(CNN) – Comunidades judías de Estados Unidos vuelven a estar en alerta tras un nuevo ataque a los devotos de una sinagoga, esta vez en la Congregación Beth Israel de Colleyville, Texas, donde un hombre interrumpió el sábado el servicio de Shabat y mantuvo a cuatro personas como rehenes durante horas.
Ninguno de los rehenes perdió la vida, y el sospechoso está muerto, según las autoridades. Pero después de otros ataques de alto perfil en otras sinagogas, el incidente del sábado sirve como el más reciente recordatorio para que las congregaciones y organizaciones judías estén atentas, aumenten sus medidas de seguridad y tengan conversaciones difíciles sobre cómo mantenerse a salvo.
“De repente, tenemos que convertirnos en expertos en seguridad”, dijo el rabino Joshua Stanton, miembro del Centro Nacional Judío de Aprendizaje y Liderazgo.
“No me hice rabino para ser un experto en seguridad”, dijo. “Me hice rabino para enseñar, para apoyar, para cuidar, para estar en la comunidad más amplia como fuente de amor para el mundo. Y ahora, de repente, hay mucho miedo. … Y que la comunidad judía sea atacada de esta manera nos afecta a todos”.
En una entrevista el domingo, el rabino Rick Jacobs describió una “montaña rusa de emociones” que, en su opinión, los judíos de toda Norteamérica habían compartido durante las 24 horas anteriores.
El sábado fue un día lleno de “profunda preocupación e inquietud que, por desgracia, nuestra comunidad conoce demasiado bien”, dijo Jacobs, presidente de la Unión para el Judaísmo Reformista, que lidera una red de cientos de sinagogas reformistas, incluida la Congregación Beth Israel.
El sábado por la noche se produjo “el alivio más intenso” tras la liberación de los rehenes, dijo. Pero la gente se despertó el domingo preocupada de nuevo: “La pregunta era si estábamos lo suficientemente seguros como para volver a nuestras actividades normales”, dijo Jacobs, actividades como reunirse en las escuelas religiosas o celebrar los servicios comunitarios previstos para celebrar el cumpleaños de Martin Luther King Jr.
“Es triste que esa sea la realidad, que gran parte de nuestra comunidad judía no se sienta segura en muchos entornos”, dijo Jacobs. “Y sin embargo, ¿qué somos? Somos una comunidad judía que responde a cualquier problema o realidad a la que nos enfrentemos”.
“Entrar en una sinagoga hoy en día y ser recibido por un guardia de seguridad, o algunos procedimientos de seguridad, tener que mostrar la identificación y pasar a veces por un detector de metales, o tener que responder algunas preguntas, honestamente nos sentimos más seguros al pasar por ese tipo de experiencia”, dijo.
“Esto es justo lo que debemos hacer para mantener nuestras comunidades seguras”.
El último ataque de alto nivel contra una congregación judía
Nadie resultó gravemente herido en Colleyville, pero las víctimas de otros ataques recientes dirigidos a congregaciones judías no han sido tan afortunadas.
Once personas murieron en 2018 en la sinagoga Tree of Life en Pittsburgh, cuando un hombre armado hizo comentarios antisemitas y abrió fuego contra la congregación. Una persona fue asesinada y otras tres resultaron heridas por un atacante en 2019 en la sinagoga Chabad of Poway, cerca de San Diego. Y si bien no fue en una sinagoga, tres personas murieron a causa de los tiros de dos atacantes ese mismo año en un mercado kosher en Jersey City, Nueva Jersey, en un ataque que las autoridades dijeron que fue alimentado en parte por el antisemitismo.
En Colleyville, aunque el sospechoso, identificado por el FBI como el ciudadano británico Malik Faisal Akram, de 44 años, tomó como rehenes a devotos judíos, el agente especial del FBI en Dallas, Matthew DeSarno, dijo en una conferencia de prensa el sábado que las autoridades creen que estaba “singularmente centrado en un asunto” que “no estaba relacionado específicamente con la comunidad judía”.
Dos funcionarios dijeron a CNN que los investigadores creen que el secuestrador podría haber estado motivado por el deseo de liberar a un paquistaní que cumple una condena de 86 años en un centro penitenciario de Texas tras haber sido condenado en 2010 por intento de asesinato y asalto a mano armada contra oficiales estadounidenses en Afganistán.
En un comunicado posterior, el FBI describió la situación de los rehenes como un “asunto relacionado con el terrorismo, en el que la comunidad judía era el objetivo”.
“Nunca perdemos de vista la amenaza que los extremistas suponen para la comunidad judía y para otros grupos religiosos, raciales y étnicos”, decía el comunicado.
La amenaza para las comunidades judías es real, dicen los líderes judíos, señalando el reciente aumento de los actos en contra de los judíos.
Jacobs expresó su agradecimiento a las fuerzas del orden y a su labor para sacar a los rehenes sanos y salvos. Pero se mostró en desacuerdo con cualquier sugerencia de que el ataque no fuera antisemita.
“No atacaron un McDonald’s o un centro comercial”, dijo Jacobs sobre el sospechoso. “Encontraron una congregación, una casa de oración reformista, en un día en que nos reunimos para rezar y celebrar”.
“Lo siento, si ocurriera una vez cada mil años, se podría decir que no era un antisemita”, dijo. “Pero la elección de la sinagoga para este secuestrador, y la letanía de cosas a las que nos hemos enfrentado como comunidad… está bastante claro”.
Jonathan A. Greenblatt, CEO y director nacional de la Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés), instó a las autoridades en un comunicado a “investigar el papel que el antisemitismo puede haber jugado en la motivación del sospechoso”.
Mientras tanto, las sinagogas y otras instituciones judías deben permanecer vigilantes, dijo Greenblatt, quien agregó en su declaración: “Los riesgos siguen siendo altos a la luz del nivel histórico de antisemitismo en todo el país y la proliferación de odio antisemita en línea”.
La ADL se pondrá en contacto con los organismos policiales locales en los próximos días, dijo Greenblatt, “para asegurarse de que se están tomando medidas para garantizar la seguridad de la comunidad judía”.
“¿Está nuestra comunidad bajo ataque otra vez?”
La seguridad es una preocupación cotidiana para las sinagogas judías de hoy, y muchas han recibido formación y han establecido sus propios protocolos para mantener la seguridad de sus congregaciones.
En un comunicado el domingo, el rabino de la Congregación de Beth Israel, Charlie Cytron-Walker, atribuyó su supervivencia al entrenamiento que él y su congregación han recibido a lo largo de los años por parte de la policía local, el FBI, la ADL y Secure Communities Network (SCN), un grupo que ayuda a las comunidades judías de toda Norteamérica a desarrollar y establecer protocolos de seguridad.
“Hoy estamos vivos gracias a esa educación”, dijo Cytron-Walker.
Brad Orsini, asesor principal de Seguridad Nacional de SCN, dijo a CNN que la organización se ha expandido dramáticamente en los últimos años después de ataques como los de Pittsburgh, Poway, Jersey City y Monsey, Nueva York, donde un hombre atacó a los judíos ortodoxos jasídicos en la casa de un rabino durante una celebración de Hanukkah en 2019.
Tras un suceso como el de Colleyville, los líderes judíos buscan tanto asesoramiento como tranquilidad, dijo. Quieren saber si se trata de un evento aislado, si podría haber imitadores, y si deben sacar los planes de operaciones de emergencia y mantenerse alertas.
La respuesta a esta última pregunta, dijo, “es absolutamente sí”.
“Un incidente en Colleyville realmente afecta a toda la comunidad judía en todo el país”, dijo a CNN en una entrevista el domingo después de un seminario web para informar a cientos de líderes de la comunidad judía, representantes de seguridad y otros sobre lo sucedido en Colleyville. “Piensan en Pittsburgh, Poway, Monsey, Jersey City… ¿nuestra comunidad está siendo atacada de nuevo?”.
En respuesta, las sinagogas estarían revisando sus planes con los acomodadores y recibidores, dijo Orsini, mientras que las shuls con planes menos sofisticados estaban intentando ponerse al día. Las medidas podrían incluir la garantía de que los administradores del templo tengan acceso remoto a los planos de la planta que puedan compartirse fácilmente con las fuerzas del orden, dijo, o cámaras de vigilancia accesibles desde el exterior para dar a los servicios de emergencia una ventaja táctica contra cualquier amenaza.
“La mayoría de las comunidades están hablando ahora mismo de estos temas, de si necesitan aumentar la seguridad”, dijo.
La conexión entre religiones es importante, dice el rabino
Ciudades de todo el país también aumentaron la seguridad en sinagogas y centros comunitarios judíos para garantizar su seguridad.
Aunque no hubo amenazas creíbles, el Departamento de Policía Metropolitana de la ciudad de Washington aumentó la visibilidad en los alrededores de los lugares de culto, dijo un portavoz del departamento a CNN.
El Departamento de Policía de Nueva York desplegó igualmente recursos en “lugares judíos clave” de la ciudad el sábado por la noche, dijo el alcalde Eric Adams en Twitter, y el alcalde de Dallas Eric Johnson anunció igualmente que el departamento de policía de la ciudad estaba enviando patrullas adicionales a las sinagogas y otros lugares por “precaución”.
El rabino Steve Leder, del Templo de Wilshire Boulevard en Los Ángeles, dijo el sábado a Poppy Harlow de CNN, que ha estado en contacto con otros rabinos y líderes judíos en todo el país, subrayando que “todos tenemos que seguir siendo vigilantes”.
“Por supuesto que estamos preocupados”, dijo. “Quiero decir, para ser franco, mi esposa ni siquiera quería que saliera en CNN con ustedes… pero no podemos permitir que eso nos impida hablar contra este odio sin sentido”.
Pero la seguridad no es solo cuestión de cámaras, detectores de metales y formación, dijo Jacobs, que destacó la importancia de las relaciones entre las religiones y señaló que los judíos no son la única comunidad religiosa que ha sido objeto de ataques. A lo largo de la jornada del sábado recibió mensajes de cariño y apoyo de personas de todos los credos, incluidos cristianos y musulmanes, que condenaron los actos del secuestrador.
“La verdad es que la historia judía tiene episodios muy, muy dolorosos de odio antijudío, de antisemitismo”, dijo. “Y una de las cosas que se siente muy singular en Estados Unidos del siglo XXI es que oímos, sentimos la profunda conexión” con los miembros de otros credos.
En última instancia, las comunidades judías no pueden estar “paralizadas por el miedo”, añadió Jacobs. “Eso es entregar completamente nuestra comunidad de fe a los que odian, y eso no sería ni siquiera algo que contemplamos”.