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01:24 - Fuente: CNN

(CNN) – Puede que los huevos crudos y los Bloody Marys sean algunas de las curas actuales para la resaca, pero los arqueólogos de Israel han descubierto una solución del pasado totalmente diferente: un anillo de amatista de oro y púrpura.

Extraído en la ciudad de Yavne, la antigua joya fue descubierta en el emplazamiento de la mayor bodega conocida de la época bizantina, según la Autoridad de Antigüedades de Israel. En un comunicado de prensa adjunto, el arqueólogo Amir Golani dijo que la amatista podría haberse usado para prevenir los efectos nocivos de beber demasiado alcohol.

“Se han atribuido muchas virtudes a esta gema”, se le cita, “incluida la prevención del efecto secundario de la bebida, la resaca”.

El anillo se encontró a tan solo 150 metros de los restos de un almacén que contenía ánforas, un tipo de jarra utilizada para almacenar vino. Se ha fechado aproximadamente en el siglo VII –alrededor del final de la era bizantina y el comienzo del periodo islámico temprano–, aunque los funcionarios dijeron que el anillo podría ser incluso más antiguo.

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00:53 - Fuente: CNN

“Los anillos de oro con incrustaciones de piedra amatista son conocidos en el mundo romano, y es posible que el hallazgo del anillo pertenezca a las élites que vivían en la ciudad ya en el siglo III de nuestra era”, señala el comunicado.

Golani dijo que se creía que la amatista tenía muchas otras “virtudes” y tiene asociaciones religiosas, ya que se menciona en la Biblia. También especuló con que el anillo, que pesa 5,11 gramos (menos de 0,2 onzas), perteneció en su día a una persona “acomodada”.

“El uso de la joya indicaba su estatus y riqueza”, añadió. “Este tipo de anillos los podían llevar tanto hombres como mujeres”.

Elie Haddad, codirector de la excavación, dijo en un comunicado de prensa que el objeto puede haber “pertenecido al propietario de la magnífica bodega (de vinos), a un capataz” o a un “visitante desafortunado, que se le cayó y perdió su precioso anillo”.

“¿La persona que llevaba el anillo quería evitar la intoxicación por haber bebido mucho vino?”, se le cita también. “Probablemente nunca lo sabremos”.

La amatista no es la única cura antigua para la resaca. En 2015, se descubrió un antiguo remedio griego en un papiro de 1.900 años de antigüedad, que recomendaba llevar un collar de hojas de laurel como “cura para el dolor de cabeza por embriaguez”, según Live Science.

Y en la antigua Mesopotamia, un médico recomendaba una tintura de regaliz, adelfa, judías, aceite y vino en el caso de que un “hombre haya tomado vino fuerte y su cabeza esté afectada”.