(CNN) – El gobierno de Joe Biden ha mantenido conversaciones periódicas con varios países y empresas de Europa, Medio Oriente, el norte de África y Asia sobre la posibilidad de aumentar la producción de gas natural licuado para Europa en caso de que una invasión de Rusia a Ucrania provoque una escasez de gas, dijeron a CNN varios funcionarios estadounidenses familiarizados con las conversaciones.
El Departamento de Estado, dirigido por el asesor principal para la seguridad energética Amos Hochstein, ha elaborado en las últimas seis u ocho semanas una estrategia global que explora las opciones de contingencia para redirigir y aumentar el suministro de gas desde diferentes partes del mundo, dijo un alto funcionario estadounidense.
Reuters informó la semana pasada que Hochstein había estado en conversaciones con empresas energéticas pero que el aumento de la producción no era una petición. El alto funcionario estadounidense dijo a CNN que, de hecho, se ha discutido el incremento de la producción, pero que las empresas reconocen que aumentar la producción podría ser arriesgado y llevaría tiempo.
Las conversaciones se encuentran en una fase “bastante avanzada”, según el alto funcionario estadounidense, y han tenido como objetivo tranquilizar a los nerviosos aliados europeos de que la imposición de sanciones a Rusia en coordinación con EE.UU. no provocará un retroceso desmesurado en la economía europea. Los aliados europeos se muestran especialmente preocupados por la posibilidad de que Rusia utilice como arma sus exportaciones de gas a Europa para tomar represalias contra las sanciones occidentales.
Las conversaciones han tenido lugar en medio de las advertencias de EE.UU. de que Rusia llegó a una fase de su despliegue militar en la que podría lanzar un ataque contra Ucrania “en cualquier momento”, como dijo a los periodistas la semana pasada la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Según Eurostat, Rusia suministra actualmente a Europa más del 40% de su gas natural. En circunstancias extremas, según los funcionarios, Europa dispone de un almacén de gas natural licuado al que podría recurrir, y los funcionarios europeos han estado estudiando qué cantidad de amortiguación podría proporcionar.
“Somos muy conscientes del impacto potencial de una reducción del suministro energético ruso, tanto en el mercado europeo como en el mundial, y estamos trabajando muy duro para identificar y gestionar esos riesgos con una serie de opciones de contingencia”, dijo un alto funcionario del gobierno a principios de este mes.
Como ya informó CNN, una guerra entre Rusia y Ucrania probablemente perturbaría considerablemente los mercados energéticos mundiales, ya que Rusia es el segundo productor de petróleo del mundo, solo por detrás de Estados Unidos. Rusia también exporta una gran cantidad de gas natural a Europa a través de Ucrania, exportaciones que probablemente se verían gravemente interrumpidas por una guerra y el daño a la infraestructura energética crítica.
“Una guerra tendría un gran impacto en los precios del petróleo y empeoraría la inflación”, dijo el alto funcionario estadounidense, razón por la cual Estados Unidos ha trabajado intensamente en los últimos dos meses para tratar de compensar cualquier posible daño colateral que una guerra, y/o sanciones severas, podría infligir a la economía mundial.
“Cualquiera que sea la decisión que tomemos, en conjunto con nuestros aliados y socios, es el curso correcto para nuestros intereses colectivos y la seguridad, estamos preparados para entregar costos severos a la economía rusa mientras se minimizan los efectos indirectos no deseados”, dijo otro alto funcionario del gobierno a CNN a principios de este mes.