial sobre el asunto debería ser aprobada por el Vaticano.

Al recibir comentarios, la conferencia remitió a CNN al Vaticano.

Debate sobre el aborto

Si bien Francisco ha mantenido una firme oposición al aborto, describiéndolo como un “asesinato”, ha evitado adoptar una postura firme sobre la idea de negar la comunión a los políticos que lo apoyan. Dijo el mes pasado que la política no debería influir en las decisiones sobre recibir la comunión y pidió “compasión y ternura” en esas decisiones.

Biden desestimó el esfuerzo y dijo a los periodistas durante el verano que era un “asunto privado” que no creía que tuviera éxito.

Reese dijo que no espera que el tema de la comunión surja durante la reunión del Vaticano.

“Con el tiempo limitado que tienen, van a estar lidiando con grandes problemas de política exterior, problemas mundiales”, dijo.

“Tendremos una foto, el papa Francisco y Joe Biden, sonriendo y riendo juntos. Y será bastante difícil para los obispos golpear a Joe Biden, después de que tengan esta foto sonriente de ellos dos”, agregó Reese.