(CNN) – El océano Ártico se ha estado calentando desde principios del siglo XX, décadas antes de lo que sugerían las observaciones de los instrumentos, según una nueva investigación.
El estudio, publicado el miércoles en la revista Science Advances, encontró que la expansión del agua cálida del océano Atlántico que fluye hacia el Ártico, un fenómeno conocido como “atlantificación”, ha causado el aumento de la temperatura del agua del Ártico en la región estudiada en alrededor de 2°C desde 1900.
Francesco Muschitiello, autor del estudio y profesor adjunto de Geografía en la Universidad de Cambridge, dijo que los resultados eran preocupantes porque el calentamiento temprano sugiere que podría haber un fallo en los modelos que los científicos utilizan para predecir cómo cambiará el clima.
“El océano Ártico lleva calentándose mucho más tiempo de lo que se pensaba”, dijo Muschitiello a CNN. “Y esto es algo que resulta un poco inquietante por muchas razones, especialmente porque los modelos climáticos que utilizamos para hacer proyecciones del cambio climático futuro no simulan realmente este tipo de cambios”.
Los investigadores utilizaron sedimentos marinos en el estrecho de Fram, donde el Atlántico se une al Ártico al este de Groenlandia, para reconstruir 800 años de datos que dibujan una imagen histórica más larga de cómo el agua del Atlántico ha fluido hacia el Ártico. Los sedimentos marinos son “archivos naturales”, escribieron los investigadores, que registran datos sobre las condiciones climáticas del pasado.
Los investigadores descubrieron que la temperatura y la salinidad se mantuvieron bastante constantes hasta el siglo XX, y luego aumentaron repentinamente.
“Las reconstrucciones sugieren un aumento sustancial en el transporte de calor y sal del océano Atlántico hacia el mar Nórdico a principios del siglo XX, que no está bien simulado por (los modelos climáticos)”, dijo a CNN Rong Zhang, científico principal del Laboratorio de Dinámica de Fluidos Geofísicos de la NOAA, que no participó en el estudio. “Es importante entender la causa de esta rápida atlantización, así como las discrepancias entre las simulaciones de los modelos y las reconstrucciones”.
Muschitiello dijo que no está claro el papel que desempeñó el cambio climático de origen humano, si es que lo hizo, en el calentamiento temprano del Ártico, y que se necesita más investigación.
“Estamos hablando de principios del siglo XX, y para entonces ya habíamos sobrecargado la atmósfera con dióxido de carbono”, dijo. “Es posible que el océano Ártico sea más sensible a los gases de efecto invernadero de lo que se pensaba. Esto requerirá más investigación, por supuesto, porque no tenemos un control sólido de los mecanismos reales detrás de esta temprana atlantización”.
El estudio señala que los cambios en la circulación meridional de vuelco del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) –un sistema de corrientes que modera las temperaturas en el hemisferio norte– podrían haber desempeñado un papel en el calentamiento del Ártico. En particular, la AMOC se debilitó tras un periodo de enfriamiento que terminó a mediados del siglo XIX en la región del Atlántico Norte, lo que, según los investigadores, podría haber provocado una rápida atlantización a lo largo del este del estrecho de Fram.
Según un estudio reciente, la AMOC, descrita con frecuencia como una “cinta transportadora” que transporta el agua caliente de los trópicos y la redistribuye hacia el norte, muestra ahora signos de mayor inestabilidad debido al cambio climático provocado por el ser humano. Los científicos han advertido que un colapso de la circulación podría provocar un cambio abrupto en los patrones climáticos en todo el mundo: inviernos más fríos en Europa, cambios en los monzones y una posible sequía permanente en África Occidental.
El rápido calentamiento de las temperaturas en el Ártico ha hecho que se derrita el hielo marino, lo que a su vez provoca un mayor calentamiento: mientras que el hielo marino de color blanco brillante refleja la energía del sol, el océano oscuro absorbe la energía en forma de calor.
James E. Overland, científico del Ártico de la NOAA con sede en el Laboratorio Ambiental Marino del Pacífico en Seattle, dijo que estos cambios a largo plazo en el Atlántico Norte, junto con la reciente pérdida de hielo marino en el Ártico, amenazan los ecosistemas marinos.
“La pérdida de hielo marino y de corrientes oceánicas ha desplazado la región de amortiguación entre el Atlántico y el océano Ártico a algo más parecido a un brazo del Atlántico central”, dijo Overland, que no participó en el estudio. “Importantes pesquerías y mamíferos marinos son vulnerables a la reorganización del ecosistema a causa de esa atlantificación”.
Un reciente informe de la ONU sobre el estado de la ciencia de la crisis climática concluyó que el Ártico seguirá calentándose más rápido que el resto del planeta a medida que los humanos sigan quemando combustibles fósiles y liberando gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Además, Muschitiello dijo que el Océano Ártico puede experimentar un mayor calentamiento debido a la atlantificación.
“Cuando hablo con mis alumnos siempre intento que sean conscientes de que el Ártico se está calentando muy, muy rápidamente, y mucho más rápido que cualquier otra zona del planeta”, dijo Muschitiello. “Es muy inquietante y muy preocupante, sobre todo porque todavía no tenemos una comprensión completa de lo que está en juego”.
“Todavía estamos conociendo poco a poco cómo funciona todo el sistema”, dijo. “Y mi temor es que para cuando descifremos el problema, será demasiado tarde”.