(CNN) – La actividad humana y las catástrofes provocadas por el cambio climático han hecho que 10 bosques del planeta reconocidos internacionalmente, también conocidos como sitios del Patrimonio Mundial, hayan pasado de absorber carbono a emitirlo, según descubrieron los investigadores.
El informe de la Unesco señala que estos lugares pueden absorber aproximadamente 190 millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera cada año, aproximadamente la mitad de las emisiones anuales de combustibles fósiles del Reino Unido.
Pero en los últimos 20 años, muchos de estos sitios mostraron un aumento de las emisiones, algunos incluso superaron la cantidad de carbono que eliminaban de la atmósfera.
Según los investigadores de la Unesco, hay dos factores principales que están provocando que los bosques pasen de ser sumideros a fuentes de carbono: los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático, como los incendios forestales, las tormentas y las sequías, y las presiones humanas sobre el uso de la tierra, como la tala ilegal, la extracción de madera y las prácticas agrícolas como el pastoreo.
Dada la escala de estos bosques, Tales Carvalho Resende, oficial de proyectos en la unidad de patrimonio natural de la Unesco y coautor del informe, dice que esto es cada vez más un problema mundial, lo que significa que se necesita una acción global.
“Lo que los resultados revelan aquí es que no es necesariamente un problema relacionado con un país o una región específica, sino que es realmente un problema global”, dijo Resende a CNN. “Cuando vemos dónde están los 10 lugares que se han convertido en fuentes de carbono, están dispersos por todo el mundo, por lo que la conclusión de los resultados es que se necesita una acción climática a nivel global”.
Desde la cuenca del Congo hasta el conjunto de parques nacionales y estatales de Redwood, los 257 bosques del Patrimonio Mundial del planeta cubren casi 700.000 kilómetros cuadrados de tierra, casi dos veces el tamaño de Alemania.
Pero el informe muestra que, desde el año 2000, las amenazas de las industrias de extracción, la degradación del medio ambiente y el cambio climático se han registrado en aproximadamente el 60% de los sitios del Patrimonio Mundial, que han perdido más de 348.600 hectáreas de bosques, una superficie mayor que la de Bélgica. De los 10 sitios que se han convertido en emisores de carbono, tres se encuentran en Estados Unidos.
Las conclusiones del informe son una advertencia oportuna sobre las limitaciones de los árboles y los bosques como solución climática. Los líderes y negociadores se reunirán en Glasgow, Escocia a partir del domingo para debatir formas de limitar el calentamiento global, y la plantación de árboles es una de las cuatro principales prioridades señaladas por el gobierno del Reino Unido, que preside el evento.
La protección de los bosques y la plantación de árboles tienen un enorme potencial para absorber el carbono de la atmósfera, pero en un mundo que cambia rápidamente de clima de manera salvaje, los árboles de las zonas propensas a los incendios forestales podrían convertirse en parte del problema, en lugar de la solución, como muestran estos sitios de la Unesco.
Los autores señalan que es la primera vez que los investigadores cuantifican cómo los bosques del Patrimonio Mundial secuestran el dióxido de carbono atmosférico. A lo largo de los siglos, los bosques del Patrimonio Mundial han almacenado aproximadamente 13.000 millones de toneladas de carbono, lo que supera la cantidad total de carbono de las reservas de petróleo de Kuwait.
“Ahora podemos ver el importante papel que desempeñan los bosques del Patrimonio Mundial en la estabilización del clima mundial”, declaró a CNN Nancy Harris, directora de investigación del Observatorio Forestal Mundial del Instituto de Recursos Mundiales y coautora del informe. “Y la verdad es que los estamos subestimando y menospreciando por completo”.
La mayoría de los lugares que secuestran más dióxido de carbono se encuentran en regiones tropicales y templadas, como Sudamérica y Australia. Aunque esos lugares siguen secuestrando carbono, los investigadores dijeron que hay indicios de que más de ellos podrían convertirse en fuentes de carbono.
Los incendios forestales, en particular, han quemado vastas franjas de estos bosques en los últimos años. Aunque los incendios son una parte fundamental del ecosistema forestal, ya que muchas especies de plantas dependen de ellos para dispersar sus semillas, los científicos afirman que se están intensificando, lo que supone el riesgo de liberar el carbono almacenado durante mucho tiempo en el suelo y los árboles.
En la última década, el incremento de las temperaturas y las condiciones de sequedad han preparado gran parte del entorno para que se produzcan incendios forestales. El informe señala varios ejemplos de incendios importantes que se han producido en la última década en sitios del Patrimonio Mundial, entre ellos el del lago Baikal en Rusia en 2016, y el de la zona salvaje de Tasmania y el de las Grandes Montañas Azules en Australia en 2019 y 2020.
“Hemos visto algunos incendios forestales en algunos sitios que han emitido más de 30 millones de toneladas de CO2, que equivale más o menos a las emisiones de Bolivia por combustibles fósiles en un solo año”, dijo Resende.
“Un solo evento puede equipararse realmente a las emisiones de todo un país”, añadió. “Y hay que tener en cuenta que las emisiones que se han contabilizado en el estudio son solo dentro de los límites de los sitios, por lo que esto significa que representan apenas una pequeña parte de los incendios en el panorama más amplio”.
El informe se basa en mapas publicados recientemente que hacen un seguimiento del intercambio global de carbono entre los bosques y la atmósfera durante el período 2001 a 2020, mediante el monitoreo a nivel de sitio para analizar los impactos climáticos de los bosques, así como las consecuencias de las actividades humanas en estos sitios del Patrimonio Mundial.
“Nuestro análisis ilustra cómo podemos dejar de dar por hecho a la naturaleza y empezar a valorar los beneficios climáticos generados por estos y otros lugares forestales importantes de todo el mundo”, afirmó Harris.
Los bosques desempeñan un papel vital en todas las sociedades. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que también contribuyó al informe, casi el 25% de la población mundial, en buena medida en países en desarrollo, depende de los bosques para su subsistencia. Además, los bosques aportan hasta US$ 100.000 millones al año en bienes y servicios. También albergan el 80% de la biodiversidad de la Tierra.
La capacidad de los bosques para evitar que la crisis climática se descontrole hace que las amenazas a las que se enfrentan sean aún más preocupantes, indicó Resende.
Los líderes mundiales se reunirán en Glasgow, Escocia la semana que viene para las negociaciones internacionales sobre el clima auspiciadas por la ONU, en las que se tratará de conseguir que los países se comprometan a reducir más los combustibles fósiles y a establecer una fecha final para el uso del carbón. También debatirán sobre compromisos más firmes para proteger y restaurar los bosques del planeta como sumideros de carbono y para acabar con la deforestación.
“Esperamos desencadenar realmente la acción climática, para salvaguardar estas joyas que son los sitios del Patrimonio Mundial”, dijo Resende. “Son laboratorios de los cambios ambientales en su conjunto, no solo relacionados con el clima sino también con la biodiversidad. Queremos facilitar el diálogo con los actores principales para financiar y proporcionar algunas inversiones sostenibles a estos sitios”.