(CNN Español) – Chile acudirá el próximo domingo a unas elecciones presidenciales atípicas en medio de una Convención Constitucional en marcha, una ola de violencia en varias regiones que llevó al estado de excepción —que acaba de ser prorrogado— y el juicio político contra su presidente, Sebastián Piñera, que finalmente no prosperó. En este contexto, los indecisos serán clave.
En este contexto, ninguno de los dos principales candidatos, José Kast y Gabriel Boric, supera el 25% en intención de votos por los comicios del 21 de noviembre, de acuerdo con las últimas encuestas de Plaza Pública Cadem. El 22% no votaría por ninguno, no sabe o no responde.
Esta encuesta fue realizada entre el 2 y el 4 de noviembre mediante llamadas telefónicas a celulares, y se consultaron 1.010 personas mayores de 18 años, con un margen de error de 3,1 puntos porcentuales, de acuerdo con la metodología de Plaza Pública Cadem.
Detrás de Kast (Partido Republicano, 25% de intención de votos) y Boric (Pacto Apruebo Dignidad, 19%), aparecen Franco Parisi (Partido de la Gente, 10%) y Yasna Provoste (Partido Demócrata Cristiano, 9%), por lo que los indecisos constituyen la segunda preferencia luego de Kast.
¿Quiénes son los indecisos en las elecciones en Chile?
“Desde hace algún tiempo, ha pasado en todo el mundo y también en Chile, hay una volatilidad muy grande del voto que impide hacer proyecciones”, dijo a CNN Ernesto Ottone, académico del Colegio de Estudios Mundiales de París. “El voto actual contemporáneo es muy volátil, movido no tanto por intereses como por emociones, impulsos o miedos, y puede cambiar en muy poco tiempo”.
Si las encuestas se confirman en las elecciones del 21 de noviembre, habrá una segunda vuelta entre los candidatos más votados —que podrían ser Kast y Boric— dado que ninguno habrá conseguido 50% más 1 de los votos que pide la Constitución de Chile en primera vuelta.
En esa instancia, la encuesta de Plaza Pública señala que Kast obtendría 44% de los votos frente al 40% de Boric. Sin embargo, en su anterior medición de finales de octubre, la consultora señalaba que Boric ganaría con el 43%, frente al 35% de su posible rival.
“En segunda vuelta se verá cuán fuerte es el temor a la visión conservadora de Kast o el temor a los problemas económicos con Boric”, consideró Ottone. “Cada vez hay un sector mayor de la sociedad que decide a último momento, casi en la misma urna. Esto plantea problemas para las encuestas: un electorado que tiene muy poca lealtad”, agregó.
El impacto de los indecisos en el resultado final
El comportamiento de ese 22% de indecisos —que en agosto llegaba a 38%— será clave en estas elecciones sin claras preferencias entre el electorado.
De acuerdo con la encuesta de Activa/Pulso Ciudadano, los indecisos llegarían al 14,5%. En este caso, se consultó a 2.352 personas mayores de 18 años a través de entrevistas en línea entre el 2 y 5 de noviembre de 2021, con un margen de error de 2%, de acuerdo con la metodología publicada.
Patricio Navia, politólogo y profesor en la Universidad de Nueva York, dijo a CNN que debido al hecho de que se presentan varios candidatos con escasa intención de voto, los indecisos son “muy importantes” porque podrían cambiar el orden de llegada e incluso acabar generando un resultado por fuera de Kast y Boric.
“Los indecisos no le ponen mucha atención a la política, si se deciden a votar por un candidato los resultados pueden cambiar”, señaló Navia. “Los días anteriores a la elección muestran que Kast y Boric están debilitados, aunque ninguno de los otros ha subido”.
Ottone destacó, además, que no existen al momento elementos para saber si la participación será alta en estas elecciones.
Desde que Chile anuló la obligatoriedad del voto mediante la ley 20.568, la participación en elecciones presidenciales ha sido del 49,13% en 2013 y del 46,64% en 2017, según las cifras oficiales.
“Veo difícil que haya alta participación, estamos saliendo de la pandemia y tal vez la participación de la gente mayor sea menor”, señaló Navia. “Pero el miedo moviliza mucho, y dado que Boric y Kast sean candidatos de los extremos quizás pueda cambiar algo”, agregó.
La influencia de la Convención Constitucional en las elecciones
Con respecto al posible impacto de la Convención Constitucional, en marcha desde el 7 de julio con el objetivo de redactar una nueva carta magna, Ottone dijo a CNN que esta y las elecciones presidenciales van por “cuerdas separadas”.
“En la cabeza de la gente son dos cosas que van por líneas separadas”, señaló.
Presidida por la activista mapuche Elisa Loncón, la Convención Constitucional busca reemplazar a la Constitución de 1980, adoptada durante la dictadura de Pinochet. El llamado a su redacción fue aprobado en 2020 mediante un plebiscito y busca incorporar nuevos derechos y garantías en el texto —que debería estar listo a mediados de 2022— en un contexto de crisis de legitimidad y conflicto social.
La Convención Constitucional es fruto del “estallido social” de 2019, una ola de manifestaciones masivas en Chile por los altos costos de vida y la desigualdad que derivaron en choques violentos entre manifestantes y la policía, dejando al menos 31 muertos.
Para Navia la Convención Constitucional tiene “la última palabra” en estas elecciones. “La elección es menos importante que una elección normal porque si a la Convención no le gusta el resultado podría imponer mayores restricciones al presidente”, explicó.
Chile ante las elecciones presidenciales
Chile es uno de los países más ricos de la región, pero sufrió un retroceso en su economía en 2020 debido a la pandemia de covid-19 —su PIB cayó un 6%, su peor recesión en décadas— y busca el camino a la reactivación.
El país también vive una crisis en materia migratoria que ha dejado numerosos incidentes violentos entre residentes y los migrantes que intentan llegar al país.
Y a mediados de octubre Piñera decretó el estado de excepción constitucional en la Araucanía y otras regiones citando como causa a “los graves y reiterados hechos de violencia vinculados al narcotráfico, al terrorismo y al crimen organizado cometidos por grupos armados”.
El estado de excepción fue prorrogado dos veces, la última vez el 9 de noviembre, frente a una situación se enmarca, en parte, en el histórico conflicto mapuche, que afecta tanto a Chile como a Argentina.
Otra situación que enmarcó las elecciones fue la acusación constitucional contra Piñera, que fue aprobada por la Cámara de Diputados pero no por el Senado, por lo cual no fue destituido.
La acusación fue promovida por la oposición tras conocerse en los papeles de Pandora que la familia del mandatario vendió su parte en el proyecto de minería Minera Dominga a otro empresario chileno, y que el acuerdo ocurrió en las Islas Vírgenes Británicas.
Piñera ya había negado anteriormente haber cometido cualquier irregularidad en la compraventa de Minera Dominga.