(CNN) – Para Kristy Burns, su compañera Annette Demel y su íntima amiga Lynn Edminston, llegar a los 50 y 60 años supuso un comienzo, no un final.
Hace unos seis años, el trío llegó a la edad de jubilación y vendieron sus casas, primero para salir a la carretera en vehículos recreativos y luego para iniciar varias odiseas de senderismo por Estados Unidos.
Desde entonces, el grupo se ha embarcado en el Sendero de los Apalaches, de 3.524 kilómetros, en el Sendero de la División Continental, que conecta la frontera de Estados Unidos con México y la de Estados Unidos con Canadá y, más recientemente, en el montañoso Sendero de la Costa del Pacífico, que terminaron cerca del Día de Acción de Gracias de 2021.
“Queríamos retirarnos mientras podíamos hacer cosas, físicamente”, cuenta Burns a CNN Travel. “Así que lo primero que hicimos, como regalo de jubilación, es que las tres hicimos el Sendero de Colorado: nos fuimos de mochileras por ese sendero de 800 kilómetros”.
A Burns y Demel les encantaba el senderismo desde hacía tiempo, pero entre sus ocupados trabajos, nunca habían tenido tiempo de embarcarse en una caminata larga. Por su parte, Edminston no empezó a practicar el excursionismo hasta que cumplió 50 años. El Sendero de Colorado fue una experiencia nueva para todas, pero increíble. Quedaron fascinadas, y querían volver allí tan pronto como fuera posible.
“Decidimos hacer estos tres largos senderos emblemáticos de Estados Unidos”, dice Burns.
“En realidad solo decidimos hacer el Sendero de los Apalaches”, acota Demel, riendo. “Personalmente nunca pensé que íbamos a hacer los tres”.
“Apenas puedes pensar en ello porque es abrumador”, admite Burns. “En mi corazón, siempre quise hacerlo. Pero ni siquiera sabes si tu cuerpo lo puede aguantar”.
Las tres caminatas, conocidas en EE.UU. como la “Triple Corona del Senderismo”, supusieron algunos retos agotadores, desde conservar el agua mientras caminas por el desierto hasta montar guardia por los osos pardos, pero el trío perseveró y completó su sueño. Dicen que se la pasaron muy bien mientras lo hacían.
“Nuestro objetivo es motivar a las personas mayores a que salgan a la calle”, dice Burns. “La sociedad nos dice que cuando te jubilas y estás al final de tu vida, vas en la dirección contraria, y nosotras decimos que hay que ampliar esa creencia y salir a hacer cosas increíbles”.
Encontrar la plenitud
Aunque muchos planean viajar cuando se jubilan, el estereotipo sugiere que los viajeros mayores prefieren ahorrar para hoteles opulentos y cruceros de lujo, en lugar de ir de mochileros.
Pero la pareja estadounidense Barbara y Matt Derebery, que tiene más de 50 años, también opta por los hostales y tiendas de campaña en lugar de las suites de cinco estrellas.
Barbara, que está jubilada, y Matt, que trabaja a distancia, llevan seis años viajando de forma intermitente. Su primera parada fue el Camino de Santiago en España. Desde entonces, han explorado destinos como Portugal, Suiza y Croacia.
“Pasas de todas estas cosas de tu vida normal y del estrés del trabajo y de esto y lo otro a ‘me subo a un avión para ir de excursión’”, cuenta Bárbara sobre su experiencia.
Aunque muchos de los viajeros que encuentran por el camino son veinteañeros, Bárbara dice que se alegra de estar recorriendo el mundo como mochilera a sus 50 años.
“Es una elección que estamos haciendo, no es por necesidad”, dice a CNN Travel. “Así que creo que eso es lo que, para mí, lo hace mejor y más satisfactorio a una edad avanzada”.
Matt, sin embargo, dice que desearía haber viajado más cuando era más joven, y siente que ahora está recuperando el tiempo perdido.
Este estilo de vida conlleva algunas dificultades, señala, como los dolores y molestias que son inevitables y que hacen que dormir donde sea que se pueda apoyar la cabeza sea un poco más difícil.
Aunque la pareja dice que es más fácil viajar con más seguridad financiera que en sus años de juventud, también insisten en que la vida en la carretera es más barata de lo que la gente podría suponer.
Su principal consejo es evitar retrasar los sueños de viajar si se puede.
“A todos nos llega un día en el que no puedes. Y ninguno de nosotros sabe cuándo va a llegar ese día”, dice Matt.
“Así que yo diría que salgas y lo hagas… hazlo tan pronto como puedas. No busques excusas para no hacerlo”.
Trabajar a distancia
En la era del trabajo a distancia y de la conectividad digital generalizada, los viajeros de mayor edad pueden retrasar cada vez más su jubilación, sin dejar de disfrutar de la exploración del mundo.
Los escritores Brent Hartinger y Michael Jensen, que dejaron Estados Unidos en 2016, trabajan en sus respectivos proyectos de escritura mientras viajan.
Uno de los muchos aspectos positivos, dicen, es ver cómo sus viajes los han hecho evolucionar y madurar de forma inesperada.
Jensen, que siempre se había visto a sí mismo como introvertido, dice que simplemente se dio cuenta: “Tengo 50 años, no voy a cambiar pronto”.
Pero Jensen dice que vivir con una mochila mientras exploraba el mundo le llevó a darse cuenta de que se nutre de nuevas experiencias, y le encanta relacionarse con gente nueva y culturas diferentes.
Y tanto para Hartinger como para Jensen, viajar a los 50 años viene acompañado de una mayor apreciación de la vida en el momento.
“Empiezas a tener un poco más de sentido del valor de la vida y de que la vida no es infinita. Llega un momento en que te das cuenta de que hay más tiempo de vida detrás de mí que delante”, afirma Jensen.
“Creo que las personas de más de 50 años que toman esta decisión suelen hacerlo de forma muy consciente, porque saben que es ahora o nunca”.
Establecer conexiones
Hartinger y Jensen relatan sus aventuras a través de su boletín de noticias, mientras que Kristy Burns, Annette Demel y Lynn Edminston comparten sus excursiones en su canal de YouTube, donde se autodenominan las “Wander Women”.
Para todas las viajeras, es una forma de inspirar a otras a seguir sus pasos, aunque Burns dice que solo creó el canal para mantener a su madre al tanto de su viaje, y se sorprendió cuando se dio cuenta de que otras personas lo veían.
Ahora se ha convertido en otra forma de que los viajeros establezcan conexiones, dice. Burns, Demel y Edminston han conseguido que personas que las siguen en YouTube les ofrezcan una cama para pasar la noche o pasen por ellas para llevarlas o regresarlas de los senderos.
Y también saben que hay gente en todo el mundo que se inspira y las anima desde la distancia.
“Tenemos gente que nos ha escrito para decirnos: ‘Oye, estoy de excursión. Hace años que no hago senderismo, pero estoy de excursión”, dice Burns.
Hacer conexiones inesperadas en los senderos es una de las alegrías de sus aventuras, dice el trío. Ha cambiado sus perspectivas y ha mejorado sus vidas.
“Siempre pensamos que cuando la gente se jubila, encoge su vida (no tiene sus relaciones laborales); nuestro mensaje es que la amplíe, que haga más cosas, que haga cosas diferentes, que conozca gente nueva”, dice Burns.
A veces, dice Demel, eso puede ser incómodo, física y mentalmente. Recuerda las noches que pasó en los refugios durante la ruta de los Apalaches, acostada hombro con hombro con completos desconocidos.
Pero salir de su zona de confort es la clave, dice el grupo.
“Es parte de la diversión de todo esto”, comenta Edminston.
“Conectar con la gente y experimentar con la gente de ahí fuera nos ha dado esperanza en la humanidad, de verdad. Ha sido una experiencia positiva, maravillosa y optimista para nosotros, en un mundo no tan positivo”, explica Burns.
Burns, Edminston y Demel también sugieren, al igual que Jensen, que viajar como una persona algo mayor puede conducir a descubrimientos personales inesperados.
Es una oportunidad, dice Burns, de “reinventarse”.
“Es increíble. Nunca habría pensado que estaría haciendo esto a mis 60”, coincide Edminston.
En el futuro, las “Wander Women” quieren ir al extranjero y embarcarse en famosas excursiones por todo el mundo. De momento, el covid ha frenado esos planes, pero mientras tanto, Burns, Edminston y Demel están agradecidas de poder salir a la naturaleza en Estados Unidos.
Su plan inmediato es dirigirse al sur para pasar el invierno en sus vehículos recreativos. Luego planearán el siguiente viaje.
“Nos reagruparemos, haremos nuestros planes y sacaremos nuestros mapas, miraremos diferentes cosas”, indica Demel.
“Habrá algo increíble. Vamos a hacer algo increíble. Solo que aún no sabemos qué será”, dice Burns.